Resúmenes de Ponencias (S-Z)
II Congreso Nacional de Filosofía 2011
[En orden alfabético por apellido]
La concepción histórica de Platón
Alejandro Andrés Saavedra Sanhueza
Sydney College, Chillán. Universidad Adventista de Chile
Roberto Quintín Corrales
Southern College. Los Ángeles
robertocorrales@udec.cl
El concepto de historia siempre ha sido de intereses para el ser humano, desde la antigüedad con: Hesiodo, Tucídides, Polibio, etc. Y que se ha extendido a través de toda la historia del pensamiento occidental.
En el presente trabajo se pretende analizar la concepción de historia de Platón. Para lo cual dentro de su amplia gama de diálogos, se eligió para tomar como base, el diálogo las Leyes, Libro III. En dicho diálogo el filósofo griego expresa una serie de hechos históricos, elegidos de forma intencional donde éste va a enfatizar la aparición y desaparición de las civilizaciones en cuanto a su decadencia y complicidad con el vicio, esto se plantea claramente en 676a-b. Mas no quedándose ahí, el filósofo griego realiza un paralelismo entre la conducta individual del hombre y el estado 684c y 687d, con el único fin de esclarecer y afirmar que un individuo y muchos individuos pueden ser tematizados de la misma forma y que del gobierno de muchos (polis) es proporcional al gobierno que cada uno ejerce sobre sí mismo.
Platón no manifiesta una filosofía de la historia de manera explícita, sería un error plantear lo contrario. El expone que el transcurrir de la historia es de forma circular y decadente, pero no por ello está determinada a un descenso permanente. Para el autor de la República, las herramientas para quebrar este sistema histórico circular y descendente de la sociedad, están en las manos del mismo hombre. Esto tiene que ver con alcanzar una especie de virtud, la cual Él llama sabiduría, que en las Leyes define como la capacidad de someter nuestra voluntad a la razón. Ahora si bien Platón no busca una explicación del modo que lo hace Hegel, ya que el fundador de la academia, en Leyes III, usa el concepto de historia para el servicio de su propia filosofía; una historia como proceso que lleva a los pueblos a la decadencia; una historia como conjunto de hechos parcialmente determinados y modificables por aquel hombre capaz de alcanzar la verdadera virtud.
Para fundamentar la concepción histórica de Platón, que pretendemos defender en esta investigación, recurriremos a otros diálogos tales como: La República, donde se trabaja el concepto de justicia tanto en la polis como en el alma del individuo y El Timeo donde Platón expone su concepción del tiempo y del origen del universo. Todo esto para argumentar de mejor manera nuestro estudio sobre Platón.
Aparte de los diálogos platónicos ya mencionados, recurriremos a bibliografía secundaria. Referencias bibliográficas básicas: – Platón, Las Leyes. La República. Timeo. – Chatelet,Francois, El pensamiento de Platón. El nacimiento de la Historia:La formación del pensamiento historiador en Grecia. – Jaeger,Werner. Paideia: los ideales de la cultura griega. – Collingwood, R.G. Idea de la Historia.
El devenir animal en la construcción del territorio. Aproximación deleuzeana al enunciado “yo soy jaguar”
Jennifer Rivera Zambrano
Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia
jpieridae@yahoo.es
La composición de realidad indígena consolida procesos de individuación en los que la dinámica del devenir circunscribe afectos al ámbito social. Ante la emergencia de problemáticas sociales, el devenir puebla de sentido el saber y el hacer, en función de la continuidad y permanencia de dicho saber. Esta dinámica se evidencia en la construcción de territorio a través de la circulación y sentido del enunciado “yo soy jaguar”, expresado por los sabedores de diversas comunidades amerindias. Este texto problematizará la experiencia del sabedor a través de conceptos centrales de la obra de Gilles Deleuze.
Referencias bibliográficas básicas: Deleuze, G. (1981). Spinoza. Filosofía práctica. Barcelona: Tusquets. Deleuze, G. & Guattari, F. (1993). ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama. Deleuze, G. & Guattari, F. (1995). El antiedipo. Capitalismo y esquizofrenia. Barcelona: Paidós. Deleuze, G. & Guattari, F. (2006). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pretextos. Eliade, M. (2001). El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis. México: Fondo de Cultura Económica. Fischer, G. (1923). Estudio sobre el principio activo del yagé. Tesis de grado, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Furst, P. (1980). Los alucinógenos y la cultura. México: Fondo de Cultura Económica. Guamán Poma de Ayala, F. (1992). El primer nueva crónica y buen gobierno. México: Siglo XXI. Guevara, R. (1997). La mujer Inga. Proyección histórica, genérica y de identidad cultural. Bogotá: Colciencias. Guzmán A. (2004). El chamán, el jaguar, la selva. En Chamanismo: el otro hombre, la otra selva, el otro mundo. Entrevistas de A. J. James & D. A. Jiménez. Bogotá: ICANH.
La filosofía en la calle. Alcances ético-políticos a la filosofía actual
Ricardo Salas
Universidad Católica de Temúco
La conferencia parte de la relevancia que tiene la idea de camino en filosofía, para considerarla en una perspectiva más urbana, por la que se trata de mostrar que los debates ético-políticos ya no se deben pensar en la imagen general de la ciudad, sino del modo como la filosofía es considerada en la calle y en que ella recoge el sentido fuerte de la calle para el pensar. Utilizando unas expresiones de las luchas del reconocimiento se aboga por una filosofía que tiene capacidad ético-política para exponer y exponerse al mundo público. Por esta via se plantea que la cuestión de una ética y una política del reconocimiento pasa por superar el mero análisis del mundo privado, y donde se exige asumir el rol público de la filosofía, por la que se trata de demostrar que las posibilidad de un encuentro efectivo entre los transeuntes pasa por apropiarse de la palabra pública en y para la calle.
Teorías contemporáneas de la intersubjetividad
Ricardo Florentino Salas Astrain
Universidad Católica de Temuco
rsalas@uct.cl
Un primer esfuerzo de sistematización de la cuestión de la intersubjetividad que preocupó fuertemente a Husserl, se ha visto renovado por la publicación I. Kern de todos los textos concernientes. De este modo, la cuestión se puede reanimar a partir de «La fenomenología de la intersubjetividad» de Husserl (1973), y cobra otro interés las lecturas que hicieron de ellas otros filósofos franceses tales como Merleau-Ponty, Levinas y Ricoeur por mencionar tres. Así se confirma la idea de que el enfoque gnoseoantropológico y ético propuesto por E. Husserl acerca del yo y del alter-ego se trasunta en un tipo de relación donde no solo se trata de la cuestión de afirmar la justificación del otro, sino de la reciprocidad y de la responsabilidad que tenemos acerca de él. En este plano el vínculo entre la cuestión de la intersubjetividad y la del reconocimiento se vuelve centralísimo. En ambas cuestiones tanto en Merleau-Ponty, en Levinas y en Ricoeur aparece este vínculo entre el “otro” y el “alter ego” como centro articulador de sus principales categorías, aunque existen diferencias notorias acerca del proyecto fenomenológico y de su concepto del otro. El aporte de Levinas, de Merleau-Ponty y Ricoeur a la fenomenología del otro de Husserl acerca de este lazo, es que los textos escritos por estos insignes exégetas de Husserl, complementan y radicalizan los problemas dejados irresueltos en los propios textos de Husserl.
Referencias bibliográficas básicas: Husserl, Edmundo, Zur Phänomenologie der Intersubjektivität, en Husserliana Vol. XIII, XIV y XV, (Ed. Martinus Nijhoff, La Haye, 1973 Husserl Edmund, Autour des Méditations cartésiennes (1929-1932), Grenoble, Jérome Millon, 1998. Husserl Edmund, Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie. Eine Einleitung in die phänomenologische Philosophie. Hrsg. W. Biemel, La Haye, Martinus Nijhoff, 1954 (Husserliana, Tomo VI), (Trad.castellana de J. Muñoz y S. Más, Barcelona, Crítica, 1990). Husserl Edmund, Aufsätze und Vorträge (1922-1937), Huserliana XVII (Kluwer Academia Publishers B.V, 1988 (trad. Castellana, Madrid, Anthropos, 2002; con introducción de G. Hoyos). Fink Eugen, VI. Cartesianische Meditation. Teil 2. Ergänzungsband, Kluver Academic Publishers, 1988. Trad. Francesa : Autres rédactions des Méditations cartesiennes, Grenoble, J. Millon, 1998. Ladriére Jean, Vie sociale et destiné, Namur, Éd. Duculot, 1974. Ladriére Jean, L’Éthique dans l’univers de la rationalité, Namur, Fides-Artel 1997 (trad. Castellana, Tucuman, Ediciones U. Norte, 2006). Ladriere Jean, L’Articulation du Sens III, Paris, Éditions du Cerf, 2004. Levinas Emmanuel, Totalité et Infini, Paris, Vrin, 1961 (trad. Castellana, Sígueme, Salamanca, 1974). Levinas Emmanuel, Autrement qu’etre ou delá de l’essence, The Hague, Martinus Nijhoff, 1978 (trad. Castellana, Sígueme, Salamanca, 1987) Merleau-Ponty Henry, Phénoménologie de la Perception, Paris, Gallimard, 1944.(Trad. Castellana, Barcelona, Península, 1980) Ricoeur Paul, Soi-meme comme un autre, Paris, Éditions du Seuil, 1989, (trad. Castellana, México, Siglo XXI, 1990). Ricoeur Paul, Parcours de la reconnaissance, Paris, Stock, 2004 (trad. Castellana Madrid, Trotta, 2005).
Intersubjetividad y Reconocimiento en la fenomenología francesa
Ricardo Florentino Salas Astrain
Universidad Católica de Temuco
rsalas@uct.cl
La ponencia tiene como marco filosófico principal la filosofía husserliana de la intersubjetividad y sus múltiples impactos en el replanteamiento fenomenológico-hermenéutico acerca del otro, en especial en la fenomenología francesa y en los modos específicos de comprensión de la relación alterativa en contextos culturales plurales. A inicios del siglo XX, principalmente en la filosofía alemana se asiste a una larga discusión acerca de las limitaciones del neokantismo que inaugura la búsqueda de una justificación trascendental del yo como sujeto. Esto es llevado a su mayor apogeo en la Va Meditación Cartesiana la que quedará como texto paradigmático donde se concentran las dificultades teóricas del análisis trascendental del ego y del surgimiento de un alter ego; este modo de entender el “problema del otro” inaugura la formulación filosófica más técnica del siglo XX y demuestra la relevancia del tratamiento de la intersubjetividad, pero que no oculta sus dificultades. A partir de tales presupuestos Husserl demuestra que entender la subjetividad no es solo algo epistémico sino ontológico. Se sabe que los análisis específicos de Meditaciones Cartesianas. En los últimas décadas del siglo XX, este asunto vuelve a relevarse sobre todo a partir de la publicación de Zur Phänomenologie der Intersubjektivität, en Husserliana Vol. XIII, XIV y XV, (Ed. Martinus Nijhoff, La Haye, 1973). En 1987 aparece su primera traducción francesa completa y se inician traducciones parciales en otras lenguas. Con los primeros trabajos puntuales de exégesis e interpretación, surge una visualización mucho más compleja del problema, ampliándose a diversos y complejos tópicos que se entrecruzan con las problemática fenomenológica entendida como racionalidad práctica. El planteamiento inicial de la intersubjetividad se conecta íntimamente con la cuestión del reconocimiento simétrico y asimétrico del otro, que aparece en las obras principales de Merleau-Ponty, Levinas y Ricoeur. Este legado y la dinámica fenomenológica que se abre en el mundo francés es difícil de entender si uno se restringe al ámbito epistemológico-cognoscitivo inicial, de modo que exige el explícito planteo de sus implicancias antropológicas y ético-políticas, de manera de ver en el planteamiento fenomenológico intersubjetivo in nuce la cuestión del reconocimiento del otro y del extranjero. Este paso aparece en diversos cultores de la fenomenología y de otras tradiciones. Nos interesa en la ponencia conectar el tema husserliano en especial con cuatro autores de la tradición fenomenóloga francesa de la segunda mitad del siglo XX que han hecho de este paso una problemática contemporánea relevante, que ha tenido fuertes consecuencias dentro y fuera de la fenomenología. Lo que nos importa no es entonces el análisis pormenorizado de la compleja teoría husserliana, asunto ya tratado por notables especialistas, sino de visualizar como los ejes centrales de su teoría han impactado en una renovada reflexión filosófica acerca del otro, y en especial su aportación a la relación compleja entre el “si mismo” y el “otro».
Referencias bibliográficas básicas: Husserl, Edmundo, Zur Phänomenologie der Intersubjektivität, en Husserliana Vol. XIII, XIV y XV, (Ed. Martinus Nijhoff, La Haye, 1973 Husserl Edmund, Autour des Méditations cartésiennes (1929-1932), Grenoble, Jérome Millon, 1998. Husserl Edmund, Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie. Eine Einleitung in die phänomenologische Philosophie. Hrsg. W. Biemel, La Haye, Martinus Nijhoff, 1954 (Husserliana, Tomo VI), (Trad.castellana de J. Muñoz y S. Más, Barcelona, Crítica, 1990). Husserl Edmund, Aufsätze und Vorträge (1922-1937), Huserliana XVII (Kluwer Academia Publishers B.V, 1988 (trad. Castellana, Madrid, Anthropos, 2002; con introducción de G. Hoyos). Fink Eugen, VI. Cartesianische Meditation. Teil 2. Ergänzungsband, Kluver Academic Publishers, 1988. Trad. Francesa : Autres rédactions des Méditations cartesiennes, Grenoble, J. Millon, 1998. Ladriére Jean, Vie sociale et destiné, Namur, Éd. Duculot, 1974. Ladriére Jean, L’Éthique dans l’univers de la rationalité, Namur, Fides-Artel 1997 (trad. Castellana, Tucuman, Ediciones U. Norte, 2006). Ladriere Jean, L’Articulation du Sens III, Paris, Éditions du Cerf, 2004. Levinas Emmanuel, Totalité et Infini, Paris, Vrin, 1961 (trad. Castellana, Sígueme, Salamanca, 1974). Levinas Emmanuel, Autrement qu’etre ou delá de l’essence, The Hague, Martinus Nijhoff, 1978 (trad. Castellana, Sígueme, Salamanca, 1987) Merleau-Ponty Henry, Phénoménologie de la Perception, Paris, Gallimard, 1944.(Trad. Castellana, Barcelona, Península, 1980) Ricoeur Paul, Soi-meme comme un autre, Paris, Éditions du Seuil, 1989, (trad. Castellana, México, Siglo XXI, 1990). Ricoeur Paul, Parcours de la reconnaissance, Paris, Stock, 2004 (trad. Castellana Madrid, Trotta, 2005).
La violencia del Lenguaje: perspectiva estética y política de Walter Benjamin y de Eric Weil
Roberto Saldías Barrera
Universidad Alberto Hurtado
rsaldias@uahurtado.cl
El drama de Europa y del mundo durante el periodo de las grandes guerras no dejó indemne la filosofía ni las teorías del lenguaje. El problema fundamental es clásico: la raíz de toda violencia política está en el dominio de lenguajes que, ya muertos, arruinados o petrificados, buscan hablar mediante la imposición de discursos morales y políticos superados. El problema es nuevo: el lenguaje de los últimos siglos se pensó a sí mismo como un lenguaje realizado y, por ende, preparado para enfrentar todo tipo de novedad que el mundo empírico pusiera ante sus técnicas y palabras. La crisis de la Modernidad es también la del lenguaje, y esto conduce una violencia sin precedentes: la violencia de la razón y del progreso, de la técnica y de la educación, de la sociedad moderna y de la política. Aún más, en sociedades contemporáneas reconocidas como “realizadas” o “desarrolladas”, aparece el fenómeno de la violencia pura, gratuita, pasatiempo ante el tedio de la “modernidad”. Walter Benjamin (1892-1940) y Eric Weil (1904-1977) elaboran sus pensamientos a partir de dos momentos violentos de una misma actitud que acompaña la totalidad del siglo XX. Hablan y elaboran discursos desde el conflicto, las rupturas personales, el exilio y el terror. El lenguaje atraviesa la obra del primero en una perspectiva estético-teológica que invoca redención y capacidad creadora; atraviesa la obra del segundo en un intento sistemático de generar un nuevo discurso de la razón que, mediante la acción, esencialmente moral y política, pueda invocar, en las condiciones de esta historia, el sentido de la humanidad y su libertad.
En esta ponencia, junto con presentar la forma como los dos autores indagan en la relación estrecha que hay entre el lenguaje y la violencia, intentaremos mostrar que dichos conceptos, que estructuran gran parte de la obra de los dos autores, abren perspectivas inéditas sobre el rol de la filosofía y del discurso filosófico ante la violencia moral y política que se engendra en la “post-modernidad”. En una superación del discurso absoluto, la filosofía comprende que la violencia es irreductible a la razón, que se enfrenta ante el filósofo como condición de todo discurso razonable, es decir, como “lo otro” de la “razón”, sin lo cual la razón no puede pensarse.
Referencias bibliográficas básicas: Obras de Walter Benjamin: -«Ensayos escogidos», Ed. Sur, Buenos Aires, 1967. -«Sobre el programa de la filosofía futura y otros ensayos», Monte Avila, Montevideo, 1971. -«Para una crítica de la violencia y otros ensayos», Taurus, Madrid, 1991. Obras de Eric Weil: -«Logique de la Philosophie», Vrin, Paris, 1967. -«Philosophie Politique», Vrin, Paris, 1996.
La síntesis y la Crítica de la razón pura
Diego Sanhueza Jerez
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
pielago123@yahoo.com
En primer lugar, se trata de plantear un problema. Y no un problema cualquiera, sino un problema filosófico. En el marco de la Crítica de la razón pura, ese problema forma parte de las tesis básicas que Kant asienta y debe defender. Dicho de otro modo, esta postura presupone que metodológicamente cada texto filosófico debe hacerse de un problema que orienta su búsqueda. En referencia a éste, Kant ocupa un vocabulario que no deja lugar a dudas: se trata de algo “paradójico (widersinnisch) y extraño (befremdlich)” (A114), “exagerado” (übertrieben) (A 123, B 164). Incluso se refiere a él calificándolo de verdadero “enigma (Räthsel) (B 163). Tal enigma cobra una forma nítida en el parágrafo 13 de la Deducción trascendental, donde Kant escribe: “Se presenta aquí una dificultad (Schwierigkeit) que no encontramos en el terreno de la sensibilidad, a saber, cómo condiciones subjetivas del pensar (subjective Bedingungen des Denkens) han de tener validez objetiva (objetive Gültigkeit).” (A 89/ B 122) El enigma radica en la dificultad para comprender cómo elementos subjetivos (las categorías) puedan tener validez respecto de los objetos de la experiencia, pero sin recurrir a ésta. Como se sabe, este problema es resuelto en la Critica de la razón pura apelando al doble origen del conocimiento: el entendimiento cubre la aprioridad y la sensibilidad la objetividad en la fórmula “validez objetiva a priori”. Ello implica aceptar que cada una de las facultades es un origen legítimo y, por lo tanto, abastece representaciones heterogéneas e irreductibles (intuición y concepto). Por lo mismo, implica un trabajo conceptual sobre la noción de facultad. En efecto, para poder fundamentar la doctrina del doble origen del conocimiento (sensibilidad y entendimiento) sin damnificar las pretensiones del conocimiento a priori, ya no se tendrá que discernir (tan sólo) entre una y otra facultad, sino entre distintas dimensiones en cada una de las facultades.
