Resúmenes de Ponencias (M-P)
I Congreso Nacional de Filosofía 2009

 [En orden alfabético por apellido]

Educación / Emancipación / Hegemonía
Alejandro Madrid Z.
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación / Universidad de Santiago / Universidad de Valparaíso

Los discursos en torno a la educación parecen enfrentarse desde siempre a una paradoja. Parece casi un lugar común suponer que existe un lazo indisociable entre educación e igualdad. Mas, si consideramos la educación en su aspecto institucional –aunque no sólo desde ese aspecto- debemos por lo menos destacar que la relación constitutiva de la educación se encuentra habitada por una tensión inevitable: por una parte, posee un carácter conservador, en cuanto ella pretende trasmitir, en lo  esencial, un orden, apuntando así  a conservarlo. La educación implica así, en ese sentido, transmisión y conservación de un orden hegemónico. Y la institución de educación –privada, estatal, laica, confesional, etc.-  impone las reglas de transmisión y conservación de ese orden. Desde allí, toda pedagogía, toda enseñanza asume un carácter determinante en la reproducción de ciertas relaciones de poder. El conocimiento que se imparte es el conocimiento, ya sea éste instrumental y ‘técnico’ sobre ciertas áreas de estructuración de lo sensible, ya  sea sobre un orden de relaciones políticas, administrativas, económicas, sea sobre ámbitos enteros de la investigación, criterios de rendimiento, etc.

Al mismo tiempo, sabemos que la educación se encuentra animada por una fuerza radicalmente contraria a ésta, en cuanto comporta a la vez una fuerza emancipatoria, que se desarrolla, justamente, como fuerza crítica, como fuerza de cuestionamiento y también de desconstrucción, de desarticulación de un orden dado. En ese sentido, la educación supone por una parte, transmisión de un orden, en cuanto fuerza conservadora, y, al mismo tiempo, implica una potencia crítica o desconstructiva que pone en cuestión los fundamentos mismos de todo orden dado y descubre la posibilidad de concebir y enunciar la posibilidad y el desarrollo de un nuevo orden, en cualquier plano en que se sitúe.

Nuestra ponencia se propone pensar justamente esa paradoja y esa tensión, tanto en el plano teórico como a través de la práctica en la enseñanza de la filosofía.

Conjunciones posibles consistentes e intuicionismo
Rodolfo Arturo Malverde E.
Universidad de Santiago de Chile

Entrego una lectura favorablre a la afirmación de Michael Dummett en el sentuido de que no se puede descartar que la conjunción (Es falso qure todos los x satisfacen Fx & Es falso que existe un x talm que no-Fx)es consistente para algunas interpretaciones de F.

En lógica clásica se tiene lo siguiente:

Es falso que para todo x Fx si y sólo si existe un x tal que no-Fx.

Para el intuicionismo desde la falsedad de que todos los x son F no se sigue que se conoce una manera de determinar un objeto c específico tal que no-Fc.  Consecuentemente, para el intuicionismo no se sostiene la  equivalencia antes referida. Sin embargo, para  F tomado como «x poisee en N un predecesor ibnmediato» la equivalencia clásica se sostiene, toda vez que es falso que el 0 poisee un predecesor inmedisato y consecuejntemrente es falsoquetodos los naturales poseen un prodecesor inmedisato (en N).

En defebnsa de la idea de Dummett santes referida, ejemplifo con dos condiciones. Una, la unatria X es un número perfecto (llamémosle  M(x))La segunda el enunciado hasta elmomento indecidible Existe un número perfecto impar( designémosle por E). Sea E* el enunciado que cuantif9ica universalmebnte a ( M(x) implica E) Mientars E sea indedible no se puede concluir que existe un x tal que no.noM(x) y no-E.

Concluyo después que esto está en línea con la afirmación de Dummett en el sentido que no podemos decartar que la mencionada conjunción es consistente.

Fuego sagrado del corazón: María Zambrano, camino recibido
Juan Guillermo Mansilla S.
Universidad Católica de Temuco

La filosofía de María Zambrano es desconocida en Chile. En esta ponencia se exponen los saberes sobre el alma que expone Zambrano «antes» de la guerra civil española. Las ideas centrales se sitúan desde la posiibilidad que tiene la metáfora del corazón para comprender el mundo de la vida, sus distintas huellas, los signos de la vocación filosófica, el querer ingenuo y espontáneo al que nos invita esta filósofa. Las tesis ya vislumbran el nacimiento de la «razón poética» teniendo como método una fenomenología elíptica, no lineal.Se exponen las tesis originarias de María Zambrano situándonos desde su obra «Hacia un saber sobre el alma», donde no se reduce el logos a la conciencia, sino que lo actualiza en todos los ámbitos del humano vivir. Se exponen, entonces, los caminos del vivir humano: hay dos caminos creados por el hombre, uno sinuoso y curvilíneo, cuya figura es la sierpe y que es producto del deseo, de la avidez; y un camino recto, imperativo que trazan la voluntad y la inteligencia creando una finalidad. Junto a ellos el camino recibido aparece como el lugar del anhelo, la aventura en otro reino para que el ser a medias se cumpla, para que la palabra recibida – el logos pleno de gracia – se revele.