Sin embargo, precisamente esta “solución” pone ante la investigación un nuevo problema. ¿Cómo es posible que dos facultades distintas y totalmente independientes, sin embargo colaboren (necesariamente)? Pude apreciarse que el asunto del enigma de la referencialidad a priori del sujeto al objeto gana una dimensión más profunda en la pregunta por la desconocida raíz común de la sensibilidad y el entendimiento (A15/ B29, A835 / B 863). Hay, dirá Kant, una síntesis, una acción que liga originariamente las dos facultades. Amén de las declaraciones del mismo Kant en que señala explícitamente que la síntesis es el motivo de la Crítica de la razón pura (A12/B25, A14/B28, A78/ B103), a esta investigación le importa la síntesis en el siguiente sentido: ¿qué es eso que está en el sujeto, pero que no puede entenderse como una facultad más?
Referencias bibliográficas básicas: KANT, Immanuel: Crítica de la razón pura, México, Fondo de Cultura Económica, 2010. Traducción, introducción y notas de M. Caimi. HEIDEGGER, Martín: Kant y el problema de la metafísica. México, Fondo de cultura económica, 1981. Original: Kant und das Problem der Metaphysik. GA 3, hrsg. von F.-W. v. Herrmann, V. Klostermann, Frankfurt a. M., 1991. La pregunta por la cosa. Buenos Aires,q Editorial Alfa, 1975. Original: Die Frage nach dem Dinge. Zu Kants Lehre von den transzendentalen Grundsätzen, GA 41, hrsg. von P. Jaeger, V. Klostermann, Frankfurt a. M., 1984. Phänomenologie Interpretation von Kants Kritik derq reinen Vernunft, GA 25, hrsg. von I. Görland, V. Klostermann, Frankfurt a. M., 1977. HOPPE, Hansgeorg: Synthesis bei Kant. Das Problem der Verbindung von Vorstellungen und ihrer Gegenstandsbeziehung in d. »Kritik der reinen Vernunft«. Berlin; New York, de Gruyter 1983. MÁSMELA, Carlos: Presupuestos metafísicos de la Crítica de la razón pura: una interpretación de la actividad del ánimo en la deducción trascendental (A), Medellín, Universidad de Antioquia, 1996. ROSALES, Alberto: Ser y subjetividad en Kant. Sobre el origen subjetivo de las categorías. Buenos Aires, editorial Biblos, 2009.
¿Por qué es necesario establecer culpables frente a los crímenes? Un análisis desde la filosofía de Hannah Arendt María
Soledad Sanhueza Poblete
Universidad de Chile
m.solesanhueza@gmail.com
La ponencia pretende mostrar la importancia política del juicio legal. Así, la tesis a desarrollar será: mediante la declaración de culpabilidad y dictación de sentencia, es como la ruptura que provocó un crimen en el espacio político, puede, en parte, ser reparada. Para trabajar esta tesis recurriremos a la filosofía de Hannah Arendt (2005, 2007b, 2007c, 2008b) en particular a conceptos como «responsabilidad», «culpa», «juicio», «castigo» y «promesa».
La exposición se estructurará en tres partes. En la primera mostraremos la distinción que hace Arendt entre «responsabilidad» y «culpa» al momento de enfrentar los crímenes. De este modo descubriremos, por un lado, que la primera pude ser individual o colectiva, mientras la segunda es nada más individual. Y por el otro que sólo la culpa es punible, en cambio la responsabilidad invita a un acto, tanto en soledad como en conjunto, de hacer frente a los crímenes cometidos al interior de la comunidad política.
En la segunda parte analizaremos la noción de juicio en su doble significación, es decir, como resultado de la facultad de juzgar y también como un acto legal que determina culpables. La primera idea se refiere a un acto del pensamiento (Arendt extrae esta noción desde la filosofía kantiana), en cambio la segunda a una acción realizada en público y basada en una ley otorgada de antemano. A pesar de la diferencia, veremos que ambas ideas de juicio se unen, a saber: para poder realizarse, el juicio legal presupone en el hombre la facultad de juzgar. Se revelará así, el sentido de esta ligazón: así como el juicio supone la facultad de juzgar, el ser humano es juzgable porque posee dicha facultad, esto es, la capacidad de evaluar si realiza o no una acción en determinadas circunstancias.
En tercer lugar mostraremos la importancia política que tienen el juicio legal y el castigo para el culpable, en cuanto constituyen los actos que ―de alguna manera―, pueden asegurar la continuidad de la comunidad política y del espacio público; siempre y cuando se hagan en pos de la justicia. Descubriremos, entonces, que no establecer culpables a través de un juicio significa dar por rota, definitivamente, la promesa política que significa la ley al interior de una comunidad, es decir, implica cerrar la posibilidad de anticiparse a los actos que se cometerán al interior de ella. De esta manera, entenderemos que el juicio y el castigo se deben realizar para reparar no a las víctimas de los crímenes cometidos, sino más bien el espacio político fracturado; pues, veremos, los crímenes atentan contra la permanencia del espacio político que es la comunidad y, por lo tanto, contra la política.
Finalmente, para tratar de llevar el análisis teórico realizado en la ponencia a la realidad política, esbozaremos una reflexión ―que más que concluir viene a abrir una posibilidad de exploración― sobre los juicios a los crímenes contra los derechos humanos cometidos durante el gobierno autocrático de Augusto Pinochet.
Referencias bibliográficas básicas: ARENDT, Hannah • (2005) Culpa organizada. En La tradición oculta (pp. 35-47) Buenos Aires: Paidós. • (2007a) Los orígenes del totalitarismo. México D.F.: Taurus. • (2007b) Responsabilidad personal en una dictadura. En Responsabilidad y juicio (pp. 49-74). Barcelona: Paidós. • (2007c) Responsabilidad colectiva. En Responsabilidad y juicio (pp. 151-159). Barcelona: Paidós • (2008a) El pensar y las reflexiones morales. En De la historia a la acción (pp. 109-137). Buenos Aires: Paidós • (2008b) Eichmann en Jerusalén. Barcelona: Debolsillo. BERNSTEIN, Richard • (2004) Arendt: El mal radical y la banalidad del mal. En El mal radical (pp. 285-314). Buenos Aires: Lilmod. JASPERS, Karl • (1998) El problema de la culpa. Barcelona: Paidós. VILLA, Dana. • (1999) Thinking and Judging. En Politics, philosophy, terror. Essays on the thought of Hannah Arendt (pp. 87-106). New Jersey: Princeton University Press.
Plotino, las formas platónicas y el noûs aristotélico
Andrés Santa-María Cuevas
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Si los historiadores de la filosofía han considerado –con justicia según mi parecer– a Plotino como el representante más importante del llamado neo-platonismo, cabe preguntarse cuál el elemento nuevo que él propone al replantear la filosofía de Platón para hacerse merecedor de tal reconocimiento. Con el fin de intentar responder a esta pregunta, me centraré fundamentalmente en la reformulación que propone Plotino de la llamada ‘teoría de las Formas’. En las Enéadas se puede apreciar que Plotino, lejos de simplemente repetir los argumentos de Platón, se hace cargo de las diversas doctrinas filosóficas desarrolladas en los siete siglos que lo separan de aquél, lo que le permite, por un lado, sortear las objeciones que se han planteado en contra de las intuiciones platónicas a lo largo de ese tiempo y, por otro, contar con un andamiaje conceptual mucho más preciso para fundamentar el pensamiento de Platón. Es particularmente importante a este respecto el recurso que hace Plotino a la doctrina del noûs desarrollada por Aristóteles en Metafísica XII y ampliamente comentada en los siglos posteriores al Estagirita. Mi propuesta de reflexión sobre la mediación aristotélica en la recepción plotiniana de la llamada ‘teoría de las Formas’ de Platón nos permitirá observar, en primer lugar, que esta doctrina de Aristóteles tiene una raíz profundamente platónica, al punto de que se la podría considerar como una extensión de ciertas intuiciones incoadas en los diálogos de Platón; y en segundo lugar, que el recurso a los argumentos aristotélicos le permitirá a Plotino fundamentar su provocativa tesis de que el conocimiento, en sentido estricto, no es sino auto-conocimiento.
Referencias bibliográficas básicas: Aristóteles, Metafísica XII Platón, Timeo Platón, República V-VI Plotino, Enéada V
Sobre la tesis de la formación de tiranos en el programa político-educativo de la Academia de Platón
Daniel Gonzalo Pascal Santibáñez Guerrero
Colegio Polivalente San Carlos de Quilicura
daniel.santibanez@hotmail.com
Dentro del enfoque crítico hacia las ideas políticas de Platón que, como movimiento intelectual, conformaron algunos importantes autores pertenecientes a la tradición filosófica y filológica anglosajona durante la primera mitad del siglo XX, la formación de tiranos en el programa educativo de la Academia aparecerá como una de las acusaciones más importantes.
Destacado por Karl Raimund Popper (1902-1994) en su conocida y polémica The Open Society and Its Enemies (1943), pero ya previamente expuesto por Richard Howard Stafford Crossman (1907- 1974) en Plato to-day (1937), este supuesto “programa educativo” desarrollado por Platón para la preparación de tiranos obedecería en último término a los propósitos políticos del autor, cuyo modelo de Estado (de acuerdo con estos críticos) aparecería fuertemente caracterizado por la concentración excesiva del poder en la clase gobernante, en desmedro directo de los derechos, oportunidades y beneficios de la clase productora y los demás integrantes de la ciudad, constituyéndose así en una suerte de régimen antecesor de los grandes movimientos totalitaristas del siglo pasado.
Ratificando algunos puntos centrales de esta interpretación, José Enrique Miguens hará notar en Política sin pueblo, Platón y la conspiración antidemocrática (1994) como de los 36 discípulos directos de Platón que los testimonios históricos disponibles permiten determinar, un importante numero de ellos estuvieron directa o indirectamente involucrados en la planificación o administración de gobiernos tiránicos, la realización de golpes de estado o la preparación y ejecución de asesinatos políticos, reafirmando de esta manera la tesis de que la Academia platónica correspondería, finalmente, a un verdadero centro de preparación y educación de políticos autoritarios.
Sin embargo, una lectura atenta de las afirmaciones realizadas por el filósofo griego en los libros VIII y IX de República, pondría en evidencia el profundo rechazo que el autor siente hacía el régimen tiránico como forma de organización política, manifestándose especialmente riguroso hacia la figura del tirano como modelo de gobernante en dicha ciudad, y particularmente frente a su modo vida cargado de excesos y licencias.
De esta manera, el objetivo fundamental de la presente ponencia será examinar de manera general la factibilidad de este cargo de formador de tiranos dirigido contra Platón, contrastando la evidencia filosófica, filológica e histórica presentada en las interpretaciones de Crossman, Popper y Miguens, con algunos de los conceptos centrales expuestos por Platón sobre la educación de los gobernantes en República, las exigencias morales e intelectuales de éstos para la dirección de la ciudad y, especialmente, su severo juicio respecto a la tiranía como forma de organización social y política.
Referencias bibliográficas básicas: – COLLADO CAMPAÑA, Francisco. La filosofía platónica y la legitimación de las tiranías. A Parte Rei Revista de Filosofía N º 61, Madrid, 2009. – CROMBIE, Ian Machattie. Análisis de las doctrinas de Platón. Traducción de Ana Torán y Julio Cesar Armero. Alianza Editorial, Madrid, 1990. – CROSSMAN, Richard Howard Stafford. Plato to-day. George Allen & Unwin Ltd., London, 1959. – GUTHRIE, William Keith Chambers. Historia de la filosofía griega, volumen IV y V. Editorial Gredos, Madrid, 1990-1992. – POPPER, Karl Popper. The open society and its enemies, volume 1 (Plato). Routledge & Kegan Paul, London, 1966. – PLATON. La República (3 tomos). Edición Bilingüe. Traducción, estudio preliminar y notas de José Manuel Pabon y Manuel Fernández Galiano. Editorial Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1949. – MIGUERS, José Enrique. Política sin pueblo. Platón y la conspiración antidemocrática. Editorial Emecé, Buenos Aires 1994.
Acerca de la (im)posibilidad de hablar de los filósofos chilenos “más relevantes”
José Santos Herceg
Instituto de Estudios Avanzados / USACH
jose.santos@usach.cl
El presente trabajo busca hacerse cargo de la pregunta acerca de quienes pueden ser considerados los filósofos “más relevantes” en Chile a parir de la dilucidación de lo que signifique la “relevancia”. Se trabajará, entonces, primero, con la idea de relevancia en tanto que fama y notoriedad, para pasar a la concepción de relevancia como genialidad, asociada a la idea de originalidad, para terminar aludiendo a la relevancia en tanto que repercusión y, con ello, la idea del maestro y el fundador.
Referencias bibliográficas básicas: ESCOBAR, Roberto, (1976), Filosofía chilena, Universidad Técnica del Estado, Chile. __________, (2008), El vuelo de los Búhos. Visión personal de la actividad filosófica en Chile, RIL Editores, Santiago JAKSIC, Iván, (1989), Academic rebels in Chile; the role of philosophy in higher education and politics, Albany: State University of New York Press. SÁNCHEZ, Cecilia, (1992), Una disciplina de la distancia. Institucionalización universitaria de los estudios filosóficos en Chile, CERC-CESOG, Santiago de Chile.
Filosofías del exilio chileno. Perspectiva metodológica y esquema de investigación a partir de «Exilio y Universalidad» de Eduardo Carrasco Matías
Felipe Silva Rojas
Universidad Autónoma de Madrid
matiazsilva@gmail.com
La ponencia pretende presentar un esquema inicial para la investigación de las filosofías del exilio chileno posteriores al golpe de estado de 1973. Para este esquema se ha tomado como referencia principal el texto “Exilio y universalidad. Interpretación fenomenológica del exilio” del filósofo y músico chileno Eduardo Carrasco, exiliado en París entre 1973 y 1988. Del análisis de lo expuesto por Carrasco se muestra necesario, como primer paso de la investigación, la caracterización del “dónde originario” de los filósofos chilenos exiliados. Con esto, y asumiendo el enfoque político-institucional mencionado en el comienzo, el enfoque de esta primera parte estaría centrado de manera general en la situación político-institucional de la filosofía y su relación con la situación político institucional de Chile. Los temas que se presenta como necesarios de abordar en esta primera parte serían: 1) El rol de la filosofía chilena en la conformación del estado-nación chileno; 2) El rol o posición de la filosofía chilena en los procesos sociales, políticos e institucionales previos a 1973, y 3) La institucionalización y ubicación de la filosofía en la Universidad. La segunda parte de la investigación tendrá relación con lo que Carrasco llama el “dónde del otro” y la “situación de suspensión” o “salto” que caracteriza al exilio y toca directamente con la investigación sobre filósofos exiliados chilenos. Esta parte estará articulada principalmente por las perspectivas y conclusiones de la primera parte de la investigación y enfocado en la relación de los filósofos exiliados con su “dónde originario”. Así se presentan como cuestiones filosóficamente relevantes tanto el lugar del exilio (no es lo mismo un exilio en Europa que en Latinoamérica) como la vuelta o no del filósofo a Chile. Finalmente se muestra imprescindible que la investigación esté precedida y cruzada por el problema de la nacionalidad de la filosofía, en este caso, de la “filosofía chilena” debido a las ideas de unidad de la conciencia y circunstancia y la de “co-pertenencia”.
Referencias bibliográficas básicas: CARRASCO, Eduardo; “Exilio y Universalidad. Interpretación fenomenológica del exilio.”, en CARRASCO, Eduardo, Palabra de hombre, Editorial RIL, Santiago de Chile, 2002. FORNET-BETANCOURT, Raúl; “Introducción: Supuestos, límites y alcances de la filosofía intercultural.”, en FORNET-BETANCOURT, Raúl; Interculturalidad y filosofía en América Latina, Concordia Serie Monografías, TOMO 36, Wissenschaftsverlag Mainz, Aachen, 2003 SÁNCHEZ, Cecilia.; Una disciplina de la distancia. Institucionalización universitaria de los estudios filosóficos en Chile. CESOC-CERC, Santiago, 1992. VELASCO, Ambrosio. Teoría política. :¿ anacrónicos o anticuarios?. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1995.
Aportes relativamente recientes de la filosofía chilena al pensamiento sobre educación
Pablo Solari Goic
Universidad Academia de Humanismo Cristiano Universidad Central / Instituto Hebreo Dr. Chaim Weizmann
La ponencia presenta una indagación exploratoria sobre la producción filosófica chilena sobre educación desde los años ochenta. No pretende ser exhaustiva sino dar cuenta de asuntos, perspectivas y estilos que han marcado esta área de la labor filosófica. Si se quisiera precisar con mayor rigor su ámbito disciplinario, debe decirse que corresponde a la historia del presente de la filosofía chilena de la educación.
La ponencia se centra en autores que han sido determinados por cuatro criterios:
Pertinencia histórica externa: investigaciones que respondan a problemas que guardan una relación con las tensiones y dilemas históricos que han afectado al campo de la educación en el período.
Pertinencia histórica interna: investigaciones que pongan en juego conceptos u otros modos de operación en filosofía que reconozcan o expresen los desarrollos y tendencias de la disciplina en la metrópolis durante el período o en el pasado próximo.
Insistencia: quienes hayan desarrollado investigaciones sistemáticas sobre uno o más aspectos de la educación desde una perspectiva filosófica. No obstante lo anterior, también esta exploración rescata varios aportes que, si bien constituyen intervenciones ocasiones, merecen atención.
Influencia: autores que hayan marcado debates o líneas de trabajo dentro de la comunidad filosófica.
Los últimos dos criterios pueden ser ‘operacionalizados’ cuantitativamente en varias dimensiones: por ejemplo, publicaciones, charlas, tesis dirigidas, fondos concursables ganados, cursos o seminarios dictados. Sin embargo, esta última tarea excede mis fuerzas y buen sentido: lo más que puedo ofrecer para justificar la elección de autores en base a dichos criterios es una conjetura informada fundada en mi conocimiento del campo y en una encuesta informal que he hecho con diversos participantes de la comunidad filosófica nacional.
En vista de los mencionados criterios, la presente ponencia aborda los siguientes casos, apretadamente expuestos: la pesquisa histórico-conceptual de Carlos Ruiz Schneider sobre la conexión entre las ideas sobre educación y principios políticos, con especial interés sobre los efectos recíprocos entre el sistema educativo y las condiciones de la democracia y la ciudadanía; las afirmaciones de Patricio Marchant sobre la universidad y lo que llama el “discurso universitario”—que opera, ante todo, como modo de “escritura”— resultado del imperio de una interpretación “técnica” del pensar a la que opone un “pensamiento del don” que pide hacerse cargo de lo que regalado generosamente como propio (la lengua mestiza y la poesía chilena); Marchant también urge la necesidad de pensar la universidad contemporánea (y el departamento de filosofía) en su diferencia respecto de la universidad moderna, llamado que acoge Willy Thayer en su pretensión de precisar el sentido de la crisis de la universidad en la época del capitalismo ‘post-estatal’ en el cual sus funciones político-culturales son usurpadas por los medios de comunicación masivos y en que, retomando un punto de Derrida, no es posible establecer un límite seguro entre la función crítica y la función técnica; las investigaciones históricas y conceptuales de Cecilia Sánchez sobre los supuestos filosóficos de los diversos modos practicar la filosofía a lo largo de la historia de Chile en el marco de las instituciones educativas; finalmente, la reflexión de Olga Grau que, mediante una recepción del programa de filosofía para niños de Matthew Lipman en el contexto latinoamericano, ha abierto preguntas sobre la relación de la escuela con la infancia así como sobre el concepto de infancia dominante en ella y también ha desarrollado dispositivos y aproximaciones pedagógicas para la práctica la filosofía con niños y jóvenes; finalmente, se abordan los aportes de diversos autores (Longás, Rojas, Oyarzún) con ocasión de la última reforma curricular y el debate que se suscitó entre el Estado y parte de la comunidad filosófica.
Referencias bibliográficas básicas: Bonzi, Patricia & Humberto Giannini (eds.) Congreso Latinoamericano sobre Filosofía y Democracia (1996, Santiago Chile). Santiago: Cátedra UNESCO de Filosofía-LOM, 1997. Bonzi, Patricia & Olga Grau (eds.). Grafías Filosóficas. Santiago: 2008. Colodro, Max; Foxley, Ana María & Rossetti, Carolina. Palabra de Filósofo. Jornada Mundial de Reflexión en el Día Mundial de la Filosofía. Santiago: Comisión Nacional Chilena de Cooperación con UNESCO, 2007. Gaete, Marcela (ed.). Arte y Filosofía en el currículo escolar: Entre el desarraigo y el olvido. Santiago: Facultad de Filosofía y Humanidades Universidad de Chile, 2007. Marchant, Patricio. Sobre Árboles y Madres. Buenos Aires: La Cebra, 2009 Marchant, Patricio. Escritura y Temblor. Santiago: Cuarto Propio, 2000. Sánchez, Cecilia. Una Disciplina de la Distancia. Santiago: CESOC, 1992. Sánchez, Cecilia. Escenas del Cuerpo Escindido. Santiago: Cuarto Propio, 2005. Ruiz, Carlos. De la República al Mercado. Santiago: Lom, 2010. Thayer, Willy. La Crisis No-Moderna de la Universidad Moderna. Santiago: Cuarto Propio, 1996. V. V. A. A., Archivos. Revista del Departamento de Filosofía de la UMCE. Santiago: Departamento de Filosofía UMCE, 2006. V. V. A. A., Educación y Reforma en Chile (Seminario U. ARCIS, 2000). http://www.philosophia.cl/dossier1.htm (último ingreso: 12/6/2011).
La definición del amor en la filosofía de Max Schele
David Alfonso Solís Nova
Universidad Católica de la Santísima Concepción
dsolis@ucsc.cl
Esta ponencia pretende exponer lo que a nuestro criterio son los innegables descubrimientos de Max Scheler en torno al amor en su más amplio sentido y el aporte que ha hecho para la mayor comprensión de lo que podríamos llamar ‘el amor cristiano’. Todo esto sobre la base de su revaloración de la vida afectiva como posibilidad original de apertura a la realidad, más precisamente de apertura a los valores que portan todos los bienes del mundo.
Amor, sobre todo en la primera etapa del pensamiento scheleriano, nos parece el concepto fundamental de su filosofía. El horizonte que abre el amor no sólo tiene repercusiones en las relaciones interhumanas, sino que también es la clave para explicar el origen de todo el cosmos, ya que es el principal atributo de la esencia divina. El amor incluso antecede al conocimiento, abriendo el campo valorativo para que la razón pueda posteriormente comprender el mundo. Por ello mismo es una concepción que termina siendo piedra angular de su ética, antropología, gnoseología, filosofía de la religión y teoría del conocimiento. No sería exagerado considerar que comprendiendo en profundidad lo que Scheler ha entendido por amor, tendríamos la clave para entrar en su personal perspectiva de observación de la realidad.
Dentro de lo que es propiamente el espíritu, Scheler hace una distinción estricta entre percepción afectiva y razón. Para él son dos facultades espirituales completamente distintas. Comparten, eso sí, la capacidad de abrirse a la realidad. En su filosofía ‘el corazón’ o percepción afectiva (Fühlen) está abierta a un aspecto de la realidad distinguible absolutamente del aspecto al cual accede la razón. Para toda esta concepción Scheler ha buscado inspiración en san Agustín y Pascal, aunque hay que decir que en estos últimos esta idea no fue completamente desarrollada. El texto donde más clara se ve esta fuente de inspiración es el famoso pensamiento pascaliano: “El corazón tiene sus razones, que la razón no entiende”. Se toma de esta idea Scheler y concluye lo siguiente: a nuestra vida sentimental se le presentan una clase especial de objetos que no es capaz de observar la razón. Estos objetos propios de la percepción afectiva son los valores. Y la percepción afectiva se percata de estos valores con total objetividad, tanto que Scheler habla de una verdadera ‘lógica u orden del corazón’ tan rigurosa como la lógica de la razón. La percepción afectiva o sentimental, a su vez, es ciega para percibir las esencias propias de la razón. Y la razón, por ende, es ciega para percibir los valores así como el oído está imposibilitado de apreciar los colores.
El filósofo además coloca la intuición de la percepción afectiva como precedente del conocimiento racional, en el sentido de que todo conocer de la razón va precedido por el campo abierto por la percepción afectiva. Conocemos aquello de lo cual ya hemos intuido su valor o disvalor (Wert/ Unwert).
Dentro de la percepción afectiva se deben distinguir primero los actos de ‘preferir y postergar’ entre valores según su rango y, en segundo lugar, el amor que es el acto más importante de los actos emocionales de apertura a la realidad. Y, según el filósofo alemán, el acto más importante del espíritu por sobre incluso la razón misma. El amor supera a la simple percepción de un valor o al simple postergar o preferir entre un valor u otro, ya que es esencialmente descubridor y desvelador de nuevos valores. Supera a la razón, en cuanto esta trabaja sobre el terreno de valor abierto ya por el amor.
Referencias bibliográficas básicas: 1.-Amor y conocimiento. Ediciones Sur. Buenos Aires, 1955. Traducción de Ansgar Klein. 2.- De lo eterno en el hombre. La esencia y los atributos de Dios. Revista de Occidente. Madrid, 1940. Traducción de Julián Marías. 3.- El puesto del hombre en el cosmos. Editorial Losada. Buenos Aires, 1938. Traducción de José Gaos. 4.-El resentimiento en la moral. Caparrós Editores. Madrid, 1998. Traducción de José Gaos. Edición de José María Vegas. 5.- Esencia y formas de la simpatía. Ediciones Sígueme. Salamanca, 2005. Traducción de José Gaos. 6.- Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético. Caparrós Editores. Madrid, 2001. Traducción de Hilario Rodríguez Sanz. 7.- Gramática de los sentimientos. Lo emocional como fundamento de la ética. Editorial Crítica. Barcelona, 2003. Traducción de Daniel Gamper. Selección, edición y prólogo de Paul Good. 8.- Muerte y supervivencia / Ordo amoris. Revista de Occidente. Madrid, 1934. Traducción de Xavier Zubiri.
Max Horkheimer y el método materialista-moral para develar estructuras sociales ideologizadas
Verónica Paz Soto Pimentel
Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Santo Tomás, Fundación Proyecto Propio
veronicapaz.s@gmail.com
Reafirmar hoy la frase de Marx “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, ahora es tiempo de transformarlo”, causa suspicacia, o al menos una risa irónica frente a un pensamiento anacrónico. Algo similar ocurre cuando se habla de la noción de <<ideología>> desde la perspectiva de Max Horkheimer, noción desarrollada entre los años 30 y 70 que corre el peligro de deslegitimación en tanto se considere como un pensamiento correspondiente a un tipo de sociedad que ya no existe. Sin embargo, si nos ponemos en la perspectiva de Slavoj Žižek, la noción de ideología, lejos de estar alejada de la realidad actual, es más pertinente que nunca, en tanto persiste la miseria y la invisibilización de la contradicción entre teoría y praxis, aun cuando estos fenómenos ya no son reconocibles en sus formas tradicionales (2003).
Es esta perspectiva la que motiva el rescate de lo que se denominará, tomando la expresión de Suárez González (2009), como método materialista-moral para la develación de ideologías y que Horkheimer propondría como “un instrumento para desarrollar su crítica del modelo moral burgués, para pensar en la posibilidad de una situación racional y por ende de vida nueva; tal instrumento es el materialismo” (pág. 158). En este sentido, el punto de partida de la reflexión materialista-moral que lleva a cabo el frankfurtiano no tendría como objetivo la fundamentación del (des)orden social, sino la explicación de la miseria y del sufrimiento en la época contemporánea (2009) producido por estructuras sociales ideologizadas
La noción de materialismo-moral carece de una definición exacta en la obra del frankfurtiano. Por ello, a partir del análisis de algunos de los escritos de Horkheimer (2000, 2001, 1986) es posible identificar tres pasos que abren el camino hacia el desocultamiento de las estructuras sociales ideologizadas: En primer lugar se identifica como punto de partida del método la identificación de una contradicción entre teoría y praxis, donde la teoría representaría, por ejemplo, los valores de libertad, igualdad, autonomía y solidaridad y la praxis, por el contrario, se vería mediada por el principio de autoconservación y la consecución de los intereses personales de una minoría poderosa. Así, el primer paso del método materialista-moral es desocultar, en las situaciones sociales injustas, la contradicción entre una teoría que apela a la totalidad y una praxis que, por el contrario, tiene como fin la individualidad o el principio de autoconservación. El segundo paso es observar bajo qué condiciones dicha contradicción se oculta, es decir, se identifica cómo se manifiesta en tal o cual caso el fenómeno de la ideología. Con ello se iluminan las injusticias sociales y las razones por las cuales éstas se conservan. Por último, se llega al tercer paso donde el movimiento materialista-moral de análisis propone la acción para la praxis que encamine la realización de una sociedad racional.
Referencias bibliográficas básicas: Horkheimer, M. (2000). Teoría Tradicional y Teoría Crítica. Barcelona: Paidós. Horkheimer, M. (2001). Autoridad y familia y otros ensayos. Barcelona: Paidós. Horkheimer, M. (1986). Ocaso. Barcelona: Anthropos. Marx, K. (2005). La ideología alemana (I) y otros escritos filosóficos. Madrid: LOSADA. Suárez González, J. R. (2009). “Compasión y solidaridad política, sentimientos morales propios para superar una época en estado de indigencia: perspectiva vista desde Max Horkheimer”. Eidos, 144-169. Žižek, S. (2003). Ideología. Un mapa de la cuestión. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Toda Conciencia es Autoconciencia
Elke Steckkönig
UAI
elke.steckkonig@uai.cl
No hay conciencia sin la característica de tener una cualidad de vivencia subjetiva. Esto porque conciencia es, por una parte, conciencia de algo (es decir objetos o estados de cosas), pero es también, por otra parte, la conciencia de esos objetos o estados de cosas de alguien. Cada sujeto ocupa una posición en el espacio y el tiempo en cuanto ese sujeto individual de sensación y de vivencias corporales. ¿Pero qué se puede concebir como la cualidad vivencial subjetiva de nuestra conciencia?
En la filosofía de la mente se ha establecido la discusión sobre los Qualia, en la cual se definen Qualia como cualidades de nuestros estados de conciencia. Esta discusión se concentra en la determinación de la característica cualitativa de nuestra conciencia no conceptual de sensación o de percepción. En el marco de la ahora ya clásica argumentación contra los intentos reduccionistas y de naturalización se llega a argumentos a favor de que la conciencia de estados fenomenales tendría un aspecto de la conciencia irreducible, un aspecto que proviene de la subjetividad de estos estados y de este modo remite al aspecto de la autoconciencia ahí contenido.
En mi ponencia elaboro un problema central de ese debate y nuestros como una teoría no-reduccionista puede reaccionar a este problema.
El problema central de esa argumentación es que Qualia tendrían que ser impresiones sensoriales privadas y subjetivas. Pero una teoría de los sentidos sólo se puede ocupar de características objetivables fisicalistas o fisiológicas. Así quedan en el debate sólo dos posibilidades de argumentación: en primer lugar se puede afirmar que es la inclusión de las características fisiológicas lo que tiene en cuenta lo subjetivo (reduccionismo), desplazando de este modo falsamente al sujeto las características en realidad objetivables (C-estimulación de fibras = dolor de dientes, “Rojez” = impresión roja fenomenal de Mary). En segundo lugar se puede partir de la suposición que lo subjetivo no estaría tomado en cuenta (enfoque no-reduccionistas). Pero entonces se está obligado a dejar un espacio vacío para la explicación de la así llamada “What it is likeness” (Mary experiencia “algo nuevo” cuando por primera vez ve el tomate rojo), lo que hace que la explicación sea insatisfactoria.
De un modo conciso mostraré en esta ponencia cómo se puede superar esos límites de la explicación mediante un nuevo entendimiento de nuestros estados de conciencia fenomenales.
Referencias bibliográficas básicas: Castañeda, H.-N. (1982 (1)): Sprache und Erfahrung. Texte zu einer neuen Ontologie. Eingeleitet und übersetzt von Helmut Pape. Frankfurt/M.: Suhrkamp. Castañeda, H.-N. (1994): „Er“: Eine Studie zur Logik des Selbstbewusstseins. In: Frank, M.: Analytische Theorien des Selbstbewusstseins . Frankfurt/Main: Suhrkamp, S. 172-209. Chalmers, D. J. (1996): The conscious Mind. In Search of a Fundamental Theory. New York/Oxford: Oxford University Press. Frege, G. (1994): Über Sinn und Bedeutung. In: Frege, G.: Funktion, Begriff, Bedeutung: fünf logische Studien. Hrsg. und eingel. Von Günther Patzig. 7., bibliogr. erg. Aufl. Göttingen: Vandenhoeck und Ruprecht. Gloy, K. (2004): Bewusstseinstheorien. Zur Problematik und Problemgeschichte des Bewusstseins und Selbstbewusstseins. Freiburg/München: Alber. Heckmann, H-D., Walter, S. (Hrsg.) (2001): Qualia. Ausgewählte Beiträge. Paderborn: Mentis. Husserl, E. (1993): Logische Untersuchungen, Band 2 Untersuchungen zur Phänomenologie und Theorie der Erkenntnis. In: Edmund Husserl: Arbeit an den Phänomenen. Ausgewählte Schriften (Hg. Waldenfels, Bernhard), Frankfurt/M.: Suhrkamp. Koch, A. F. (2006): Versuch über Wahrheit und Zeit. Paderborn: Mentis. Koch, A. F. (2006): Wahrheit, Zeit und Freiheit. Einführung in eine philosophische Theorie. Paderborn: Mentis. Kripke, S. A. (1994): Identität und Notwendigkeit. In: Frank, M. (Hrsg.): Analytische Theorien des Selbstbewusstseins. Frankfurt/Main: Suhrkamp, S. 116 – 126. Levine, J. (1983): Materialism and Qualia: The Explanatory Gap. In: Pacific Philosophical Quarterly, Vol. 64, No. 4, October, S. 354 – 361. Levine, J. (1993): On leaving out what it’s like. In: Consciousness. Psychological and Philosophical Essays: Oxford, S. 540-554. Lewis, C. I. (1929): Mind and the World Order. Outline of a Theory of Knowledge. New York 1929 (Nachdruck 1991). Lewis, D. (1983): Postscript to “Mad pain and Martian Pain” In: Lewis, D.: Philosophical Papers. Vol. 1. Oxford: Oxford University Press, S. 130-132. Lewis, D. (1988): What experience teaches. In: Proceedings of the Russellian Society. University of Sydney. Wiederabdruck in: Lycan (1990) Mind and Cognition. Oxford: Basil Blackwell. S. 499-519. Nagel, T. (1974): What is it like to be a bat? In: The Philosophical Review. Cornell University: Ithaca 83, S. 435–450. Papineau, D. (1998): Mind the Gap. In: Philosophical Perspectives, 1998 Peirce, C. S (1866): Collected Papers. Belknap Press of Harvard University Press: Cambridge, Nachdruck 1958-1966. Searle, J. R. (2006): Geist. Eine Einführung. Frankfurt/M.: Suhrkamp. Shoemaker, S. (1881 (3)): Selbstreferenz und Selbstbewusstsein. In: Bieri, P. (Hrsg.): Analytische Philosophie des Geistes. Königstein/Ts.: Beltz, S. 209-221. Shoemaker, S. (1984): Self-Reference and Self-Awareness. In: Shoemaker, Sydney: Identity, Cause, and Mind. Cambridge: Cambridge University Press.
Dualismo y mente: una aproximacion desde el budismo Dzogchen
Fernando Salvador Teillier Coronado
Universidad de Concepcion
fernandoteillier@udec.cl
El concepto “mente” en la filosofía occidental se encuentra circunscrito a la forma en que se producen los fenómenos cognitivos, los que son posibles en términos causales. Al centrarse en la explicación causal (con independencia de las características evolutivas de esta relación), el desarrollo de la filosofía de la mente, continúa teniendo como eje central de sus posibilidades de comprensión las ofrecidas por el dualismo cartesiano y su cosmogonía basada en la razón. Si el fundamento de la mente lo constituye su expresión racional-intelectual, entonces su esencia se encuentra conformada por alcances explicativos metodológicos, lo que la lleva a establecer su fundamento en cuanto a los contenidos en los requerimientos de la ciencia. De esta manera se da la paradoja de que la causa de una particular forma de comprensión subjetiva de la realidad se transforma en la explicación objetiva de la misma. Se trabaja desde el efecto de dicha comprensión como si fuera una causa, dándole las características de fundamento y se desentienden los alcances filosóficos de la paradoja, los que pasan a ser tratados explicativamente desde la ciencia. Dicha construcción explicativa permitiría la superación del dualismo al momento de centrar los alcances filosóficos del concepto mente (y su instrumentalización operativa/explicativa) en su ser material o más bien en su ser en cuanto a causa/efecto, lo observable y, sobre todo, medible. En esto consiste básicamente la superación del dualismo, en la uniformización de los alcances de “mente” y su integración dentro de un solo lado de la inevitable distinción dualista cuerpo/mente. Sin embargo, el mantener la atención en una sola indicación de la diferencia implica necesariamente la existencia de la indicación ignorada en el proceso de distinción. Así, la supuesta superación del dualismo no es tratada filosóficamente sino que exige una traducción científica (causal) a fin de ser filosóficamente comprensible. Esto se realiza tanto en las explicaciones materialistas conductistas como funcionalistas, así como en los alcances del “naturalismo biológico” presente en la filosofía de Searle.