Indígena, universidad e interculturalidad
Luís Esteban Manzo G.
Universidad de Valparaíso

El enfrentar o discutir las bases epistemológicas occidentales es un reto ineludible para cualquier pueblo indígena que conserve parte o la totalidad de su concepción de mundo. Desafío complejo, pues el denominado mundo occidental no opera con un solo tipo de paradigma, sino con una multiplicidad de ellos, los cuales en muchos casos son contradictorios entre sí; de esto se sigue que aquello que llamamos “conocimiento”  es más bien un concepto equívoco y difícil de asir. Por tanto, para sostener una discusión epistemológica relevante hay que saber con quién se discute y desde dónde se discute, es decir, hay que tener la capacidad y claridad suficientes como para identificar los conceptos, términos y relaciones que enmarcan una determinada concepción de mundo o cosmovisión y cómo ello establece una diferencia parcial o total.

La discusión es más importante hoy en día cuando ciertos conceptos, como por ejemplo la globalización,  se aceptan  sin reflexión o crítica alguna, implicando una serie de problemas a futuro. Lo anterior, no es una simple postura racional, pues este error puede decantar en consecuencias impensadas; por ejemplo, que  un individuo o colectivo de personas comiencen  a transitar hacia su propia extinción cultural y social.

Creo que ante esta disyuntiva, podemos nombrar tres formas para enfrentar ésta situación crucial que nos implanta el  problema como individuos y últimamente como sociedad:

a) Reconocer que la visión del mundo que se adopta es la occidental, pues se acepta que ella posee características que permiten establecer que ésta da cuenta,   refleja o condice a la realidad misma. En términos epistemológicos, una determinada concepción es válida porque se sustenta en criterios racionales, mientras que la otra resulta inválida pues carece de estos criterios. En términos culturales, esto es llamado inculturación,  que conlleva la  pérdida de la cultura propia, reemplazándola por otra. En cualquier caso es una asimetría que perjudica a una de las partes.

b) No adoptar la visión del mundo occidental, ya sea por no aceptarla y considerarla inválida, es una postura que algunos miembros de los pueblos indígenas han sostenido. Esta es una postura esencialista o fundamentalista, en términos culturales e ideológicos. En este caso el choque cultural confronta dos posturas temporalmente o permanentemente, con implicancias que escapan a la simple discusión.

c) Detectar puntos de contacto entre distintas concepciones y buscar reinterpretar una o varias de las posturas.  No es una postura ecléctica, pues lo que hay es una reinterpretación desde determinadas coordenadas cognoscitivas, socioculturales o existenciales que evidencian la identidad  y la diferencia de cada una de ellas.

Plantear la cosmovisión andina o el mundo indígena como punto de referencia para una discusión epistemológica, puede ser tomado como prueba de la reflexión crítica propia  del último punto arriba señalado. El poner entre paréntesis los conceptos (p.e. lo qué es el conocimiento y cómo se conforma), el buscar  las nuevas relaciones internas (p.e., métodos propios de validación) la inserción de otros elementos (p.e., la hoja de coca cómo inductor del buen diálogo), la recuperación y visibilización  de términos y/o conceptos de alta complejidad (p.ej. el pachakuti), y la creación de nuevos conceptos (p.e. matriz civilizatoria occidental),  refuerzan la evidencia de esta reflexión crítica. Reflexión que finalmente es también una visibilización de lo que ha sido encubierto y que busca romper con aquella denominada colonización del saber.

Esta invisibilización se produce en términos estructurales, pero  implica algo más en lo cotidiano El conocimiento, la lengua, la cultura y lo social, pueden verse total o parcialmente menguados en lo esquemas precedentes, provocando traumas sociales e individuales de largo alcance, por ejemplo la autonegación identitaria. […]

Educación democrática para la democracia: Filosofía para Niños y su práctica democrática de acuerdo a los tres principios de la democracia en Mannheim
Hernán Arturo Mateluna E.
Universidad de Chile

El propósito de esta ponencia es  revisar el aporte que puede otorgarnos la Filosofía para Niños para el desarrollo y sustento de las prácticas democráticas dentro de la sociedad. Con esto, no se quiere anular o reemplazar el verdadero propósito del programa de Filosofía para Niños, que es el alentar a los estudiantes a pensar por sí mismos en base a una actitud crítica, reflexiva y cuestionadora, sino que pretendemos mostrar como también gracias a su principal propósito, este programa puede considerarse como una educación democrática que puede contribuir a la participación pública ciudadana de sus estudiantes.

Para proponer a la Filosofía para Niños como una educación democrática, me baso en lo que expone sobre la idea de democracia, el sociólogo y politólogo alemán, Karl Mannheim. Este autor caracteriza a la democracia bajo tres principios que se deben encontrar siempre en ella, y que son: i) el principio de igualdad esencial de todos los seres humanos, ii) el principio de autonomía de los individuos y iii) el principio de existencias de minorías en la sociedad.

A su vez, creo que estos principios se pueden encontrar en tres conceptos de la dinámica del programa de Filosofía para Niños, y que son: i) la comunidad de indagación, ii) el plan de discusión y iii) el rol de la autoridad dentro de la comunidad de indagación. Luego, mi tarea consiste en relacionar estos principios con los conceptos, para ejemplificar como la idea de democracia presente en Mannheim, podemos encontrarla dentro del programa de Filosofía para Niños.

Así finalmente, esta educación democrática (representada en el programa de Filosofía para Niños) puede convertirse en una educación para la democracia, en la cual estamos entendiendo la educación con un fin social, el de preparar a los individuos para una inmediata y futura participación democrática.

Ipseidad y hospitalidad en Paul Ricoeur. Camino de la no-correspondencia
Patricio Andrés Mena M.
Universidad Alberto Hurtado

La ponencia intenta plantear como problema la condición hospitalaria del sujetola que no se reduce a ser un gesto ético o un valor deseable para la convivencia social, sino que primeramente es el modo mismo a partir del cual hay sujeto, hay persona. Por ello, la hospitalidad es un modo de decir ipseidad, antes que ser un gesto ofrecido al extranjero, al pobre, al desamparado. Tomaremos la filosofía del hombre capaz de Ricoeur como fuente de nuestra reflexión, a partir de la cual Ricoeur erige como cuestión filosófica la no-correspondencia que habita al sujeto: ni correspondencia consigo mismo, ni con el acontecimiento, ni con la llamada, ni con el otro. La no-correspondencia es tal vez el signo de la acogida infinita del sujeto, acogida de sí y del mundo. De este modo, la pregunta por la hospitalidad no es, sino, también, la pregunta por el éxodo del sujeto: una interioridad en éxodo.

Autoridad Pedagógica y relaciones (a)simétricas
Marisa Edith Meza P.
Pontificia Universidad Católica de Chile

La relación profesor(a) alumno(a) constituye el vínculo básico de la relación educativa en escuelas y liceos, al menos hasta hoy. Diversas situaciones de agresiones, discriminaciones y violencia muestran hoy hasta qué punto este vínculo se ha vuelto problemático. La expresión de este conflicto se manifiesta, en lo que algunos han llamado, una crisis de la autoridad del profesor(a) en el aula.

En este trabajo quisiera discutir críticamente la tesis de los que sostienen que el actual deterioro del vínculo educativo, con su respectiva crisis de autoridad, se debe a una desviación del sentido de la educación, debido a un énfasis individualista y de competitividad entre los individuos y también la tesis de los que interpretan el deterioro del vínculo educativo y de la pérdida de autoridad de los educadores, desde el punto de vista de una perturbación de los fines de la educación, en cuanto la educación actual sólo se estaría haciendo cargo de formar para la adaptación a la sociedad existente y no para crear una nueva sociedad, ni menos para la determinación conciente del futuro en común.

A partir del análisis y crítica de la noción de autoridad sostenida por Hannah Arendt y las distinciones con las nociones de poder y violencia, quiero proponer una noción de autoridad pedagógica que logre amistar la idea de autoridad con la de persuasión atendiendo a las difíciles condiciones de simetría – asimetría propias de la relación pedagógica en contextos de educación democrática para lo que me inspiro en la perspectiva de Alain Renaut.

Kant y el concepto de vida
Eduardo Andrés Molina C.
Universidad Alberto Hurtado

Uno de los aportes más interesantes de la Crítica de la facultad de juzgar de Kant es, junto al análisis del juicio estético, su concepción de los seres vivientes como fines naturales. En esa obra, Kant aborda la vinculación entre los conceptos de naturaleza, arte y vida a la luz de la facultad de juzgar reflexionante y de su principio original: el principio de la adecuación a fin. Es precisamente el descubrimiento de este principio de la reflexión lo que hizo que Kant volviera en su última Crítica sobre un problema que, en un comienzo, no era más que un enigma para él y para casi toda la filosofía de su época, a saber, el hecho de que las leyes de la mecánica newtoniana no parecían poder abarcar y explicar sin más el abigarrado mundo de los seres vivos y sus características más particulares, como la reproducción, el crecimiento y la regeneración. Es, pues, en este contexto donde Kant se plantea el problema de conciliar la explicación mecánica de la naturaleza con la comprensión teleológica de los seres organizados, exigida esta última, según Kant, por su propio objeto de estudio. Veremos que esto implica, sin embargo, una modificación importante en el concepto de vida al interior de la filosofía crítica y en consonancia, como intentaremos mostrar también, con las incipientes investigaciones sobre los seres vivos por parte de la naciente biología moderna. Así, en una época en que el preformacionismo de raigambre más bien racionalista estaba declinando y surgían por doquier diversas teorías epigenetistas sobre el desarrollo orgánico, analizaremos cómo Kant intenta hacerse cargo del desafío que el ser viviente planteaba al modelo mecanicista de explicación de la naturaleza.