En este sentido la tradición filosófica budista y particularmente el Dzogchen asume la suhttp://achif.cl/ii-congreso/#ponenciaperación de la dualidad al reconocer a la mente en cuanto a capacidad de razonar, pero esta capacidad no contiene su verdadera naturaleza. La naturaleza de la mente consiste en su capacidad de reflejar cualquier pensamiento o fenómeno que surja sin ser condicionada por estos. Esta capacidad de reflejar y los reflejos que surgen de ella son necesariamente producto de la vacuidad de la mente, lo que implica el reconocimiento de los fenómenos como meras ilusiones expresadas a partir de la naturaleza de la misma. La ilusión consiste en la incorporación del “yo” como nivel basal de la distinción dualista, al establecer una diferencia entre interno y externo como principio de la posibilidad de ser. De esta manera la superación de la dualidad depende fundamentalmente de la comprensión de la existencia ilusoria de un sujeto mental que posibilita la concepción dual yo/otro.
El presente trabajo pretende diluir, a partir de la filosofía Dzogchen, la existencia de la dualidad como concepción basal de la mente.
Referencias bibliográficas básicas: Deshimaru, T. y Chauchard, P.2005. Zen y Cerebro, Editorial Kairos. Norbu, N. El cristal y la via de la luz, Sutra, Tantra y Dzogchen, Editorial Kairos, 1996. Wittgenstein, L. 2003. Sobre la certeza. Editorial Gedisa Luhmann, N. 1998. Sistemas Sociales, Lineamientos para una teoría general, Editorial Anthropos. Moya, C. 2006. Filosofia de la mente, Editorial Universidad de Valencia. Searle, J. 1995. Intencionalidad: un ensayo en la filosofia de la mente,Editorial Tecnos- Searle, J. 2006. La mente: una breve introduccion, Editorial Norma. Capriles, C. 1999. Budismo y Dzogchen, Editorial La llave. Nagarjuna, 2003. Versos sobre los fundamentos del camino medio, Editorial Kairos. Von Foerster, H. 1996. Las semillas de la cibernetica: obras escogidas, Editorial Gedisa.
El cuerpo propio como alteridad pasiva del recibir
María Belén Tell Ochoa
Universidad Católica de la Ssma. Concepción-Seminario Metropolitano de Concepción
mtell@ucsc.cl
El propósito del presente escrito radica en mostrar la dinámica del cuerpo propio, como finitud pasiva del recibir, en tres momentos complementarios idenfiticables siguiendo el itinerario filosófico del pensador Paul Ricoeur. Tales momentos responden a una primera etapa fenomenológica, a una segunda en la que se vincula la fenomenología con el análisis del lenguaje y a una tercera instancia propiamente hermenéutica.
Consideramos relevante el análisis ricoeuriano sobre el cuerpo, en tanto alteridad pasiva, ya que en su transcurso va dando cuenta de la paradójica y frágil condición humana, así como de la importancia del cuerpo como suelo de la voluntad y, en definitiva, de la identidad de la persona.
El cuerpo propio será un tipo de alteridad y condición pasivo-receptiva de posibilidad a la que la decisión voluntaria, la determinación de-sí, la ipseidad narrativa y la atestación de sí y del otro-como-sí tendrán que consentir.
La alteridad del cuerpo propio, entonces, remarca y expresa una dimensión estructural y constitutiva antropológica: la condición de pasividad y receptividad de la persona. Se suelen resaltar en los análisis antropológico-filosóficos las facultades, potencias o funciones de las cuales el individuo es capaz de ejecutar o ejercer, sin embargo no se suele incorporar la dimensión receptivo-pasiva originaria de la existencia humana. Y el “ser capaz de” es posible dado que primero se recibió y “padeció” el ser.
En este sentido, el filósofo francés sostiene que todo el rodeo antropológico/ontológico de la identidad (ipseidad) debe acomodarse en relación a las tres dimensiones de su alteridad: el cuerpo propio, el otro, y la conciencia moral. En este contexto, trabajaremos en torno a tres ejes que permitirán reflexionar y comprender al cuerpo propio como:
1. Parte de la estructura involuntaria de la receptividad: como campo total de motivación; como órgano de la moción voluntaria; y como involuntario absoluto: como el lugar de la organización vital, de un carácter no elegido (y narrativo), e incluyendo un fondo pulsional ampliamente inconsciente. 2. “Realidad” de carácter ambiguo y punto de inflexión entre el análisis lingüístico y el fenomenológico de la acción. 3. Alteridad en dialéctica con la ipseidad, en tanto experiencia pasiva o pasividad-alter.
Referencias bibliográficas básicas: RICOEUR, Paul; “Del Texto a la Acción”; trad. Pablo Corona; Buenos Aires; FCE; 2001. ______________; “Educación y Política”; Buenos Aires; Docencia; 1984. ________________; “El concepto de responsabilidad. Ensayo de análisis semántico”; trad. Rocío Irala; Cátedra Filosofía; Carrera de Ciencia Política; UBA; circulación interna. ________________; “El Discurso de la Acción”; trad. Pilar Calvo; 2da. ed.; Madrid; Cátedra; 1988. _____________; “Finitud y culpabilidad”; trad. Cecilio Sánchez Gil; Madrid; Taurus; 1982. _______________; “Historia y narratividad”; Barcelona; Paidós; 1999. _______________; “Lo voluntario y lo involuntario”; trad. Juan Carlos Gorlier; tt. I-II; Buenos Aires; Docencia; 1986. _______________; “Sí Mismo como Otro”; trad. Agustín Neira Calvo; Madrid; Siglo Veintiuno; 1996. _______________; “Tiempo y narración”; vol. III; trad. Agustín Neira; México; Siglo XXI Ed.; 1996.
El impacto de la fenomenología en la epistemología y la teoría de las ciencias sociales
Ulises Toledo Nickels
Universidad San Sebastián – Universidad del Biobio
utoledonickels@gmail.com
En el último tercio del siglo XX -y comienzos del siglo XXI- se consolida un estilo de investigación social que abiertamente se declara fenomenológico. En ese registro se inscribe la obra clásica de Steve Taylor y Robert Bogdan (Introducción a los Métodos Cualitativos de Investigación, 1996), y el importante tratado de S.T. Bruyn (La Perspectiva Humana en Sociología, 1972). Asimismo, los «Estudios en Etnometodología» de Harold Garfinkel, la «Sociología Cognitiva» de Aaron Cicourel, la «Antropología Cognitiva» de Clifford Gertz, la «Sociología del Conocimiento» y la «Sociología de la Religión» de Thomas Luckmann y Peter Berger, entre otros. De hecho, los autores citados sostienen que hoy predominan dos visiones epistemológicas principales en las ciencias sociales, la primera es el neo-positivismo y la segunda es la fenomenología.
Sin embargo, algunos autores entienden el componente fenomenológico como una fundamentación filosófica de las ciencias sociales (al modo de una proto-sociología), en cuyo caso se prefiere la denominación fenomenología sociológica. Mientras otros defienden que se trata de un tipo de ciencia empírica inspirada en dicha fundamentación y, por consiguiente, consideran más adecuado hablar de una sociología fenomenológica.
El presente trabajo aporta razones para superar el hiato entre una fenomenología sociológica y una sociología fenomenológica proponiendo que esta serie de teorías y acciones de investigación deben asumirse -en conjunto- como un programa de investigación científica. Dicha perspectiva ofrece una estructura formal dialéctica que no anula la fenomenología sociológica en favor de la sociología fenomenológica, o viceversa, sino que las integra en calidad de “momentos” de un mismo proceso unitario, a saber: el programa socio-fenomenológico.
El trabajo sostiene que la formulación de una proto-sociología es equivalente a la noción de un núcleo filosófico de un programa de investigación. En primer lugar, se especifica el poder heurístico que, en general, provee el núcleo filosófico a un programa de ciencias sociales y -en segundo lugar- analiza la forma en que el núcleo fenomenológico se ha constituido y el impacto que éste ha tenido (y puede llegar a tener) en la epistemología y la teoría comprensiva del mundo social.
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Esencialismo, causalidad y teoría biológica
Julio Torres Meléndez
Universidad de Concepción
jutorres@udec.cl
Hay actualmente en filosofía de la biología una controversia entre aquellos que sostienen que la biología contemporánea hace inviables a las propuestas esencialistas acerca de las especies. Estas propuestas pueden dividirse en dos tipos: aquellos que ven el esencialismo solo como una concepción no-científica que es sostenida por la fuerza de la tradición o por el desconocimiento de la teoría biológica actual (Mayr 1968, Dupré 2002), y aquellos que ven en el esencialismo una propuesta científica cuyos valores explicativos son refutados completa o parcialmente por la teoría biológica (Sober 1980). Entre estos últimos hay quienes sostienen que las propuestas de los esencialistas relacionales, si bien son consistentes con la teoría biológica, generan propuestas limitadas en su alcance dada la escasa potencialidad causal de las esencias relacionales en biología (Okasha 2002, Devitt 2009). Otros sostienen que esta situación conduce a negar que esta propuesta relacional sea una forma de esencialismo o conduce, finalmente, a un compromiso con un esencialismo intrínseco que es abiertamente inconsistente con la teoría biológica (Ereshefsky 2010). Mi objetivo en esta ponencia es examinar esta controversia y defender que las propuestas relacionales deben ser consideradas como formas legítimas de esencialismo: si el esencialismo en una propuesta que ha tenido valores científicos entonces su rechazo puede ser solo parcial y es una cuestión abierta el hecho de si el esencialismo relacional es inconsistente con la teoría biológica actual. Una evidencia a favor de la consistencia es la defensa del biólogo Kevin de Queiroz de la coincidencia fundamental entre los diversos conceptos de especie. De acuerdo a de Queiroz todos estos conceptos se comprometen con una concepción común acerca de la naturaleza de las especies a pesar de utilizar diversas propiedades biológicas como criterios de especie. De acuerdo a esta concepción común (el concepto unificado de especie) una especie se identifica con el segmento de un linaje de una meta-población que evoluciona de manera independiente (de Queiroz 2007). Esta propiedad biológica es “la única propiedad necesaria de las especies” (de Queiroz 2005).
Referencias bibliográficas básicas: Devitt, Michael. 2008. Resurrecting Biological Essentialism. Philosophy of Science 75: 344–382. Dupré, John. 2002. Humans and Other Animals. Oxford: Oxford University Press.de Queiroz, Kevin. 2005. A unified species concept and its consequences for the future of taxonomy. Proceedings of the California Academy of Sciences 56 (suppl. 1): 196-215.de Queiroz, Kevin. 2007. Species concepts and species delimitation. Systematic Biology 56: 879-886. Ereshefsky, Mark. 2010. What’s Wrong with the New Biological Essentialism. Philosophy of Science 77: 674-685. Griffiths, Paul. 1999. Squaring the Circle: Natural Kinds with Historical Essences. En Species. New Interdisciplinary Essays, ed. Robert Wilson, 209-228. Cambridge, Mass.: The MIT Press. Mayr, Ernst. 1968. Especies animales y evolución. Santiago de Chile-Barcelona: Universidad de Chile y Ariel. Okasha, Samir. 2002. Darwinian Metaphysics: Species and The Question of Essentialism. Synthese 131: 191-213. Sober, Elliott. 1980. Evolution, Population Thinking, and Essentialism. Philosophy of Science 47: 350-383. Torres, Julio. 2011. Esencialismo, valores epistémicos y conceptos de especie. Theoria 71: 177-193. Torretti, Roberto. 2010. La proliferación de los conceptos de especie en la biología evolucionista. Theoria 69: 325-377.
El libre albedrío desde el horizonte de la neurobiología, ¿determinación, ilusión o reducción de la libertad?
Daniel Toscano López
Becario Conicyt/ Doctorando en Filosofìa, Pontificia Universidad Catòlica de Chile
dantoslopez@hotmail.com
Esta reflexión aborda el problema de la libertad de la voluntad o, acuñando una expresión que ha hecho carrera a lo largo de la historia de la filosofía, el asunto del libre albedrío. Desde la Antigüedad Cristiana hasta la actualidad el problema del libre albedrío ha generado vivos debates que están dominados en mayor o en menor medida por la pregunta acerca de si los actos humanos que experimentamos libres realmente lo son. La reflexión que acometemos se lleva a cabo dentro del contexto de lo que actualmente se ha dado en llamar filosofía de la mente, pero de un modo más preciso la neurobiología, pues este enfoque se constituye cada vez más en un escenario de discusión multidisciplinaria, en donde el científico y el filósofo tienen mucho que aportar. Lo que proponemos es que el asunto del libre albedrío explicado a partir de la concepción actual de la neurobiología, aunque se erige en una explicación plausible por darle un sustento científico al explicarlo desde procesos neuronales; no obstante, también es una simplificación que atiende a una causalidad material de la experiencia de la libertad. Hablar de una explicación neurobiológica del libre albedrío atiende por mucho a una causa necesaria, pero no suficiente del mismo. Por lo tanto, el derrotero que proponemos está estructurado en tres momentos: en primer lugar, planteamos el problema del libre albedrío con el fin de situarlo dentro del marco de la neurobiología; en segundo lugar, esbozamos la perspectiva determinista y la indeterminista con miras a extraer algunas conclusiones para el asunto del libre albedrío; en tercer lugar, exponemos brevemente el caleidoscópico problema de la libertad de la voluntad en la medida en que éste comporta antecedentes históricos que, antes que entregar una solución final, dejan ver una reformulación del mismo que aglutina distintos esfuerzos de explicación. Con ello arribaremos a la relación entre el libre albedrío y el cerebro. Lo que sostenemos en este escrito es que actualmente, en el debate científico, filosófico la explicación de la libertad del hombre y del libre albedrío ha caído en una suerte de reduccionismo que la inscribe dentro de los estrechos moldes de procesos neuronales- materialistas.
Referencias Preliminares: BENINI, Arnaldo, (2009). Che cosa sono io. Il cervello alla ricerca di sé stesso. Milano: Garzanti. Gruppo editoriale Mauri Spagnol. BOSSUET, Jacques, (1948). Traite du Libre Arbitre, Texto Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán, Instituto de Filosofía. DELEUZE, Gilles, (1990). ¿Qué es un dispositivo? En BALBIER, DELEUZE, DREYFUS, et al. Michel Foucault, Filósofo, Barcelona: Gedisa. EVERS, Kathinka, (2010). Neuroética. Cuando la materia se despierta. Buenos Aires: Katz Editores. FOUCAULT, Michel, (1986). Historia de la sexualidad, voluntad de saber, trad. Ulises Guiñazú, México: siglo XXI. HUBERT, Dreyfus, RABINOW, Paul, (2001). Michel Foucault: más allá del estructuralismo y la hermenéutica, Trad. Rogelio C. Paredes, Buenos Aires: Nueva Visión. HOOK, Sidney, (1969). Determinismo y libertad. Trad. José Luis Lana. Barcelona: editorial Fontanella. ORWELL, George, (1961). 1984. New York: The New American Library. KANT, Immanuel, (2004). Filosofía de la historia. ¿Qué es la Ilustración la Ilustración? Trad. Emilio Estiú y Lorenzo Novacassa. La Plata: Terramar ediciones. KENNY, Anthony, (2000). Tomás de Aquino y la mente. Trad. De J. M. López de Castro. Barcelona: editorial Herder. PUTNAM, Hilary, (2001). Razón, verdad e historia, Madrid: editorial tecnos. SEARLE, John, (2004). Liberté et Neurobiologie. Réflexions sur le libre arbiter, la langage et le pouvoir politique. Paris: Grasset.
La Riqueza de las Naciones y el Orden Económico: Una Relectura de la obra de Adam Smith
Pedro Trevisan Vidal
Pontificia Universidad Católica de Chile
ptrevisa@uc.cl
La Riqueza de las Naciones tiene como asunto la fundación de una ciencia de la economía, en la cual, el orden económico opera de acuerdo a leyes naturales subyacentes, siendo éstas las que intervienen en la creación, distribución y circulación de la riqueza. Adam Smith ha sido considerado por muchos como el padre de la economía política y uno de los mayores exponentes del liberalismo clásico. “Su doctrina de un orden natural unificado, que opera en función de fuerzas naturales, ofreció un camino hacia la síntesis lógica y consistente de las relaciones económicas, en dirección a la construcción de sistemas.” (Viner, J. 1927: 198) Smith nos ofrece, en su afán de fundar una ciencia de la economía, un sistema complejo de relaciones de causa y efecto, coordinado y mutuamente interdependiente que opera en función de fuerzas naturales. Es decir, el orden existente no radica en un diseño deliberado, de modo que, éste no es el resultado de la acción conjunta premeditada del hombre, sino que surge a partir de un proceso natural que es gradual.
El presente trabajo tiene como objeto ofrecer una interpretación sobre el sistema económico a través del estudio de la Riqueza de las Naciones, considerando los principios y fundamentos que guían sus operaciones. Según Smith, los seres humanos son criaturas sociales que sólo pueden entenderse en el contexto de un entorno social. Por consiguiente, para conocer los fundamentos y las dinámicas del orden económico es preciso considerar los fundamentos del orden social, como también su perspectiva en cuanto a la naturaleza del hombre y sus motivaciones. Para aquello se debe recurrir a la Teoría de los Sentimientos Morales, sin la cual se dificulta la obtención de una visión más comprehensiva del pensamiento de Smith. En consecuencia, se analizarán ciertos principios fundamentales de la teoría de Smith a la luz de ambas obras, a modo de ofrecer un humilde aporte a la relectura y estudio de la obra de este clásico de la económica política.
Habiendo considerado aquellos conceptos fundamentales, se abordarán los aspectos centrales de su teoría económica. Se busca exponer los principios que orientan las relaciones y las dinámicas del sistema económico, con el propósito de señalar cuáles son aquellas leyes naturales que intervienen en la creación, distribución y circulación de la riqueza. El recuento de los principales aspectos de su teoría económica redunda en la interpretación del argumento de la “mano invisible”.
Ahora bien, la noción de un orden que surge naturalmente, no implica que el orden sea instantáneo, ni mucho menos que esté exento de conflictos y tensiones al interior. Se observa, en este trabajo, cómo el interés propio, que permite las relaciones cooperativas de intercambio impersonal y produce consecuencias beneficiosas para la sociedad, paradójicamente, tiende a estar constantemente amenazando con socavar aquellos beneficios. De modo que, la Riqueza de las Naciones daría cuenta de cómo los intereses de todos podrían armonizar, lo cual dista de afirmar que aquellos se encuentren siempre en armonía. Resurge así la importancia de considerar el rol del gobernante, en tanto garante del orden social y la justicia.