La ficción: el momento mimético de la estructura  hermenéutica de la  conciencia
Gaston Alejandro Molina D.
Universidad Academia de  Humanismo Cristiano

La clásica oposición entre mito y filosofía (entre ficción narrativa y argumento lógico) tendría lugar ante todo por una diferencia de lenguaje y por una serie de dualismos que ya inscriben esa diferencia al interior del discurso filosófico. Sabemos, sin embargo, que hay hebras que, sin indiferenciar las distinciones y subordinaciones, promueven un complejo intercambio entre los términos opuestos. La noción de mímesis nos parece que cifra este problema. Con ella se trata de una cierta identificación, pero no de la identidad en términos lógicos, pues el principio de identidad supone la distinción de las determinaciones que se excluyen, mientras que la mímesis admitiría en la identidad una diferencia interna que trabajaremos con el nombre de ficción. La mímesis operaría ya en la escenificación cultual de las narraciones míticas haciendo relucir de modo inusual las cosas en la medida en que ingresan en la representación. En la representación mimética lo representado adquiere el plus que recién lo muestra como aquello que es. Rescatándolo del tráfago del tiempo ordinario reluce en su verdad. Es decir, gracias a la elaboración sensible de la cosa esta se ofrece en su idealidad. Lo que nos interesa subrayar es que en el espacio-tiempo de la mímesis o ficción encontraríamos la condición del acontecer de la verdad en el trabajo comprensivo que configura internamente a la conciencia. El intercambio analógico del «como sí» que desata las semejanzas entre las cosas sería la posibilidad de que las cosas se parezcan a sí mismas allí donde su utilidad ha sido suspendida en el espacio de la ficción que reclama demorarse en ellas. Y sería demorándose en ellas que la conciencia se hace de un mundo, es decir, descubre el mundo en que ya está inscrita. La experiencia de la verdad, el acceso al mundo como totalidad de sentido supondría entonces la desconexión y suspensión ya presente inadvertidamente en la ficción narrativa, con la cual, para decirlo sucintamente, el discurso filosófico habrá estado siempre en una problemática distancia y discusión.

El problema de la materialidad a priori: la respuesta de Kant a la crítica de Salomon Maimon
Mario David Molina M.
Colegio Cordillera

Salomon Maimon, filósofo contemporáneo de Kant, ha sido prácticamente desconocido por la posteridad filosófica. A pesar del reconocimiento de sus pares y de la conciencia de la importancia de su doctrina filosófica por parte de algunos filósofos posteriores, sólo hace algunos años ha comenzado a tomar fuerza la hazaña de estudiar en serio sus aportes al pensamiento en general.

Lo que me propongo exponer en este trabajo es la crítica que este autor le hace a Kant en su Versuch über die Traszendentalphilosophie (Ensayo sobre la filosofía trascendental). Frente a la cuestión intentada por Kant en la deducción trascendental de conciliar la relación entre entendimiento y sensibilidad como dos facultades de conocimiento diferentes, Maimon ataca esta idea al sostener que tal conexión no fue llevada a cabo con éxito por el filósofo regiomontano. El peso de la crítica de Maimon se centra en la, a su juicio, radical diferencia que existe entre lo sensible a priori y lo intelectual a priori como condiciones irreconciliables de la experiencia. De este modo, la constante insistencia de Kant en distinguir la sensibilidad del entendimiento y de caracterizar a la primera como multiplicidad a priori por contraste a la fuente de unidad que provee el intelecto, llevan a Maimon a afirmar que Kant no justifica la relación entre dos facultades distintas por no haber dado ningún fundamento (Grund) que vaya más allá de cada facultad y que explique, en virtud de ello mismo, su vínculo. De hecho, Maimon piensa acá, por ejemplo, en el famoso pasaje donde Kant reconoce que aquello que media la aplicación del concepto puro sobre la intuición es “un arte oculto en las profundidades del alma humana” (KrV, A141/B180). Consiguientemente, lo único propiamente humano para Maimon es el entendimiento, no la sensibilidad como algo distinto a este.

Sin embargo, Kant le contesta a Maimon que no hay necesidad de responder la pregunta maimoniana que resume esta crítica, a saber, la quid iuris?, pues si pudiésemos desentrañar aquel fundamento último de relación poseeríamos una intuición infinita y veríamos lo en sí del sujeto humano. En este punto, mi ponencia se volcará a la explicación kantiana, conforme a la cual el sujeto humano sólo puede conocerse mediante su sentido interno, pero jamás tal como es en sí, con el fin de derribar la objeción de Maimon.

La recepción del pensamiento acerca del «fin del arte» de Hegel en la estética contemporánea
Alvaro Fidel Monge A.
Universidad ARCIS

Nuestra ponencia pretende determinar los alcances del concepto de “fin” del arte tal como este aparece formulado en las Lecciones de estética de Hegel.  Esta  formulación  hegeliana parte del supuesto según el cual  arte es  la manifestación sensible de la verdad.

Cabe hacer notar que la “apariencia sensible” es esencial a la verdad y no un añadido caprichoso. El arte posee un contenido auténtico, de verdad, en la medida que hace conscientes a los hombres de lo absoluto. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la representación sensible de los dioses griegos en la escultura. Ahí se expresa la divinidad en forma humana, con lo cual la adecuación forma-contenido es perfecta.
Si lo propio del arte es la manifestación sensible, a la verdad –modernamente- ya no le es esencial su exteriorización. Más bien predomina la representación de las cosas en “su existencia práctica”, es decir, “en su contingencia insignificante”.

El arte ahora es asunto “pensante” y con ello se ha disuelto la relación equilibrada
-propia del arte clásico- entre forma y contenido. Pero, más profundamente, la modernidad toda consiste en ese desequilibrio.

Por cierto que la discusión sobre hasta qué punto resulta filosóficamente productiva la consideración de un texto como las Lecciones siendo pertinente, a nuestro juicio, no apunta a la medula filosófica del problema. Como se sabe, los textos póstumos de Hegel fueron editados por sus alumnos introduciendo, en no pocas ocasiones, fuertes alteraciones. Sin embargo el pensamiento del “fin del arte” es no sólo coherente con la filosofía hegeliana sino, de modo que pretendemos demostrar en este proyecto, parte esencial de esta.

La centralidad de Hegel en el debate estético contemporáneo nos parece indiscutible. No es casual que una de las interpretaciones más influyente del arte  vanguardista ( Teoría de la vanguardia de Peter Bürger ) o que desde una sensibilidad más cercana a la tradición analítica ( Arthur Danto)  se retome la elaboración hegeliana. No obstante lo pertinente de la observación anterior hay, creemos,  un estrato más esencial a partir del cual pensar la importancia de Hegel en la estética contemporánea y ésta tiene que ver con el concepto de historia que impone a la filosofía contemporánea. El “dominio de la prosa”  como esencial al mundo moderno es el pensamiento del que debe hacerse cargo, irrevocablemente, el arte y la estética contemporánea.

¿Humanismo después de Auschwitz?
Jaime Roberto Montes M.
Universidad de la Serena

Esta ponencia se inscribe en una línea de investigación subordinada al proyecto español: “Filosofía después de Auschwitz”, dirigido por el Dr. Manuel Reyes Mate, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, España.

Pretende dar cuenta de los desafíos que ‘Auschwitz’ le impone a la filosofía. ¿Es posible filosofar después de Auschwitz?, ¿Es posible filosofar de espaldas a Auschwitz?, son las preguntas que acompañan esta investigación. Cuando aquí nos referimos a Auschwitz, lo estamos entendiendo en su doble significado: como un ‘hecho’: el campo de exterminio más grande de la Alemania nazi y como un ‘símbolo’: para nosotros ese campo se reproduce en diversos países del mundo, e incluso se extiende a nuestra propia patria encarnándose en Villa Grimaldi y en otros recintos de exterminio de la dictadura militar chilena.

Aún cuando el proyecto trasciende el vasto tema de los DDHH, lo hemos querido situar en este contexto con la intención de prefigurar una filosofía o una pedagogía de “lo humano” como asignatura esencial para el hombre del siglo XXI.

Esta filosofía de lo humano brota desde el pensar de E. Lèvinas (“Totalidad e infinito”, “El humanismo del otro hombre”, etc.) principalmente, pero también encuentra aportes significativos en los pensadores de la Escuela de Frankfurt, aparte de algunos desarrollos muy interesantes de académicos tanto europeos como latinoamericanos contemporáneos.

Entre los conceptos más significativos de este pensamiento, encontramos el de «memoria» (“filosofía anamnética”, “razón anamnética”), «testimonio», «hospitalidad», «banalidad del mal» (Arendt), «razón instrumental vs. razón compasiva», «otredad», «diversidad», «DD.HH.», «civilización vs. barbarie», «lo humano – humanismo», entre otros.

En el fondo se trataría de formular las bases de un “humanismo” después de Auschwitz, un “humanismo” para el siglo XXI.

Observaciones sobre el fallo de experimentos mentales
Felipe Andrés Morales C.
Universidad de Chile

El problema positivo sobre los experimentos mentales es cómo pueden entregar información cognitivamente nueva si se basan en conocimiento previo. La reflexión sobre la experimentación mental se ha concentrado en este problema, es decir, ha intentado preferentemente explicar cómo pueden los experimentos mentales tener un rol positivo en la argumentación. En mi ponencia quiero apuntar la necesidad de desarrollar lo que podríamos llamar el problema negativo sobre los experimentos mentales, a fin de elaborar una teoría adecuada sobre la experimentación mental. Este problema consiste en cómo y por qué ocurre que experimentos mentales fallan. El problema tiene antecedentes en la literatura: John Norton (2003) ha expuesto argumentos a favor de su teoría argumental de los experimentos mentales a partir de la falibilidad de algunos de estos, con lo que ha mostrado, creo, la importancia del problema negativo para la elaboración de una teoría de la experimentación mental, y previamente, Allen Janis (1991) ha desarrollado una taxonomía del fallo de los experimentos mentales. Para examinar el problema, propongo distinguir varios contextos en que hablamos de experimento mental (su creación, su propuesta y su ejecución) en los cuales estos pueden fallar de diversas maneras. Estas distinciones llevan a cierta concepción de la naturaleza de los experimentos mentales emparentada con la de Norton: un experimento mental es el diseño de un procedimiento que lleva a un resultado determinado por las asunciones que tiene el diseño. Al menos en lo que respecta al contexto de ejecución, propondré que si un experimento mental falla, lo hace necesariamente.