Referencias bibliográficas básicas: Smith, A. (1776) An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations [WN, 1776]. R. H. Campbell y A. S. Skinner (eds.). Indianápolis: Liberty Fund, 1981 [Oxford University Press, 1976, 1979]. Smith, A. (1759) The Theory of Moral Sentiments [TMS, 1759]. D. D. Raphael y A. A. Macfie (eds.). Indianápolis: Liberty Fund, 1984 [Oxford University Press, 1976, 1979]. Coase, R. H. (1976) Adam Smith’s View of Man. Journal of Law and Economics, Vol. 19, No. 3: 529-546 Coker, E. (1990) Adam Smith’s Concept of the Social System. Journal of Business Ethics, Vol. 9, No. 2: 139-142 Fitzgibbons, A. (2003) Adam Smith’s System of Liberty, Wealth and Virtue. Oxford: Clarendon Press. Fleischacker, S. (2004) On Adam Smith’s Wealth of Nations: A Philosophical Companion. Princeton: Princeton University Press. Fleischacker, S. (2006) Adam Smith y la igualdad, Estudios Públicos Nº 104 Forcé, P. (2003) Self-interest Before Adam Smith: A Genealogy of Economic Science. New York: Cambridge University Press Göçmen, D. (2007) The Adam Smith Problem: Human Nature and Society in The Theory of Moral Sentiments and The Wealth of Nations. London, New York: Tauris Academic Studies Grampp, W. (2000) What did Smith mean by the invisible hand? Journal of Political Economy, Vol. 108, No.3, pp. 441–65. Haakonssen, K. (2006) The Cambridge Companion to Adam Smith. Cambridge: Cambridge University Press Hayek, F (1982) Los principios de un orden social liberal. Estudios Públicos: Nº 6 Hollander, J. (1927) Adam Smith 1776-1926. The Journal of Political Economy, Vol. 35, No. 2: 153-197 Hollander, S. (1977) Adam Smith and the Self-Interest Axiom. Journal of Law and Economics, Vol. 20, No. 1: 133-152 Hutchison, T. W. (1976) The Bicentenary of Adam Smith, Economic Journal, vol. 86, no. 3, pp. 481–92. Mauss, M. (1971) Ensayo sobre los Dones: Razón y Forma del Cambio en las Sociedades Primitivas. Madrid: Editorial Tecnos Mehta, P. B. (2006) Self-Interest and Other Interests, en The Cambridge Companion to Adam Smith. Cambridge: Cambridge University Press Montes, L. (2004) Adam Smith in context: A Critical Reassessment of Some Central Components of His Thought. New York: Palgrave Macmillan Montes, L. (2006) Tras la huella de Adam Smith: su relevancia hoy. Estudios Públicos: Nº 104 RAPHAEL, D. D. AND MACFIE, A. L. (1984) Introduction, en The Theory of Moral Sentiments [TMS, 1759]. D. D. Raphael y A. A. Macfie (eds.). Indianápolis: Liberty Fund, 1984 [Oxford University Press, 1976, 1979]. Otteson, J (2006) Adam Smith y la libertad, Estudios Públicos Nº 104. Price, L. (1893) Adam Smith and His Relations to Recent Economics. The Economic Journal, Vol. 3, No. 10: 239-254. Rothschild, E. (1992) Adam Smith and Conservative Economics. The Economic History Review, New Series, Vol. 45, No. 1: 74-96. Samuels, W. (1977) The Political Economy of Adam Smith, Ethics, Vol. 87, No. 3 (Apr., 1977), pp. 189-207. Smith, C. (2006) Adam Smith’s Political Philosophy: The invisible hand and spontaneous order. London, New York: Routledge. Smith, V (1998) The Two Faces of Adam Smith, Southern Economic Journal, Vol. 65, No. 1 (Jul., 1998), pp. 2-19. Schumpeter, J. (1963) History of Economic Analysis. London: George Allen & Unwin Ltd. Stigler, G. (1971) Smith travel’s on the ship of state. History of Political Economy, Vol 3, No. 2, pp. 265-277. Viner, J. (1927) Adam Smith and Laissez Faire. The Journal of Political Economy, Vol. 35, No. 2: 198-232. Werhane, P. (1989) The Role of Self-Interest in Adam Smith’s Wealth of Nations. The Journal of Philosophy, Eighty-Sixth Annual Meeting American Philosophical Association, Eastern Division Vol. 86, No. 11, pp. 669-680.
Lugar y naturaleza del genio en la Kritik der Urteilskraft de Immanuel Kant
Nicolás Trujillo Osorio
Universidad de Chile / Universidad Diego Portales
n.trujillo.osorio@gmail.com
La sección conocida como “teoría del genio y el arte bello” (§§ 43-54) es una de las secciones menos comentadas de la tercera crítica de Immanuel Kant. Entre las razones de su impopularidad, destacan su directa pertenencia a una tradición “estética” de pensamiento y, en consecuencia, su aparente “suplementariedad” dentro de la sección en la que se sitúa, a saber, la deducción de los juicios de gusto puro (§§ 30-54) .
El objetivo de mi presentación consistirá, en primer lugar, en exponer las principales razones por las que los conceptos de “genio” (Genie) y “arte bello” (schöne Kunst) han caído en cierto descrédito con respecto al problema principal de la tercera crítica, a saber, el principio de la finalidad (Zweckmässigkeit). En segundo lugar, situaré ambos conceptos en el marco de la investigación estética según Kant propone comprenderla (EE, §VIII). Con ello, busco resituar ambos conceptos en el marco crítico del problema de la finalidad. En tercer lugar, propondré una breve reconstrucción de la relación entre la “teoría del genio y el arte bello” y el principio de la finalidad, para mostrar , primero, si dicha teoría cumple una función específica dentro del sistema y, segundo, explicar qué función podría desempeñar. Esta reconstrucción estará guiada por la “Deducción de los juicios de gusto puro”, que se comprenderá como el marco dentro del cual hay que buscar el objetivo principal de la sección sobre el genio y el arte bello.
Por último, concluiré esbozando la siguiente hipótesis. ¿Es posible considerar la teoría del genio como una teoría de la técnica que, más que tematizar una técnica particular, se pregunta por la condición de posibilidad de la producción humana en cuanto tal?
Referencias bibliográficas básicas: Obras de Kant, – Antropología en sentido pragmático, trad. José Gaos, Alianza Editorial, Madrid, 1991. – Correspondence, trad. Arnulf Zweig, Cambridge University Press, New York, 1999. – Crítica de la facultad de juzgar, trad. Pablo Oyarzún, editorial Monte Ávila, Venezuela, 1992. – Crítica de la Razón práctica, trad. Roberto R. Aramayo, Alianza Editorial, Madrid, 2002. – Crítica de la Razón pura, trad. Pedro Ribas, editorial Alfaguara, México, 2006. – Critique of the power of judgment, trad. Paul Guyer y Eric Matthews, Cambridge University Press, New York, 2000. – Kritik der Urteilskraft, edición de Karl Vorländer, Editorial Felix Meiner, Leipzig, 1922. Literatura secundaria. – CASSIRER, ERNST, Kant, vida y doctrina, FCE, México, 2003. – CORDUA, CARLA, “El juicio y la unidad de la filosofía”, En su: Variedad en la Razón. Ensayos sobre Kant, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, EE.UU., 1992, pp. 175-186. – CRAWFORD, DONALD W., “Kant’s theory of Creative Imagination”, En, GUYER, PAUL (ed.), Kant’s critique of the power of judgment. Critical Essays, Rowman & Littlefield Publishers, Inc, EEUU, 2003, pp. 143-170. – DE DUVE, THYERRI, “Kant after Duchamp”, En su: Kant after Duchamp, Massachusetts Institute of Technology, EE.UU, 1996, pp. 283-326. – DERRIDA, JACQUES, “Economimesis”, Diacritics, vol. 11, John Hopkins University Press, New York, 1981, pp. 3-25. – DERRIDA, JACQUES, La verdad en Pintura, editorial Paidós SAICF, Buenos Aires, 2005. – GINSBORG, HANNAH, “Kant on Aesthetic and Biological Purposiveness”, En: REATH, ANDREWS, HERMAN, BARBARA, KORSGAARD, CHRISTINE M., Reclaiming the history of ethics. Essays for John Rawls, Cambridge University press, Inglaterra, 1997, pp. 329-360. – HEIDEGGER, MARTIN, “La pregunta por la técnica”, En su: Conferencias y artículos, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2001, pp. 9-32. – HEIDEGGER, MARTIN, Nietzsche, vol.1, Ediciones Destino, España, 2000. – MOLINA, EDUARDO, “Juicio, ley y aplicación en Kant. Un problema central de la Crítica de la facultad de juzgar, Anuario Filosófico, XL/3, Universidad de Navarra, España, 2007, pp. 673-695. – MOLINA, EDUARDO, “Natura materialiter spectata. Naturaleza, finalidad y organismo en la Crítica de la facultad de juzgar de Kant.”, Revista de Filosofía, vol. 65, Universidad de Chile, Santiago de Chile, 2009, pp. 43-56. – OYARZÚN, PABLO, “Categorías Estéticas”, En: SOBREVILLA, DAVID y XIRAU, RAMÓN (eds.), Estética, Editorial Trotta/CSIC, España, 2003, pp. 67-100. – OYARZUN, PABLO, “Imitación y Expresión. Sobre la teoría kantiana del arte”, En: ROHDEN, VALÉRIO (ed.), 200 anos da crítica de faculdade do juízo de Kant, Editora UFRGS/Instituto Goethe/ICBA, Porto Alegre, 1992. – TORRETTI, ROBERTO, “Conceptos y objetos”, En su: Estudios filosóficos 2007-2009, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2010, pp. 33-62. – TORRETTI, ROBERTO, “Conocimiento discursivo”, En su: Estudios filosóficos 1986-2006, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2007. pp. 185-210. – TORRETTI, ROBERTO, “Kant, filósofo del más acá”, En su: Variedad en la Razón. Ensayos sobre Kant, Editorial de la Universidad de Puerto Rico, EE.UU., 1992, pp. 1-18. – TORRETTI, ROBERTO, “La objetividad – en el sentido de Kant”, En su: Estudios filosóficos 2007-2009, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2010, pp. 13-32. – TORRETTI, ROBERTO, Manuel Kant, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2000.
El cuerpo como contrafuerte de la libertad abstracta: Notas para la reconstrucción de la noción de cuerpo en el Derecho abstracto (§§34-81) de la Filosofía del Derecho de Hegel
Manuel Alejandro Ugalde Duarte
PAEM, Universidad Diego Portales
pleonasmo@gmail.com
Si bien Hegel trata la cuestión del cuerpo en diferentes partes de su obra, en el presente trabajo nos interesa abordarla en un texto particular, a saber, la Filosofía del Derecho. Aborda ese tema de modo explícito en la primera parte de su texto, específicamente en el apartado del ‘Derecho Abstracto’. Si bien los parágrafos que componen ese apartado se dedican a cuestiones relevantes como la persona, la libertad, la voluntad, la propiedad’ y el castigo nuestro énfasis deja de lado esas cuestiones por el cuerpo. Esta decisión no sólo es un capricho, sino más bien se fundamenta en la convicción de que a la noción que desarrolla Hegel sobre el cuerpo se le puede dar una importante dignidad en su sistemática de la Filosofía del dercecho, y un lugar fundamental, o si se quiere de fundamento, para el desbroce de toda su arquitectura de la libertad. Desde nuestro punto de vista –categórico por cierto- sin cuerpo, no hay nada. Entonces para nosotros son centrales lo que pueden ser consideraciones marginales para otros.
Para aquello desarrollaremos, en primer término y centralmente, la noción central del derecho abstracto, a saber, la persona. Esta idea, entendida como la de un agente con una voluntad libre se realiza propiamente tal si y sólo si ejerce su acción hacia una esfera distinta de lo que es ella misma. Así, podemos conjeturar que un alma puramente espiritual sin ninguna materialidad no podría desplegar su libertad como idea: necesita un soporte, un medio con el cual expresarse. Precisamente dicho soporte es el cuerpo. Justamente en ese punto es que entra en juego la problemática y el nudo del cuerpo en el Derecho Abstracto; de modo que tendremos que ponerlo en relación con los otros elementos relevantes de este momento de la voluntad: ¿cuál es el estatuto del cuerpo?, ¿cuál es su relación con la personalidad, la objetualidad y la propiedad? Uno puede avanzar rápidamente y afirmar que el cuerpo es una cosa que se apropia. Bien, pero ¿el cuerpo es un simple medio del alma o es algo más complejo que eso? ¿cómo se puede entender la relación de unidad entre ambos elementos? ¿cómo es posible señalar que cuerpo y alma son una unidad inseparable si es que el cuerpo es una cosa, y por su estatuto de cosa es ‘extrinseco a la libertad’ y, por lo mismo, debe apropiársele? Esto es lo que esbozaremos y elaboraremos en la presente ponencia.
Referencias bibliográficas básicas: Cordua, C. (1992) Explicación suscinta de la filosofía del derecho de Hegel. Santa Fe, Bogota: Temis. Encyclopædia Britannica (2011). ‘Butress’ Recuperado desde http://www.britannica. com/ EBchecked/topic/86773/buttress el día 11 de Junio de 2011. Hegel, G.W.F. (1821) Principios de la filosofía del derecho. Buenos Aires: Sudamericana, 2004. [Traducción: Juan Luis Vermal] Hegel, G.W.F. (1821) Fundamentos de la filosofía del derecho. Madrid: Libertarias. 1993. [Traducción: Carlos Díaz] Hegel, G.W.F (1821) Filosofía del derecho. Buenos Aires: Claridad, 2010. [Traducción: Angélica Mendoza] Höeffe, K & Pippin, R. [comp.] (2004) Hegel on ethics and politics: The german philosophical tradition. New York: Cambridge. Ormeño, J. (2008) Hegel: el derecho abstracto y el castigo. Una reconstrucción del argumento del primer capítulo de la Filosofía del derecho. Ponencia dada en las Jornadas de Filosofía Moderna, Chile. (Inédito). Rawls, J. (1971) Teoría de la justicia. Buenos Aires: FCE, AÑO. Wood, A. (1990) Hegel’s ethical thought. New York: Cambridge.
La Inteligencia como vector intencional
Eduardo Antonio Valenzuela Magaña
Universidad de Santiago
evalenzuela@granlibro.com
La vigencia de los métodos sicométricos usados en el momento de evaluar la inteligencia, hace suponer que las críticas de las que han sido objeto y el surgimiento de nuevos modelos “blandos” de inteligencia, no han logrado objetar su validez técnica, ni menos reemplazarlos. Es una opinión compartida que el problema radica en la inexistencia de una adecuada definición y comprensión de la inteligencia. Es necesaria una ampliación y reformulación de lo que entendemos por intelecto humano, solo después estaremos en condiciones de estudiar y entender adecuadamente este fenómeno (Gardner 1993: 36).
El expositor asume el desafío de plantear una reformulación del concepto de inteligencia humana. Para hacerlo, en primer lugar realizará una mirada a los problemas filosóficos asociados a las dos grandes convergencias que existen actualmente sobre ella: la posición cognitivista y la contextualista. La primera ubica a la inteligencia dentro del individuo como si fuera una propiedad interna, fijando su atención en los procesos cognitivos. La otra en cambio, aborda el problema de la inteligencia desde la perspectiva del producto cultural. Ambas posturas comparten problemas filosóficos similares, a saber, el problema de la reificación de la inteligencia y el del acceso a una explicación causal de la conducta.
Posteriormente propondrá un modelo denominado “Inteligencia Vectorial”, el cual en primer lugar define la inteligencia como acción, por ello se hablará de “acto inteligente” y no solamente de inteligencia. La “acción inteligente” intervendrá sobre objetos específicos de una cultura, lo que le otorgará su carácter intencional. Para graficar adecuadamente esta idea de inteligencia como Acción y Estado Intencional, se usa la idea de vector. El punto de aplicación del vector que llamaremos Acción Inteligente (AI), está en la persona y las capacidades cognitivas que posee en cuanto ser racional. La dirección hacia la cual se dirige AI es la cultura la cual actúa como contexto. La flecha o dirección de ajuste otorga significado “s” al estado intencional. En el caso de AI ese ajuste es de Mente a Mundo, es decir, desde el eje de las capacidades cognitivas hacia el mundo que es la cultura. De este modo el contenido del estado intencional AI está dado por el punto en el cual el vector toca la cultura.
Podemos graficar lo recién expresado del siguiente modo:
En el diagrama el eje P representa a la persona con sus procesos y capacidades cognitivas. CC es el contexto cultural en el cual se actúa la cognición y CE corresponde al contexto evolutivo, es decir, es el eje que expresa el desarrollo filogenético de la especie. Por último S expresa el significado que adquiere AI en contacto con CC. El vector debe tocar CC en algún punto para que tenga sentido y pueda ser interpretado.
De este modo podemos definir el acto inteligente:
Un acto inteligente es un vector que representa una acción intencional, cuyo origen está en las capacidades cognitivas del sujeto, que posee dirección y ajuste mente a mundo y que interviene sobre un rango de objetos culturales compartidos por una comunidad.
Este modelo se puede aplicar en la descripción de una serie de problemas asociados a la inteligencia.
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Estética de lo fantástico y pensamiento paradojal
Malva Marina Vásquez Córdova
Universidad Católica de Valparaíso
malmara@msn.com
El objetivo de esta ponencia es investigar el rol estructurante de las contradicciones en la construcción de los relatos fantásticos. Para ello analizaremos, de acuerdo al cuadrado semiótico de Greimas, las clases de relaciones de oposición que presenta el sistema deductivo de algunos enunciados de esta narrativa de corte especulativo, en el devenir de la sintaxis narrativa de dos relatos. El hilo conductor en esta determinación de las contradicciones será el motivo fantástico del espejo, el que nos invita a involucrarnos en el debate sobre la naturaleza de la aventura cognitiva de la mirada humana, mediada por esas prótesis extensivas e intrusivas de lo real (Eco). Al espejo lo entenderemos como un particular objeto semiótico que nos muestra una lógica del sentido problemática, ya que nos brinda la posibilidad de ver la presencia de la ficción o de lo virtual en la realidad misma o sea, a acceder a través de la visión del reflejo especular a la producción de un contrafactual de lo real mismo. (Foucault) Interesa demostrar que lo fantástico, lejos de subrayar los límites de la razón, estimula nuestra capacidad de razonar más allá de los límites validados por nuestros hábitos de pensar. En este sentido, el Estadio del Espejo lacaniano puede entenderse como metáfora epistemológica que requiere de su estudio de los aportes de la lógica paraconsistente, – la que es una extensión de la lógica clásica – la que ha demostrado que el principio de no contradicción no tiene que ser el requisito siempre necesario de la racionalidad.