La dialéctica del eros y las virtudes en Plotino
David Emilio Morales T.
Universidad Diego Portales / Pontificia Universidad Católica de Chile

Este trabajo muestra las conexiones posibles entre el concepto de  dialéctica, tal como aparece en el Symposium platónico y en las primeras Enéadas de Plotino, y su lugar en la formación de perfecciones éticas, especialmente a partir de la experiencia del eros y su relación con las llamadas virtudes cardinales. De tal manera apreciamos la correspondencia entre la dialéctica del eros, cuyo objetivo es contemplar la belleza del Ser y el cultivo de las virtudes, en la figura demónica del sabio.

La amistad entre los desiguales
Enrique Javier Muñoz M.
Universidad de Playa Ancha / Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

En la Ética Nicómaco, Aristóteles afirma que la polis se sostiene de mejor manera sobre la base de la amistad; sin embargo, su análisis se dedica especialmente a examinar la amistad perfecta fundada en la virtud de los amigos, aunque reconoce que ésta, por su propia naturaleza, no puede extenderse sino a unos pocos. En esta forma de amistad, a juicio del Estagirita, se dan de modo eminente, además de la virtud y comunidad en el bien por parte de los amigos, la máxima utilidad y el mayor placer. Las demás formas de amistad, sean aquellas que unen a los amigos en razón de la utilidad o del placer,  son formas imperfectas que exigen alguna forma de equiparación entre los amigos y su estabilidad es precaria. Además, dada la naturaleza misma de la polis que implica necesariamente la diversidad y desigualdad de sus miembros, puesto que esta misma desigualdad es condición necesaria para la complementariedad de las habilidades que permitan la autarquía, se abre la cuestión de intentar establecer si es posible alguna forma de amistad entre los desiguales, cuál forma de amistad es la que funda la filía política de modo que pueda constituirse en la vinculación ética fundamental de la polis. Todo lo anterior es determinante ya que, como el mismo Aristóteles señala, la virtud plena sólo es posible para pocos y la polis implica muchos. En este trabajo se examina la cuestión tanto en algunos textos de los tratados éticos como pasajes de la Política.

Apertura y afectividad
Enoc Osvaldo Muñoz S.
Universidad de Chile / Universidad Alberto Hurtado / Universidad Andrés Bello

En la tradición de pensamiento fenomenológico, con el término “apertura” se designa no solo ni primariamente uno de sus temas característicos. Con este término se señala hacia la problemática de la posibilidad misma de la filosofía, de su “punto de partida” de derecho. Ya Husserl insistía en esta problemática, en su trabajo sobre la intriga de la trascendencia en la inmanencia; intriga a través de la que se proponía acceder a ese “lugar” a partir del cual la filosofía podría encaminarse propiamente. Ahora bien, en este intento por acceder a dicho “punto de partida”, en términos generales y en uno de sus vínculos con la Filosofía Moderna, la fenomenología se conduce también hacia una consideración del “existente humano”. En términos de Maldiney, se trata entonces de ofrecer una interpretación “que abre, para comprender la existencia, las mismas vías que el hombre para existir”.

En este primera escucha, queda indicado que el término “apertura” señala, para la fenomenología, tanto hacia la problemática del punto de partida de la filosofía como hacia la problemática del orientarse en la existencia como característica esencial del existente humano. De entre las distintas vías de reconducción hacia la cuestión de la “apertura”, nos interesa explorar aquí aquella de la afectividad, trazada por Heidegger. De esta consideración de la afectividad – donde ésta es pensada como apertura originaria y donde entran en tensión hilos de articulación como aquellos de actividad-pasividad, donación-receptividad, inmanencia-trascendencia y mismidad-alteridad –, nos interesa preguntarnos si ella responde efectivamente a la exigencia de pensar la apertura. Dicho negativamente, tal vez el análisis existencial-ontológico movilizado por Heidegger no puede evitar secretar una suerte de traba u obstrucción precisamente allí donde procura pensar la apertura originaria. Finalmente, tras un esfuerzo por abordar la significación de esta obstrucción para la problemática de la apertura, intentaremos esbozar, de modo preliminar, un posible diálogo entre las obras de Heidegger y Freud.

Estructura metonímica de los actos de habla e interacción conceptual. Un análisis contra el modelo de literalidad ilocutiva de John Searle
Claudia Angélica Muñoz T.
Universidad de Concepción

El objetivo de este trabajo es defender que la propuesta de Thornburg y Panther (1997) de analizar el significado ilocutivo indirecto como el resultado de la función metonímica de los componentes de un Modelo Cognitivo Idealizado (MCI) de actos de habla, que incorpore la posibilidad de interacción de esta clase de modelos con otros tipos conceptuales como las metáforas (Lakoff 1980, 1987) y los esquemas de imagen (Langacker 1986), puede explicar los efectos de prototipicidad ilocutiva, es decir, las diferencias en el potencial ilocutivo (grados de fuerza) de las expresiones. El concepto de prototipicidad adoptado por la Semántica Cognitiva y aplicado al análisis de actos de habla supone una concepción débil de la literalidad como un continumm a lo largo del cual se situan las diversas expresiones lingüísticas. La noción de fuerza gradual se opone a la hipótesis de la fuerza ilocutiva literal de la Teoría del Acto de Habla se Searle (1969), que analiza el significado pragmático en términos de la correspondencia entre las condiciones del contenido proposicional y de la fuerza ilocutiva, haciéndose cargo así del problema de la relación entre significado lingüístico y uso. De acuerdo con esta hipótesis, existe una relación unívoca entre cierto tipo de oraciones y la realización de determinadas reglas ilocutivas. Consecuentemente,  Searle considera que los casos en que no se dice exactamente lo que se quiere decir (no-literalidad, ambigüedad y no-completud) no son teóricamente esenciales en la comunicación lingüística. A este enfoque opondremos, primero, el punto de vista de Wittgenstein sobre la indirección lingüística y, luego, las perspectivas de Lakoff (1987) sobre categorización, de Thornburg y Panther (1997) sobre metonimias ilocutivas, y de Pérez Hernández y Ruiz de Mendoza (2002) sobre interacción conceptual.