Referencias bibliograficas básicas: Bobenrieth, Andrés (1996) Inconsistencias ¿Por qué no?. Tercer Mundo Editores, Colombia. Bruner, Jerome. (1994) Realidad mental y mundos posibles. Editorial Gedisa, Barcelona. Lacan, Jacques. (1989) “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En: Escritos II. Siglo XXI, México Campra, Rosalba. (2001) “Lo fantástico: una isotopía de la transgresión”. En Teorías de lo fantástico. Arco/Libros, S.L., Madrid, págs. 153-191. Dolezel, Lubomir. (1997) Teorías de la ficción literaria. Arco/Libros.S.L., Madrid. Dolezel, Lubomir. (1997) Historia de la Poética. Editorial Síntesis, Madrid. Eco, Umberto (1988) De los espejos y otros ensayos. Editorial Lumen, Barcelona. Foucault, Michel (1967) De los espacios otros. http://es.scribd.com/doc/4650039/Foucault-M-De-los-espacios-otros Greimas, J. (1983) La semiótica del texto. Editorial Paidós. Barcelona ………….. (1976) Semiótica estructural. Editorial Gredos. Madrid. Haack, Susan ( 1991 ) Filosofía de las lógicas. Editorial Cátedra, Madrid. Imbert, Gerard. (2003) El zoo visual. Editorial Gedisa, Barcelona. Oyarzún, Pablo (2010) Razón del éxtasis. Editorial Universitaria , Santiago Schiller, Friederich. Sobre lo Sublime. Escritos sobre Estética. Madrid: Tecnos.1990. 218-237 Todorov, Tzvetan (1972) Introducción a la literatura fantástica. Editorial Tiempo Nuevo, Buenos Aires.
Habermas y Spinoza: las razones del ateísmo
Miguel Vatter
Universidad Diego Portales
El abstract: Habermas’ approach to the age old conflict between reason and faith, or Athens and Jerusalem, is far from being of minor importance in his overall philosophical project, and it decisively orients his understanding of the idea of public reason. For Habermas, post-metaphysical philosophy is called to act as an interpreter and translator of semantic content which it receives from extra-philosophical sources. I argue that this post-Hegelian topos of philosophical translation poses a dilemma for Habermas: if the translation of religious intuitions into philosophical reason is too successful, then there is no point to preserving these intuitions qua “religious” (and thus, to some extent, impermeable to reason because linked to revelation); if the translation is not successful, though, these intuitions may get lost in any case given the prevalence of other translations of moral and political concepts (for example, those engaged by evolutionary biology, etc.). In the second part, I explain why Habermas needs to hold onto a notion of philosophical translation that does not eliminate the religious intuitions, despite their “irrationality”: this has to do with the question of the memory of the Shoah as constitutive for the ideas of public reason in post-War German philosophy and theology. I conclude the paper with a comparison between Habermas’ “methodological atheism” and Spinoza’s atheistic attempt to resolve the conflict between between reason and faith.
El papel epistemológico del concepto de organismo activo en biología
Isaac Hernandez y Davide Vecchi
Depto.Filosofia USACH
davide.vecchi@usach.cl
El objetivo de esta ponencia consiste en evaluar si la introducción de un concepto de “organismo activo” es capaz de entregarnos herramientas para jugar un rol explicativo autentico en biología. La atribución de propiedades activas a los organismos es resistida en la tradición neo-Darwinista porque implica postular capacidades interpretativas y electivas que por un lado parecen ser epistemológicamente redundantes y por el otro invitan a peligrosos escenarios Lamarckianos o pseudo-vitalistas. Intentaremos por tanto discutir si la postura neo-Darwinista es consistente al respecto o si en algunos puntos puede resultar anacrónica.
La metodología de esta ponencia consiste en ilustrar, a través de dos ejemplos, algunas ventajas epistemológicas que nos puede proporcionar el concepto de organismo activo. Estos ejemplos buscan ilustrar que el concepto de organismo activo puede llegar a ser fundamental para comprender los fenómenos a variados niveles de complejidad biológica.
El primer ejemplo toma en consideración fenómenos de plasticidad fenotípica en bacterias. Históricamente el fenómeno fue considerado, desde la perspectiva Darwiniana, espontáneo y “azaroso”. Sin embargo, la hipótesis de cambio espontáneo se ha erosionado con el tiempo. Hoy hay varias explicaciones posibles de cómo en efecto el fenotipo es creado. Estas son o de matriz genética (e.g. basadas en una oculta plasticidad genómica que pasa a ser expresada en determinados contextos ambientales) o se refieren a procesos de origen social (como la aparición de una determinada morfología en función de la frecuencia de otros fenotipos en el medio ambiente). Claramente, esto significa que la espontaneidad y el azar son propiedades epistémicas, debido a nuestra ignorancia de las causas que generan la variación fenotípica. En el contexto de esta presentación nos gustaría evaluar si, al ver las bacterias y otros microorganismos como activos, nos puede ayudar a llenar el vacío explicativo y darnos un conocimiento mas completo sobre los procesos que generan la variación fenotípica.
El segundo ejemplo pone el enfoque sobre el reino vegetal. La plasticidad es un rasgo comúnmente entendido, desde una perspectiva neo-Darwinista, como una capacidad para “responder” frente a alguna problemática “dada”, como un proceso de “reacción” del organismo frente a un medio en muchos casos “problemático”. Sin embargo esta visión puede verse trastocada cuando profundizamos en el rol del organismo en la constitución de su propio medio, por ejemplo cuando el organismo es capaz de modificar su hábitat. La modificación progresiva de las características físico-químicas del suelo una vez que la planta se establece en el lugar provoca cambios significativos en el entorno afectando otros organismos. Esta dialéctica entre el organismo y su ambiente nos parece de primaria importancia, por ejemplo porque puede “inducir” nuevas adaptaciones. Lo que pretendemos evaluar es si esta dimensión constructiva de los organismos es beneficiosa comprenderla bajo la idea de “organismo activo”, es decir, como agentes que construyen sus propios medios y al mismo tiempo sus propias problemáticas.
En fin, en esta ponencia queremos evaluar si el concebir a los organismos como «activos» en lugar de simplemente seres “reactivos”, dotados de una cierta forma primitiva de adaptabilidad intrínseca, realmente nos permite comprender más de cerca algunos procesos biológicos.
Referencias bibliográficas básicas: Campbell, D.T. Unjustified Variation and SelectiveRetention in Scientific Discovery. In Studies in the Philosophyof Biology, eds by F.J. Ayala and T. Dobzhansky. New York: Macmillan, 1974 Campbell N., Mitchell L., Reece J., Biology,Concepts and Connections, The Benjamin/Cumming PublishingCompany, 1995 Jablonka, E. and Lamb, M. Evolution in Four Dimensions. MITPress, 2006 Lewontin, R, The Triplex Helix: gene, organism,and environment, Harvard University Press, 2000 Uexkull J. Théorie de la signification, ÉditionsDenoel, 1965 West-Eberhard, M.J. Developmental plasticity andevolution. Oxford: Oxford University Press, 2003
Soberbia del kairos. Sobre la constitución estética del sentido en la Retórica de Aristóteles
Mauricio Alexander Vega Bosch
Universidad de Playa Ancha
apeinai@yahoo.es
A partir de la definición que Aristóteles hace de la retórica en el texto del mismo nombre, se intenta caracterizar su objeto a partir de una cierta techne que intenta dominarlo. La indeterminación de esta referencia parece coincidir, pues, con el carácter formal de una definición formulada en términos de una dynamis, de una potencia del lenguaje que no se deja apresar por consideraciones fijas o estables que la vacíen de su dinamismo. De este modo, la fragilidad que parece invadir a los signos con los que se construyen los discursos retóricos puede ser referida también a los oyentes, haciendo que las nociones de cambio, diferencia y juicio, que Aristóteles atribuye a las pathe, sean determinadas a partir de un sentido que irrumpe por el despliegue estético de dicha fuerza. Abordaremos, pues, la relación entre las pasiones humanas y el discurso, atendiendo sobre todo a ciertos signos que parecen, o bien constituir la materia del discurso en tanto significante, o bien habitar el lugar desde donde se alcanza lo convincente en tanto fuente de los argumentos retóricos. Según esto último, creemos que son capaces de incidir directamente en el arraigo de un parecer referido, sobre todo, a las disposiciones humanas que según Aristóteles pueden ser nombradas solamente de modo traslaticio (kata metaforan). Se trataría, en definitiva, de caracterizar a la Retórica como un arte en el que se pone en juego un intercambio de palabras, y en el que el orador y los oyentes, o el agente y los testigos de una acción, pueden asumir ciertos comportamientos y enunciar discursivamente las opiniones suscitadas. Así, junto a su carácter convencional, hallaríamos un uso de los signos que parece estar vinculado más bien a la capacidad inventiva del orador, especialmente cuando las disposiciones humanas referidas al intercambio de palabras carecen de nombre, convirtiéndose de este modo, en un recurso persuasivo con el que se pueden incitar ciertos comportamientos al involucrar a las pathe con las situación concreta que los define. De este modo, situados frente a la pasión misma y a la facultad de sentirla, aspectos claramente distinguidos por Aristóteles, los signos quedan situados en un espacio externo que los pone fuera de ese vínculo inmediato, facilitando la introducción de diferencias asociadas a las condiciones que determinan el trato entre los hablantes, dificultándose así su dominio y la asignación precisa de un sentido.
Referencias bibliográficas básicas: Aristóteles, Retórica. Centro de estudios políticos, Madrid, 1990/Etica Nicomaquea, Centro de estudios políticos, Madrid, 1999. Aubenque, P., El problema del ser en Aristóteles, Taurus, Madrid, 1974. Aspe, V., El concepto de técnica, arte y producción en la filosofía de Aristóteles, Fondo de Cultura Económica, México 1993. Cassin, B., El efecto sofístico. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2008. Gasché, R., Un arte muy frágil. Sobre la retórica de Aristóteles. Metales pesados, Santiago, 2010. Nietzsche, F., Escritos sobre retórica, Trotta, Madrid, 2000. Perelman, Ch., y Olbrechts-tyteca, L, Tratado de la argumentación. La nueva retórica, Gredos, Madrid, 1994. Ricoeur, P., La metáfora viva, Europa, Madrid, 1980.
Walter Benjamin y el problema de la (an)estetización de lo político
Francisco Humberto Vega Cornejo
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
franciscovega.c@gmail.com
El planteamiento germinal del ensayo La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica nos señala que, aun cuando el arte haya sido siempre reproducible, el estándar técnico moderno de la reproducción implica una decadencia de su aura, esto es, de su fundamentación mágica o teológica. Y es que si la obra de arte aurático tiene prioritariamente una función social ritual (un “valor para el culto”), con la reproductibilidad técnica moderna esta fundamentación cambiaría, hallándose ahora en otra praxis (la política), donde primaría un “valor para la exhibición”. Es posible entender este esquema analítico presentado por Benjamin como un desafío: en la época de la reproductibilidad técnica habrá i) un arte que asuma la técnica -y con ella el cambio de régimen del arte- como algo externo y/o accesorio (arte falsamente postaurático), ii) otro que pretenda seguir vinculado al fundamento social teológico (arte aurático), y finalmente un arte que asuma el cambio de régimen como algo interno y estructural (arte verdaderamente postaurático).
Se puede determinar, de tal modo, que el régimen moderno de los aparatos separo al arte de su función ritual, exigiéndole ahora una función política o estética. Ahora bien, teniendo en cuenta otros análisis benjaminianos (El autor como productor, p.e) entenderemos que el arte no se debe medir por su adhesión doctrinal partidista sino por su contenido social inherente en términos de su configuración. Esto ha sido destacado por una comentarista como Susan Buck-Morss, quien ha observado al respecto algo elocuente: con la célebre oposición entre “estetización de la política” y “politización del arte”, Benjamin no debe estar defendiendo la idea de que el arte sirva para promover la propaganda política, pues desde el momento en que se vinculan ambos ámbitos, ¿cómo podría el arte evitar ponerse al servicio de la política otorgándole sus propias fuerzas políticas, por lo tanto, “estetizando la política” de forma posterior? Dicho de otro modo, ¿con esta fusión no podría la política hacer uso diferido de ese arte politizado, generándose finalmente el mismo problema?
Si Benjamin fue consciente de esta aporía debería estar exigiendo del arte una tarea mucho más compleja, que sería, siguiendo a Buck-Morss, la de destruir la alienación sensorial que propugna el fascismo, “restableciendo las fuerzas instintivas de los sentidos corporales”. A través de la ida de un arte total (Gesamtkunstwerk), el fascismo pretendería anestesiar al viviente, proceso al cual se opondría el arte politizado al intentar “restablecer el sensorium del organismo”, lo que debería realizarse atravesando el sistema de los aparatos, y no evitándolos. Importa en este trabajo rastrear cuáles son las premisas básicas de este debate, qué rasgos podrían determinarse en el arte para ser considerado efectivamente como “postaurático”, esto es, como verdaderamente político, señalando sucintamente los problemas de este análisis vinculado a la corporalidad o animalidad anestesiada del viviente.
Referencias bibliográficas básicas: BENJAMIN, Walter, El autor como productor, México, Ed. Itaca, 1995. ____. El narrador, Santiago de Chile, Ediciones Metales Pesados, 2008. ____. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, México, Ed. Itaca, 2003. ____. “París, capital del siglo XIX”, en Poesía y capitalismo. Iluminaciones 2, Madrid, Taurus, 1992. ____. “Sobre algunos temas en Baudelaire”, en Poesía y capitalismo. Iluminaciones 2, Madrid, Taurus, 1992. BUCK-MORSS, Susan, Walter Benjamin, escritor revolucionario, Buenos Aires, Interzona Editora, 2005. BROSSAT, Alain, La democracia inmunitaria, Santiago de Chile, Editorial Palinodia, 2008. GALENDE, Federico, Walter Benjamin y la destrucción, Santiago de Chile, Ediciones Metales Pesados, 2009. HANSEN, Miriam, “Benjamin, cinema and Experience: ‘The Blue Flower in the Land of Technology’”, en New German Critique, 40 (Winter 1987). HORKHEIMER, Max, y ADORNO, Theodor W., Dialéctica de la Ilustración, Madrid, 2001. LACOUE-LABARTHE, Philippe, La ficción de lo político: Heidegger, el arte y la política, Madrid, Arena Libros, 2002.
Epistemología y Política
Carlos Cesar Verdugo Serna
Instituto de Filosofía, Fac. de Humanidades, Univ. de Valparaíso
carlos.verdugo@uv.cl
En un libro reciente editado por Noretta Koertge y que lleva por título SCIENTIFIC VALUES AND CIVIC VIRTUES (2005),se examina la importancia de la ciencia o del conocimiento científico para la mantención y desarrollo de la democracia liberal. Esta importancia se debería a que la democracia requiere, no sólo que los ciudadanos estén comprometidos con ciertos valores, tales como la tolerancia a las opiniones de los demás, sino también a que estén equipados con ciertos conocimientos básicos acerca de cómo funciona el mundo natural y social. Si esto fuera así, las críticas al conocimiento científico o a la ciencia, realizadas por el así llamado «postmodernismo», estarían debilitando los sistemas democráticos. Unos de los objetivos de esta ponencia será mostrar que ya en los años 40 y 60, Russell y Popper mostraron que, efectivamente, la aceptación de ciertas concepciones sobre el conocimiento humano tienen repercuciones o influencias sobre la política y el tipo de sistema político que decidamos aceptar. Así, por ejemplo, Russell sostenía que el relativismo epistemológico entendido como la tesis de que no existe una verdad objetiva, y el pragmatismo epistemológico, esto es, la idea de que verdad y utilidad son lo mismo, se hallaban estrechamente vinculados con posturas autoritarias o totalitarias. Por otro lado, Popper argumentaba que la creencia en la posibilidad de un estado de derecho o en la posibilidad de un imperio de la ley, así como de la justicia y la libertad, difícilmente podía dar lugar y sobrevivir frente a la aceptación de una epistemología según la cual no hay hechos objetivos.
Mostraré , además, que el rechazo de Popper a la idea de que no hay hechos objetivos y, por lo tanto, verdad en sentido objetivo, no lo obliga a aceptar la tesis de que exista un criterio de verdad que permita tener certeza de que hemos encontrado la verdad. De hecho, Popper ha denunciado que la doctrina de que la verdad es manifiesta, de que la verdad cuando se la exhibe desnuda ante nosotros es siempre reconocible como verdad, estaría a la base de todo tipo de fanatismo y de posiciones autoritarias o totalitarias en el campo de la política y de la religión. Una consecuencia de lo dicho anteriormente es que, según Popper, tanto una epistemología que niegue la existencia de hechos objetivos o de verdad objetiva, así como una epistemología que asuma la doctrina de que existe un criterio de verdad que permita que la verdad sea manifiesta,a posturas políticas autoritarias o dictatoriales. Otra consecuencia de las tesis anteriores es que la tolerancia política no se basa en el supuesto de que no existe la verdad, o de que todo individuo tiene algo así como su propia verdad, sino más bien se fundamenta en que la tolerancia es posible debido a que nunca podemos estar seguro de que estamos en posesión de la verdad y de que debemos admitir que podemos estar equivocados.
Referencias bibliográficas básicas: Koertge, N. 2005, (ed.): Scientific Values and Civic Virtues. Oxford: Oxford University Press. Popper, K. 1962: Conjectures and Refutations. The Growth of Scientific Knowledge. London: Routledge and Kegan Paul Popper, K. 1966: The Open Society and Its Enemies, vol.2. Princeton, N.J.: Pinceton University Press.
Perspectivismo del conocer y genealogía del interpretar en Nietzsche. Para una teoría hermenéutica de la figuratividad Fernandoor
Vergara Henríquez
Universidad Católica del Maule
fvergara@ucm.cl
Esta ponencia presenta, de forma embrionaria, la propuesta teórica por una hermenéutica figurativa aplicada al pensamiento de Nietzsche. La clave de figuratividad detecta que ciertos personajes extraídos de su repertorio, tienen una coexistencia narrativa que determina aspectos centrales de la crítica a la tradición occidental: el sacerdote asceta (crítica lingüístico-valórica sobre la moral como contranaturaleza), el pastor de la metafísica (crítica de las relaciones entre naturaleza y sentido) y el hombre loco (crítica teológico-conceptual sobre el concepto de Dios desnaturalizado en su relación con el hombre) son la misma figura inter-implicadas de forma intra-narrativamente en una intempestiva compatibilidad y radical conmutabilidad interpretativa. Las figuras de interpretación o unidades especulares de sentido, comunican ideas y mensajes de comprensión: son vitriólicas en sus perspectivas y, a su vez, en sus reconocimientos mutuos, lo que posibilita nuevas trazas de angulaciones que rectifican la perspectiva, desentierran y amplían las conexiones discursivas a partir de una personificación metafórica y teatralización vital de expresión perspectivística y acervo crítico-genealógico.
Entre las figuras debe haber identidad, conexión y coordinación de elementos discursivos. Estos elementos discursivos conforman las representaciones figurativas, y en este caso, responden a las exigencias de sentido de la representación.
La figuratividad no descubre (metafísicamente) las cosas ni tampoco se direcciona hacia ellas (fenomenológicamente), sino que las reanima (simbólicamente), pues inspira un nuevo aire (hermenéuticamente) a la comprensión.
Surge una suerte de linaje figurativo entre los personajes de interpretación. La representación aparece frente a la historia de manera encadenada, secretamente encadenada, con ciertas peripecias discursivas que hacen del sacerdote asceta un astuto ficcionador metafísico-moral que centra sus intereses en la custodia del sentido retorcido en el resentimiento; asimismo, en esta dirección, el frenético es la figura de la comprobación histórica de la hybris racionalista del sujeto moderno.
Referencias bibliográficas básicas GADAMER, Hans-Georg (2005 [1960]) Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Salamanca, Sígueme, traducción Ana Agud Aparicio y Rafael de Agapito. —(2004 [1986]) Verdad y método II. Salamanca, Sígueme, traducción Manuel Olasagasti. HABERMAS, Jürgen (1989a [1985]) El discurso filosófico de la modernidad. (Doce lecciones). Madrid, Taurus, traducción Manuel Jiménez Redondo. —(1988 [1981]) Ensayos políticos. Barcelona, Península, traducción Ramón García Cotarelo. HORKHEIMER, Max (2002 [1947]) Crítica de la razón instrumental. Madrid, Trotta, traducción Jacobo Muñoz. HORKHEIMER, Max y ADORNO, Theodor W. (1994 [1944 y 1947]) Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos. Madrid, Trotta, traducción Juan José Sánchez. KOSELLECK, Reinhart (1993 [1979]) Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Barcelona, Paidós, traducción Norberto Smilg. —(2005) Política mente. De la revolución a la globalización. Barcelona, Anthropos. —(2000) Verdades frágiles, mentiras útiles. Éticas, estéticas y políticas de la postmodernidad. Guipúscoa, HIRIA. —(1994) La modernidad Cansada. Madrid, Libertarias. LYOTARD, Jean-François (1984 [1975]) La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Madrid, Cátedra, traducción Mariano Antolín Rato. NIETZSCHE, Friedrich (2004 [1883-1885]) Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie. Madrid, Alianza, traducción Andrés Sánchez Pascual. —(2002 [1885-1888]) El nihilismo: escritos póstumos. Barcelona, Península, traducción Gonçal Mayos. —(1994a [1887]) La genealogía de la moral. Un escrito polémico. Madrid, Alianza, traducción Andrés Sánchez Pascual. —(1993a [1886]) Más allá del bien y del mal. Preludio de una filosofía del futuro. Madrid, Alianza, traducción Andrés Sánchez Pascual. —(1990 [1873]) Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Madrid, Tecnos, traducción Luis Manuel Valdés y Teresa Orduña. —(1988 [1882]) La gaya ciencia. Madrid, Akal, traducción Charo Crego y Ger Groot. —(1981 [1883-1888]) La voluntad de poderío. Madrid, EDAF, traducción Aníbal Froufe. WEBER, Max (1997 [1905]) La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Barcelona, Península, traducción Luis Legaz Lacambra.
Autorreferencia autoconsciente y paradoja
Javier Vidal López
Universidad de Concepción
fravidal@udec.cl
La paradoja de Moore es el tipo de sinsentido que caracteriza a la aserción de oraciones como “Llueve pero yo no creo que llueve”. El punto de partida es que una aserción así no es contradictoria porque ambos miembros de la conjunción pueden ser verdaderos y, sin embargo, parece claramente absurda. Algunos intentos de explicar el tipo de sinsentido en cuestión se remiten a consideraciones sobre la naturaleza de la creencia o la naturaleza de la aserción: o bien resulta que tener una creencia es estar dispuesto a formarse una creencia de segundo orden respecto de esa creencia (Shoemaker 1996a y 1996b) o bien resulta que realizar una aserción entraña ser consciente de las creencias expresadas mediante la aserción (Rosenthal 1995). En ambos casos, el absurdo está en que el sujeto de la aserción tendría que presentarse a la vez como creyendo y como no creyendo que llueve. Mi objetivo es introducir una explicación alternativa en términos de un modelo semántico del pronombre personal “yo”, teniendo en cuenta que la aserción de una oración mooreana incluye un uso de “yo”. Se trata del modelo de la autorreferencia autoconsciente (Peacocke 1983 y 2008; O’Brien 1994 y 2007) por el que la autoconciencia idiosincrásica de un usuario X de “yo” es el producto de dos piezas de conocimiento: a) X conoce que él mismo es el usuario de “yo” y b) X conoce la regla de autorreferencia según la cual el referente de “yo” en cada contexto es el usuario de “yo” en el contexto. De manera que el usuario de “yo” en la aserción de la oración “Llueve pero yo no creo que llueva” conoce que su uso de “yo” refiere a él mismo. Mi tesis es, más específicamente, que el uso de “yo” en la aserción de una oración mooreana es inmune al error por un fallo de identificación del referente, lo que explicaría el tipo de sinsentido consistente en realizar la aserción. En efecto, no es posible que el sujeto de la aserción ignore la identidad entre él mismo y el referente de “yo” y, por tanto, no es posible que ignore la identidad entre la persona (el sujeto de la aserción) quien cree que llueve y la persona (el objeto de la aserción) de quien cree que no cree que llueve. Finalmente, argumento que esta explicación es completamente independiente de las explicaciones basadas en la naturaleza de la creencia o la naturaleza de la aserción.
Referencias bibliográficas básicas: O’Brien, L. (1994), “Anscombe and the Self-Reference Rule”, Analysis. 54/4: 277-281. O’Brien, L. (2007), Self-Knowing Agents, Oxford: Oxford University Press. Peacocke, C. (1983), Sense and Content, Oxford: Oxford University Press. Peacocke, C. (2008), Truly Understood, Oxford: Oxford University Press. Rosenthal, D. (1995), “Moore’s Paradox and Consciousness”, Philosophical Perspectives 9: 313-333. Rosenthal, D. (2004), “Being Conscious of Ourselves”, The Monist 87/2: 159-181. Shoemaker, S. (1996a), “Moore’s Paradox and Self-Knowledge”, en The First-Person Perspective, Cambridge: Cambridge University Press, pp. 74-93. Shoemaker, S. (1996b), “Self-Knowledge.
Rasgos coincidentes en la perspectiva epistemológica subyacente a la noción de racionalidad
Marisa Beatriz Villalba Deliberto
Universidad de Mendoza
marisa_villalb@yahoo.com.ar
En qué consiste la racionalidad humana constituye uno de los grandes temas de discusión en nuestros días y, con cierta homogeneidad, se manifiesta simultáneamente en diversos ámbitos científicos.
A tal respecto, pueden advertirse coincidencias en el núcleo mismo de la reflexión sobre la racionalidad en el área psicológica, filosófica y pedagógica. En este trabajo ofrecemos algunos lineamientos gnoseo-lógicos que orientan la interpretación de la problemática aludida y permiten advertir tales coincidencias.
Las propuestas isomórficas, denominadas “racionalistas”, (si bien preferiríamos llamarlas “logicistas”, pues la racionalidad no es sinónimo de infalibilidad) sostienen que las leyes del pensamiento son realmente las leyes de la lógica, que la lógica describe el proceso natural, el “normal” funcionamiento u operar intelectual, el cual procede siempre correctamente. El error se explica como conteniendo una logicidad interna, vale decir, el error está en la interpretación de los datos previos a la operación intelectual, no en el proceder mismo de la inteligencia, que es siempre lógico (Cfr., por ejemplo, Henle, 1962).
Por su parte, teóricos denominados “no-racionalistas” sostienen la ruptura entre los sistemas de la lógica formal y los procesos naturales de razonamiento. Consideran irrelevantes los principios lógicos para explicar los procesos del razonamiento cotidiano Entre sus principales representantes, destaca Johnson-Laird (Cfr., por ejemplo, 1982) y algunos autores del “Movimiento de la lógica informal” “(…) para los cuales la lógica formal no tiene pertinencia alguna en lo que respecta al análisis de argumentaciones que, en un contexto determinado, se formulan en un lenguaje natural. Para ellos, la formalidad misma es un síntoma de no pertinencia” (Comesaña, 1998, 18).
Ahora bien, tal como se plantea el problema, es claro que se parte de consideraciones psicológicas y, desde allí, se pretende establecer –o negar- la vigencia de la Lógica formal, en cuanto disciplina científica. Sin embargo, estas cuestiones, por su propia naturaleza, no se resuelven en la reflexión psicológica sino que exigen una instancia epistemológica; de hecho, las soluciones propuestas –isomorfismo; contraposición-, a nuestro entender, pueden constituir un error de metonimia (tomar la parte por el todo).
Al respecto, nuestra propuesta supone la distinción de ambas ciencias por sus respectivos objetos formales y sus fines. Y, puesto que comparten parcialmente su objeto material -el razonamiento-, es necesario apreciar su mutua complementariedad. En efecto, ni los errores de hecho invalidan las prescripciones de la Lógica -antes constituyen su razón de ser en cuanto ciencia instrumental-, ni las prescripciones lógicas tuercen las comprobaciones empíricas. Dicho en otras palabras, la Psicología cognitiva describe los procesos racionales en su realización de hecho, la Lógica prescribe cómo deben ser para ser correctos.
Referencias bibliográficas básicas: Burbules, Nicholas (1991). Rationality and reasonableness: a discussion of Harvey Siegel’s “Relativism refuted” and “Educating reason”. Educational Theory, 41(2), 235-252. Carr, Wilfred (1996). Una teoría para la educación. Hacia una investigación educativa crítica. Madrid: Morata y La Coruña: Paideia. (Trad. del original For education. Towards critical educational inquiry, de 1995). Carr, Wilfred y Kemmis, Stephen (1988). Teoría crítica de la enseñanza. La investigación-acción en la formación del profesorado. Barcelona: Martínez Roca. (Trad. del original Becoming Critical, de 1986). Comesaña, Juan Manuel (1998). Lógica informal. Buenos Aires: EUDEBA. De Vega, Manuel (1984). Introducción a la Psicología Cognitiva. Madrid: Alianza. Difabio, Hilda E. (1995). Comprensión lectora y pensamiento crítico. Buenos Aires: CIAFIC Ediciones. Henle, M. (1962). On the relation between logic and thinking. Psychological Review, 69, 366-378. [Trad. cast. en Delval, J. A. (comp.) Investigaciones sobre lógica y psicología. Madrid: Alianza, 1977, 43-60]. Johnson-Laird, P. N. (1982). Ninth Bartlett Memorial Lecture. Thinking as a Skill. The Quarterly Journal of Experimental Psychology, 34(A), 1-29. [Reproducido parcialmente en: Carretero, M. y García Madruga, J. A. Lecturas de psicología del pensamiento. Razonamiento, solución de problemas y desarrollo cognitivo. Madrid: Alianza, 1984, 123-145]. Scheffler, Israel (1970). Bases y condiciones del conocimiento. Buenos Aires: Paidós. (Trad. del original Conditions of Knowledge, de 1965). Vázquez, Stella M. (1994). La teoría del curriculum en la actualidad. Buenos Aires: CIAFIC Ediciones. Vázquez, Stella M. (2001). La Filosofía de la Educación. Estado de la cuestión y líneas esenciales. Buenos Aires: CIAFIC Ediciones. Villalba, Marisa (1998). Psicología y lógica del razonamiento. Cotejo de teorías acerca de la relación entre prescripciones lógicas y procesos de pensamiento. Analogía filosófica, XII(2), 69-104.
Administración biopolítica de la intimidad. Consideraciones bioéticas acerca del registro infinitesimal de información personal en los Biobancos
Raúl Villarroel Soto
Universidad de Chile
rvillarr@uchile.cl
La cuantificación matemática del devenir practicada desde la época de Descartes, ha permitido al conocimiento establecer unas leyes de causalidad tan específicamente afinadas que la intervención humana en los asuntos naturales se ha vuelto cada vez más exacta, precisa y abarcante. Las ciencias naturales modernas, con las que nuestra “humanidad” se encanta desde hace más de un siglo, en particular aquellas así llamadas biomédicas, se volcaron, para el logro de sus objetivos, precisamente, sobre los cuerpos y sobre la vida; para manipular el cuerpo como “foco de fuerzas que hay que hacer útiles y dóciles a la vez” y desplegarse sobre la vida de las poblaciones ¬–para “controlar la serie de acontecimientos riesgosos que pueden producirse en una masa viviente” (Foucault: 2006a; p. 224)– y otras instancias semejantes. Todo ello vinculado a la idea de una administración de los cuerpos y la vida para la cual la medicina, o el criterio medicalizado, resultó ser, por una parte, el instrumento de privilegio (Ibíd. p. 227) y, por otra, una “técnica política de intervención, con efectos de poder propios” (Ibíd. p. 228). Como se sabe, estas ciencias han tenido su particular matriz técnica en el registro infinitesimal que a partir del siglo XVIII comenzaron a practicar respecto de los individuos y en las investigaciones ilimitadas que desencadenaron sobre estos, para hacer entrar a la vida y sus mecanismos en los dominios de los cálculos explícitos, distribuyendo lo viviente en registros de valor y de utilidad, según como lo ha planteado Michel Foucault en varias de sus obras. Por primera vez en la historia humana, lo biológico se vio enteramente reflejado en lo político y el individuo humano capturado en la grilla del poder extendido a partir del saber. En nuestros días, este devenir ha desembocado en la sistematización e institucionalización cada vez más acabada de la producción y administración de información biológica humana, pormenorizada hasta el extremo, perfeccionada y refinada gracias a las nuevas tecnologías informáticas; hecho que concierne directamente al quehacer de los así llamados “Biobancos”, esas peculiares reservas de material biológico extraído de personas –tejidos, tumores, células, proteínas, ADN, sangre, suero, orina, etc.–, con las que la investigación científica derivada de la Biología molecular, para fines diagnósticos o investigativos, supone asegurar la viabilidad de su propio desarrollo experimental, al buscar disponer en buenas condiciones de conservación las muestras obtenidas. Sin embargo, el almacenamiento masivo de muestras biológicas plantea, además de cuestiones técnicas específicas –vinculadas a asuntos tales como la procedimientos para su recolección, su transporte y conservación, su identificación o su debida trazabilidad–, cuestiones por sobre todo éticas y bioéticas, en extremo delicadas, que constituyen una fuente razonable de inquietud en tanto levantan señales de alerta respecto de las probables trasgresiones a la dignidad personal y ciertos “efectos disciplinarios y regularizadores” (Ibíd.) que pudieran estar provocándose en un eventual manejo éticamente y bioéticamente descuidado, o económica o política o militarmente interesado, de este material. En esta ponencia se examinarán críticamente algunas de estas implicancias.
Referencias bibliográficas básicas: FOUCAULT, Michel (1995). «Historia de la sexualidad». Vol. 1 “La voluntad de saber”. Siglo XXI. México. FOUCAULT, Michel (2006a). «Defender la sociedad». FCE. Buenos Aires. FOUCAULT, Michel (2006b). «Seguridad, territorio, población». FCE. Buenos Aires. FOUCAULT, Michel (2007). «Nacimiento de la Biopolítica». FCE. Buenos Aires FOUCAULT, M. (1994). “La politique de la santé au XVIIIe siècle”. En «Dit et Écrits», Vol. III (1976-1979). Gallimard, PariS. FOUCAULT, M. (1994). “La naissance de la médecine sociale” en «Dits et Écrits», Vol. III (1976 – 1979), Gallimard, Paris. MACKLIN, Ruth (2003), “Dignity is a useless concept”, en British Medical Journal, 2003. KANT, Immanuel (1999). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Ariel. Barcelona. UNESCO (2005) Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos.
Panorama e hipótesis sobre la filosofía en Chile a comienzos del sXXI
Fernando Viveros Collyer
UC Silva Henríquez
fernando.viveros@mail.udp.cl
¿Será posible mostrar en una panorámica el quehacer filosófico actual en Chile? ¿Hay tal panorámica? ¿A quién podría interesarle una presentación como esa? ¿Qué rendimiento filosófico pudiera tener algo como eso?
Y, cómo no, ¿tendrá un sentido reflejo para la filosofía que se hace en Chile, quiero decir, para este modo de filosofar, para estos modos de filosofar, los que acontecen en el cotidiano de los límites políticos nacionales, el que esas preguntas se valoren como relevantes o impertinentes?
Es decir, ¿qué dice la mera presentación hoy de esta pregunta acerca de la actualidad de la filosofía “hecha desde Chile”? ¿Cómo repercute en las instituciones donde se está elaborando?, por ejemplo.
La realización del Congreso Nacional de Filosofía en 2009, en sus resultados en cuanto a poder de convocatoria, número de ponencias, cantidad de mesas, cantidad de público, ofrece precisamente la oportunidad de intentar esa panorámica.
¿Pertinencia? Dos hipótesis más bien empíricas pero muy difundidas acerca de la filosofía que hacemos en/desde Chile, me ayudarán a focalizar el presente interés por un rendimiento filosófico de conocer qué estamos haciendo actualmente.
Se dice –“se” dice-, que en Chile no nos leemos entre nosotros mismos, los filósofos que trabajamos regularmente en el país. No solamente habría poco interés en leer a los colegas de la oficina del lado en el Departamento de Filosofía, sino que la institucionalidad de la filosofía pondría los incentivos en la lectura de autores extranjeros, por supuesto de preferencia europeos. Menos leeríamos a los autores chilenos –o que habrían trabajado en Chile-, ya fallecidos, cuyas obras y publicaciones, incluso, son extremadamente difíciles de encontrar o están pedidas.
Se dice –“se” dice-, que en Chile “hay filósofos pero no hay filosofía” (según la frase devenida ya casi un clásico nacional), lo que es otra manera de señalar que en Chile, en las fronteras de este lugar, no habría eso que podemos nombrar una “tradición filosófica”. Por tradición entenderíamos, provisionalmente, un conjunto de textos y de autores, alguna secuencia histórica de ellos, y algún auditorio cambiante pero atento a todo lo anterior.
Esta ponencia quiere reflexionar en torno del asunto de las lecturas y de esta tradición para un quehacer chileno en filosofía, a partir de los materiales que nos dejaron los resúmenes de las ponencias presentadas en aquel Congreso de 2009.
Nuestro interés sería poder mostrar los rudimentos de algún “estilo”, de un “modo”, de “inclinaciones”, un “carácter” de nuestro filosofar. Nuestra hipótesis dice que saber algo más de las cosas que se hacen hoy en día como filosofía dentro de este “territorio nacional”, son un “objeto” y un “asunto” tan filosófico como los que regularmente reconocemos como tales.
Por decirlo de otro modo, mediante la “cuestión chilena”, hacemos presente aquí esa tensión entre las pretensiones universalistas del discurso filosófico –que el discurso se hace filosófico solo cuando alcanza validez para cualquier experiencia humana-, y la sospecha que nos ofrece la observación del desenvolvimiento de la filosofía por todas partes y durante toda su historia, que muestra cómo siempre se hace “local”, y que sus verdades tienen siempre algo de “situadas”.