En las Investigaciones Filosóficas (e.g., §§ 58, 19, 20, 21), el rechazo de una semántica esencialista se manifiesta también en una postura negativa o de sospecha de Wittgenstein frente a la idea de lenguaje indirecto. En Lingüística Cognitiva, Lakoff (1987) entiende el significado literal como un supuesto basado en un modelo altamente simplificado del lenguaje y su función, mientras que las propuestas de Thornburg y Panther (1997) y de Pérez Hernández y Ruiz de Mendoza (2002) favorecen una interpretación prototípica y conceptual de las construcciones ilocutivas.

¿Podemos reducir afirmaciones morales a expresiones no evaluativas? Una crítica del Reduccionismo en METAÉTICA
David Alejandro Muñoz Z.
Pontificia Universidad Católica de Chile

El Reduccionismo ético sostiene que (i) lo que es para una cosa ser bueno puede ser explicado usando expresiones no evaluativas, y (ii) conocemos verdades morales sobre la base de la observación. El Reduccionismo puede ser analítico o sintético. El Reduccionismo analítico sostiene que algunas expresiones no evaluativas son sinónimas con la palabra “bueno”. El Reduccionismo sintético mantiene que, aunque el significado de “bueno” no se obtiene usando expresiones no evaluativas, se puede explicar lo que es la bondad usando expresiones no evaluativas. Este trabajo tiene como objetivo criticar el Reduccionismo ético en todas sus formas. Para objetar el Reduccionismo analítico, se empleará una versión del Argumento de la Pregunta Abierta de G. E. Moore, y de la ley de Hume acerca de la imposibilidad de deducir válidamente una afirmación evaluativa desde premisas no evaluativas. Para objetar el Reduccionismo sintético se defenderá que (a) los hechos morales no pueden ser conocidos por observación, es decir, incluso si las propiedades morales fueran reducibles, sería falaz inferir que podemos conocer verdades morales por observación; (ii)  ni por inferencia a la mejor explicación, es decir, si algunos hechos morales fueran explicados, no podríamos conocer verdades morales por inferencia a la mejor explicación, porque los hechos morales no explican ninguna observación que no pueda ser explicada también por hechos no morales; y (iii) que las afirmaciones morales no pueden ser comprobadas, es decir, las teorías morales no producen ninguna predicción comprobable, sin depender de la suposición de que seres conscientes tienen algún acceso independiente a verdades morales. Toda esta crítica al Reduccionismo ético se enmarca dentro de un proyecto de una defensa del Intuicionismo ético, donde todo esto es sólo una parte.

¿Tienen valor de verdad los juicios morales? Una crítica al no-cognitivismo en metaética
David Alejandro Muñoz Z.
Universidad Católica de Chile

El cognitivismo ético afirma que los juicios morales pueden ser verdaderos o falsos, porque son creencias que hacen referencia a cómo es el mundo. En este trabajo se propondrá que existen buenas razones para preferir una concepción cognitivista de los juicios morales frente a una no-cognitivista. Para  ello, se realizará una breve crítica a los enfoques no-cognitivistas más importantes, y además se mostrarán evidencias lingüísticas e introspectivas a favor del cognitivismo. La presentación tendrá la siguiente estructura: 1. No-cognitivismo clásico: los no-cognitivistas mantienen que las oraciones evaluativas no aseveran proposiciones, sino, más bien, son imperativos o expresiones de emociones; 2. La evidencia lingüística a favor del cognitivismo: el no-cognitivismo tiene dificultad al dar cuenta del lenguaje ordinario con términos evaluativos o, específicamente, morales; 3. El no-cognitivismo de Hare: el enfoque de Hare trata de explicar sin éxito por qué podemos llamar a las oraciones morales “verdaderas” o “falsas”; 4. El no-cognitivismo de Gibbard: la noción de mundos fácticos normativos de Gibbard no ofrece una solución al problema de Frege-Geach; 5. La solución de Blackburn: esta solución al problema Frege-Geach descansa en una interpretación equivocada del lenguaje y fracasa al dirigirse a problemas relacionados con el no-cognitivismo; 6. El no-descriptivismo asertórico de Timmons: la teoría de de Timmons no puede dar cuenta del error moral y no puede explicar la distinción entre realismo y anti-realismo; 7. La evidencia introspectiva: introspectivamente, los juicios morales parecen  más creencias que emociones, deseos u otro estado no-cognitivo.