Referencias bibliográficas básicas: Documento con los resúmenes de las ponencias presentadas en el Congreso Nacional de Filosofía de 2009
Las Intervenciones divinas y las acciones libres no violan las leyes naturales
Daniel von Wachter
Academia Internacional de Filosofía
dvonwachte@uc.cl
Siguiendo a David Hume, muchos autores asumen que las intervenciones divinas, o milagros, serían “violaciones de las leyes naturales”. También algunos autores, p.e. Richard Swinburne, que suponen que los milagros son posibles, los llaman “violaciones” de estas leyes. Por razones similares, muchos autores asumen que las acciones libres son incompatibles con las leyes naturales, por lo menos con leyes naturales “deterministas”. En esta charla defenderé la tesis de que las intervenciones divinas y también las acciones libres no violan las leyes naturales. Algunos autores asumen que las acciones libres son compatibles con las leyes naturales, y también con el “determinismo”, porque son causadas por eventos precedentes, es decir son el resultado de procesos causales. Esta posición es el “compatibilismo”. De manera similar, algunos autores dicen que los milagros serían compatibles con las leyes naturales y con el “determinismo” porque Dios nunca intervendría en procesos y que algo sea un milagro significaría solamente que una persona viendo el evento tendría emociones religiosas. Defenderé que las intervenciones divinas y las acciones libres no violan las leyes naturales no por estas razones. Supongo que las intervenciones divinas y las acciones libres de los hombres contienen eventos que no tienen ninguna causa precedente. No es suficiente para ser libre que una acción sea resultado de un proceso indeterminista o probabilista. El evento que inicia la acción tiene que ser producido por el agente directamente para que así no tenga causa precedente. Esto pues supongo el entendimiento de las acciones libres y de las intervenciones divinas que es hoy lo menos popular en la filosofía y la teología y que es lo más difícil de concertar con los leyes naturales.
Las intervenciones divinas y acciones libres son incompatibles con las leyes naturales si estas leyes dicen que no hay eventos sin causas precedentes. Muchos autores hoy asumen que los leyes dicen esto porque, siguiendo a David Hume, asumen que las leyes implican regularidades de sucesión. Hume afirmó que las leyes son, o implican, solamente regularidades de sucesión. Muchos autores, por ejemplo David Armstrong, rechazan esta tesis, pero también asumen que las leyes implican regularidades de sucesión. En esta charla presentaré objeciones contra esto supuesto.
Para defender la tesis que las leyes no implican regularidades de sucesión, demostraré primero que una ley aislada no implica una regularidad. No solamente por la posibilidad de milagros y de acciones libres, sino también porque un proceso puede ser cruzado por otro proceso.
La estrategia normal para defender que las leyes implican regularidades es insertar cláusulas de “ceteris paribus”. Pero, dependiendo de su formulación, no son suficientes para asegurar una regularidad, o aseguran regularidades que no contradicen milagros o acciones libres.
También la totalidad de las leyes naturales no implica regularidades.
Concluiré que las leyes naturales no implican regularidades de sucesión. J.S. Mill tenía razón cuando afirmó que las leyes, por la posibilidad de contra-acciones, no implican lo que pasa, sino que implican que tendencias hay. Por eso las intervenciones divinas y las acciones libres no las violan.
Referencias bibliográficas básicas: Armstrong, D. M., 1983, What Is a Law of Nature?, Cambridge UP. McGrew, Timoth, 2010, “Miracles”, Stanford Encyclopedia of Philosophy, http://plato.stanford.edu/entries/miracles/. Mill, J. S., 1843, A System of Logic Ratiocinative and Inductive, Harper, 1882, New York. Swinburne, Richard, 2001, “For the Possibility of Miracles”, http://www.orthodoxytoday.org/articles2/SwinburneMiracles.php Swinburne, Richard, ed., 1989, Miracles, New York: Macmillan. Wachter, D. v. (2009), Die kausale Struktur der Welt: Eine philosophische Untersuchung über Verursachung, Naturgesetze, freie Handlungen, Möglichkeit und Gottes kausale Rolle in der Welt, Alber, Freiburg.
Andrés Bello y José Victorino Lastarria: La apropiación Latinoamericana de la Ilustración y el Romanticismo
Stefan Vrsalovic Muñoz
Universidad de Chile
stefanvrs@gmail.com
En el siglo XIX los pensadores Latinoamericanos se apropiaron de dos corrientes, la Ilustración y el Romanticismo con el objetivo de articular y legitimar un proyecto fundacional. La Ilustración, por una parte, permitió legitimar el nuevo Estado a través de las premisas de libertad del hombre, igualdad y, sobre todo, de la soberanía del pueblo. El Romanticismo, en cambio, permitió problematizar la propia realidad inmediata, su particularidad, a través de las categorías de destino nacional y Espíritu del pueblo.
Pero tal proceso no se desarrolló como una continuidad ni tal como se acaba de exponer, debido a la misma resignificación que se les otorgó a tales pensamientos. En particular, se analizará a Andrés Bello y José Victorino Lastarria como los dos autores que expusieron en Latinoamérica y en específico en Chile, ciertas premisas tanto ilustradas como románticas, a la vez que rechazaron otras, y que establecieron unos de los primeros debates intelectuales en el país. En este sentido, el propósito de la ponencia es tratar de analizar este proceso para observar cómo esas ideas europeas se tradujeron en Chile bajo colores particulares haciendo implausible una interpretación que sostenga que Latinoamérica ha sido sólo un reflejo del pensamiento Europeo.
Se tratará de establecer que en Chile se articuló un pensamiento a partir de las premisas Europeas. Esto no quiere decir que se estableció una filosofía autónoma ni menos independiente, sino que el proceso fundacional que se estuvo llevando a cabo, permitió a los pensadores establecer discursos que se enfocaron en su realidad inmediata. Por lo tanto, esta posición niega, por una parte, cualquier juicio sobre el desarrollo del pensamiento chileno que esté fundado en sólo premias Europeas y, por otra, la catalogación a los pensadores como ilustrados o románticos.
Analizando a los pensadores del siglo XIX, se demostrará que no fueron un reflejo sino que tomaron y transformaron esos pensamientos en función de sus problemas. Desde allí es explicable el por qué tanto Andrés Bello como Lastarria se apropian de ideas tanto ilustradas y románticas, siendo que en Europa estaban en conflicto.
Esta contraposición entre los autores a tratar se manifestará, por ejemplo, en su concepción de hombre. Por una parte, Lastarria siendo liberal no sostuvo, como se supondría, un hombre naturalmente egoísta, sino, al contrario, sostuvo la cooperación como la naturaleza del hombre y que, por causa de instituciones que no estaban acorde con las costumbres del pueblo, se generó un hombre egoísta. Por otra parte, Bello que generalmente se le ha interpretado como un pensador romántico, sostuvo que en toda la historia, el hombre más fuerte siempre domina al más débil, porque así es la naturaleza del hombre. Con este ejemplo, se muestra claramente la yuxtaposición de ciertas premisas que utilizaron estos autores.
En conclusión, se tratará de establecer que justamente está yuxtaposición de premisas por parte de cada autor, les permitió articular un pensamiento que es propio Latinoamericano y en específico chileno; sin rechazar que son premisas traídas desde Europas, es innegable que la apropiación de estas generó un pensamiento propiamente Latinoamericano.
Referencias bibliográficas básicas: – Bello, Andrés. “Investigaciones sobre la Influencia social de la conquista i del sistema colonial de los españoles en Chile, por Don José Victorino Lastarria.” Obras Completas de Don Andrés Bello. Volumen VII. Opúsculos Literarios i Críticos II. Santiago: Impreso por Pedro G. Ramírez, 1884. 71-88. – Bello, Andrés, “Bosquejo histórico de la constitución del gobierno de Chile durante el Primer período de la Revolución de 1810 hasta 1814, por Don José Victorino Lastarria.” Obras Completas de Don Andrés Bello. Volumen VII. Opúsculos Literarios i Críticos II. Santiago: Impreso por Pedro G. Ramírez, 1884. 99-106. – Bello, Andrés, “Modo de escribir la Historia, 1845.” Obras Completas de Don Andrés Bello. Volumen VII. Opúsculos Literarios i Críticos II. Santiago: Impreso por Pedro G. Ramírez, 1884. 107-117. – Bello, Andrés, “Modo de escribir la Historia, 1848.” Obras Completas de Don Andrés Bello. Volumen VII. Opúsculos Literarios i Críticos II. Santiago: Impreso por Pedro G. Ramírez, 1884. 119-125. – Lastarria, José Victorino. “Investigaciones sobre la Influencia social de la conquista i del sistema colonial de los españoles en Chile.” Miscelánea Histórica i Literaria. Tomo I. Valparaíso: Imprenta “La Patria”, 1868. 3-138 – Lastarria, José Victorino. “Bosquejo histórico de la constitución del gobierno de Chile durante el Primer período de la Revolución de 1810 hasta 1814.” Miscelánea Histórica i Literaria. Tomo I. Valparaíso: Imprenta “La Patria”, 1868. 139-268. – Cassirer, Ernst. Filosofía de la Ilustración. México: FCE, 1943. . – Ramos, Julio, Desencuentro de la modernidad en América Latina: literatura y política en el siglo XIX. México: FCE, 1989. – Stuven, Ana María. La Seducción de un Orden: las elites y la construcción de Chile en las polémicas culturales y políticas del siglo XIX. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2000. – Subercaseaux, Bernardo. Cultura y sociedad liberal en el siglo XIX (Lastarria, ideología y literatura). Chile: Editorial Aconcagua, 1981. – Zea, Leopoldo. El pensamiento Latinoamericano. Barcelona: Ariel, 1976.
Idea y alcance de un proyecto de filosofía primera
Yáñez Artus
Universidad Alberto Hurtado
syanez@uahurtado.cl
La trilogía sobre la inteligencia publicada por Xavier Zubiri entre los años 1980 y 1983 es reconocida por los estudiosos de su filosofía como una clave hermenéutica de su pensamiento. En 1986, Diego Gracia publica un libro donde sostiene que, en Inteligencia sentiente, Zubiri ha desarrollado aspectos de una filosofía primera. Esta interpretación es ampliamente aceptada. En 1997, Antonio González publica otra obra, donde hace una crítica a los proyectos de filosofía primera de Husserl y de Zubiri, y propone una filosofía primera de la praxis. De esta manera, vuelve a sostener la posibilidad y necesidad de una filosofía primera, en un sentido que él mismo precisa. Ahora bien, el método de esta filosofía primera de la praxis es el análisis y su fruto más significativo es la determinación de tres funcionalidades de actos en la praxis, a saber, acción, actuación y actividad. Tanto en lo relativo al método como en la distinción de estas funcionalidades, se constata la influencia que sobre el pensamiento de González ejerce la trilogía de Zubiri.
En esta presentación, aceptando la idea de que en la trilogía de Zubiri hay una filosofía primera, se presenta y discute la crítica de González a ella. Esta crítica desplaza el objeto del análisis: de la aprehensión a la praxis. Al hacer esto, desde la perspectiva de González, se rectifican algunos desplazamientos injustificados que se constataban en el análisis de Zubiri, a saber, del acto hacia la formalidad de realidad y del carácter integral de la acción hacia su aspecto intelectivo. De esta manera, se acaban recogiendo los hilos del proyecto de Zubiri, pero desde la categoría de praxis, que González reformula.
La presentación tiene tres partes. En primer lugar, se presenta la idea de filosofía primera supuesta por Gracia y González. En segundo término, se presenta y discute la crítica de González a la filosofía primera de Zubiri. Por último, se concluye identificando los alcances, aportes y límites de proyectos de filosofía primera como los de Zubiri y González.
Referencias bibliográficas básicas: COROMINAS, J, Ética primera. Aportación de X. Zubiri al debate ético contemporáneo, Desclée de Brouwer, 2000. GONZÁLEZ, A, “El hombre en el horizonte de la praxis”, Estudios Centroamericanos, 459-460, año XLII, enero-febrero 1987, pp. 57-87. GONZÁLEZ, A, Un solo mundo. La relevancia de Zubiri para la teoría social, tesis doctoral, Universidad de Comillas, 1994. GONZÁLEZ, A, “Filosofía primera en Zubiri”, exposición oral en el Seminario Xavier Zubiri de Madrid, 1995-1996. GONZÁLEZ, A, Estructuras de la praxis. Ensayo de una filosofía primera, Trotta – Fundación Xavier Zubiri, 1997. GONZÁLEZ, A, “El principio de todos los principios: acto en Husserl y en Zubiri”, Miscelánea Comillas, 59 (2001), pp. 639-684. GONZÁLEZ, A, “Ereignis y actualidad”. En: LÓPEZ, MJ; SANTOS, J (compiladores), La fenomenología y sus herejías, Universidad Alberto Hurtado, 2003, 287-380. GRACIA, D, Voluntad de verdad. Para leer a Zubiri, Labor, 1986. LÓPEZ, M, “La crítica de Antonio González a la filosofía de Xavier Zubiri”, www.geocities.com/praxeologia/mariolopez.html TIRADO SAN JUAN, V, “Husserl y Zubiri en torno a la idea de filosofía”. En: SERRANO DE HARO, A. (editor), La posibilidad de la fenomenología, Universidad Complutense, 1997, pp. 217-245. ZUBIRI, X, Inteligencia sentiente. Inteligencia y realidad, Alianza – Fundación Xavier Zubiri, 1980. ZUBIRI, X, Inteligencia y logos, Alianza – Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1982. ZUBIRI, X, Inteligencia y razón, Alianza – Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1983.
Revolución y el Novus Ordo Seclorum. Una reflexión sobre la interpretación de Hannah Arendt sobre el concepto de revolución
Juan Pablo Yáñez Godoy
Universidad de Chile
jpabloyg@gmail.com
El concepto de revolución que nos presenta la reflexión de Hannah Arendt nos ofrece una excelente oportunidad para inmiscuirnos en en un conjunto de problemas fundamentales que de cierto modo componen la complejidad de su pensamiento. El recorrido que su búsqueda describe revela su firme compromiso con lo que en cierta ocasión señaló como “una interpretación cuya meta es descubrir los orígenes verdaderos de los conceptos tradicionales”. Interpretación que mantiene un dialogo más bien complejo y sumamente critico con la tradición de pensamiento en la que estos conceptos se circunscriben, intentando aproximarse al problema muchas veces a través de caminos a ratos ajenos a ratos abiertamente contradictorios con ésta. Este debate con la tradición conduce a Arendt a redescubrir una nueva aproximación hacia el sentido de este concepto, búsqueda que intenta más que debatir con determinados pensadores, explorar el sentido de, quizás, la experiencia constituyente del propio fenómeno revolucionario. Podemos señalar a esta experiencia como el encuentro de los hombres con la novedad.
Este trabajo tiene como cometido lograr enfrentarse con esta apretada formula, descifrando esta relación de pertenencia que revolución y novedad guardan en el pensamiento de Hannah Arendt. Entrever esta experiencia tras el fenómeno revolucionario nos permite comprender la posición crítica de esta pensadora frente la tradición filosófica, especialmente con lo que podríamos denominar como filosofía de la historia moderna. En este sentido, el contrapunto tradicional al concepto de novedad que Arendt configura adopta una forma hegeliana en el concepto de necesidad histórica. Necesidad que, como la reflexión de Arendt nos señala, se articula como la respuesta teórica al fenómeno específicamente político de la revolución, a la novedad que su advenimiento representa. De este modo, esta investigación se adentra en el concepto de revolución que Hannah Arendt nos propone, como un enfrentamiento entre los hombres y la novedad, este nuevo orden del mundo, desplegando brevemente sus implicancias en la articulación del concepto moderno de necesidad histórica.
Referencias bibliográficas básicas: Arendt, Hannah. Sobre la revolución. Madrid, Alianza Editorial, 1992. _________________ “La Tradición y la Época Moderna” en Entre el pasado y el Futuro ocho ejercicios sobre la reflexión política. Barcelona, Ed. Península, 1996. Traducción Ana Poljak. _________________ «La Brecha Entre el Pasado y el Futuro” en Entre el pasado y el Futuro ocho ejercicios sobre la reflexión política. Barcelona, Ed. Península, 1996. Traducción Ana Poljak. HEGEL, G.F.W. Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal. Madrid, Ed. Alianza, 1980. Traducción José Gaos.
Pueden y deben los filósofos copperar en la búsqueda de la felicidad? En busca del sentido de la actividad filosófica en la actualidad
Eugenio Fernando Yañez Rojas
Universidad Adolfo Ibáñez
eyanezr@uai.cl
El autor parte de la base que es prudente cada cierto tiempo reflexionar sobre el sentido de la propia actividad, evitando caer, eso sí, en una mirada autocomplaciente o autoflagelante del quehacer filosófico.
En esta ponencia se reflexiona acerca del sentido de la actividad filosófica en la actualidad, preguntándose si hoy en día es necesario el aporte de la filosofía en la búsqueda de la felicidad, o basta con la racionalidad científico-tecnológica para que el hombre alcance su fin último.
El autor se pregunta si tendremos que inclinar la cerviz ante el evidente peso de los hechos, y admitir que al imponerse definitivamente el poder arrollador de la ciencia y la técnica, la luz de la filosofía ya no es necesaria para iluminar la pregunta (y eventual respuesta) del hombre por su fin último. Dicho de otro modo, ¿no será que asistimos efectivamente al fin de la historia? Pero no, como sostuvo Fukuyama, porque triunfó el liberalismo, sino porque se impuso definitivamente la racionalidad técnica. Si el mundo hay que transformarlo y no pensarlo, entonces, ¿para qué se requieren filósofos? “Los filósofos sólo han interpretado el mundo de diferente modo, de lo que se trata es de transformarlo” (Die Philosophen haben die Welt nur verschieden interpretiert; es kommt aber darauf an, sie zu verändern. (Marx, Tesis 11 sobre Feuerbach). Pareciera ser que son los matemáticos y/o ingenieros en sistemas los que están transformando el mundo. El autor se pregunta si el lapidario juicio de Richard Dawkins a los teólogos en su artículo The emptiness of Theology, no sería también aplicable a los filósofos. ¿Será hora de entonar un réquiem por la filosofía?
Por otra parte, el autor advierte cada vez más la tendencia a la especialización en filosofía, que al límite reemplaza la “sabiduría”, por la erudición. El problema de esta ultra especialización, es el progresivo alejamiento de los grandes temas y problemas que preocupan a la humanidad. Dicho de otro modo, el abandono de la antropología y la ética. Esta actitud ha sido puesta de manifiesto por filósofos tan dispares (en el tiempo y en su doctrina) como Jacques Maritain, Peter Singer o Gilles Lipovetsky. Si pensamos en la discusión valórica que se viene dando en nuestro país tras el regreso a la democracia, se advierte, salvo honrosas excepciones, la ausencia de filósofos en el debate, en temas que tienen una clara dimensión ética y antropológica.
Referencias bibliográficas básicas: Aristóteles, Ética Nicomaquea Jacques Maritain, El filósofo en la ciudad, 1960; Gilles Lipovetsky, El crepúsculo del deber, 1992, La Era del vacío, 1983 Peter Singer, Ética Práctica, 1980.