Una ausencia sintomática: el pequeño espacio de América en la filosofía.
Hernán Neira B.
Universidad de Santiago

La Ilustración, tanto la de Kant como la de Condorcet, se conciben como una forma de renacimiento tras una época de oscuridad, oscuridad que, muchas veces, es asociada con los “tutores”, eclesiásticos o políticos. Más que el pensamiento de inspiración cristiana protestante -aunque no lo excluyen- es de inspiración católica el que los ilustrados consideran como enemigo de la autonomía del ser humano. Ese pensamiento, además, se sitúa geográficamente en las naciones de la Europa mediterránea y en las colonias, sobre todo españolas y portuguesas.

Esa es una de las razones por las que la América hispano-lusitana no juega un papel importante en el pensamiento de la Ilustración. Para Condorcet, al menos el del “Tableau…”, América y los americanos son, sobre todo, de víctimas del catolicismo, no sujetos de la Ilustración. Esta situación, para Condorcet, contrasta con lo ocurrido en las colonias de las naciones protestantes.  La situación de América en la posilustración europea no es demasiado distinta; sabido es, por ejemplo, la escasa importancia que la América hispano-lusitana ocupa en el pensamiento de Marx.

En el siglo XX, la filosofía Europea no varía, en lo esencial, su desconsideración con el mundo antiguamente colonial, salvedad hecha en algunos textos menores de Sartre.

En el siglo XXI, se produce una pequeña inflexión en el pensamiento de Peter Sloterdijk. En efecto, en El espacio interior del capital,  hay numerosas referencias al papel de la ocupación europea de América en la constitución del intento, siempre fracasado, de realizar un nuevo relato sobre la historia mundial bajo el modelo de un gran relato. Si bien los capítulos 21 (Die Neuzeit und dans Neuland-Syndrom Amerkanologie I) y 39 (Die Ausnahme: Anatomie einer Versuchung. Amerikologie 2) se refieren  más bien a América del Norte, el capítulo 25 (Der Buch der Vizekönige) se refiere al mundo hispano-lusitano, sin perjuicio de muchos otros pasajes donde la reflexión filosófica sobre la globalización va acompañada de una reflexión filosófica sobre la colonización.

Que América esté marginalmente en la filosofía es, para nosotros, un síntoma, tanto de la filosofía como de quienes la practicamos. Nuestra ponencia busca indagar sobre el sentido filosófico del escaso papel que tiene América en la filosofía Europea y, en consecuencia, del pequeño espacio (aunque creciente), que también tiene en la filosofía chilena. Eso requiere, aunque sea sumariamente, revisar algunos textos de la Ilustración y posilustración.

La tesis de la indispensabilidad y la respuesta ficcionalista
Rolando Esteban Núñez P.
Universidad Andrés Bello

La idea principal de este trabajo es presentar la postura Platonista de H. Putnam en lo que respecta a las matemáticas. Putnam, siguiendo los pasos de Quine, postula la necesidad de la existencia de las  entidades matemáticas, ya que sin estas el desarrollo de las ciencias sería imposible. Esta es la llamada tesis de la indispensabilidad de las matemáticas.  Uno de los puntos más fuertes de esta tesis se presenta al considerar el holismo confirmacional de Quine, pues considera que, dado a que a lo largo de la historia las matemáticas han formado parte central de las teorías científicas, y estas teorías pueden ser en principio confirmadas por la experiencia, por lo que podemos considerar que las matemáticas han sido también confirmadas empíricamente.

Sin embargo, podemos evitar caer en un realismo platónico en lo que respecta a las entidades matemáticas. Para esto, presentaremos la postura Ficcionalista de H. Field. Esta postura, que nace en respuesta a la tesis de la indispensabilidad, plantea un eliminativismo fuerte de las entidades matemáticas a través de un programa de nominalización.  Es decir, sostiene que los enunciados matemáticos no solamente pueden ser puestos en duda, sino que son definitivamente falsos, pues considera que las entidades matemáticas no existen, y que finalmente las teorías matemáticas describen entidades ficticias, del mismo modo en que una novela describe personajes que no son reales.

Günther Anders – antropología y medios
Breno Onetto M.
Universidad Austral de Chile

La filosofía de la tecnica ha olvidado de mencionar a una figura de la corriente de la fenomenología, G. Anders (1902-1992), salida tempranamente de la linea de Husserl, el año 24, cuando la filosofía ponía su mirada recien en la obra de un otro discípulo celebrado de aquella. Anders, teniendo que huir obligado al exilio por su origen, retorna a Alemania en los 50, con una obra capital, La obsolescencia humana (1956), realizado dos cosas no menores: una crítica mordaz al mundo de la técnica casi al unísono de la segunda de época del pensamienyto heideggeriano pero de un efecto mucho menos tranquilizador que aquél, su critica avanza por la técnica de la época y adelanta en segundo término precozmente una también dura reflexión de los medios en la avanzada sociedad e industria cultural masiva de los cincuenta, critica que será recogida hasta el presente la mayor parte de las veces, sin mencionar siquiera su verdadero origen.

La obra de Anders no solo no cuenta con una recepción efectiva en el medio mundial, sino no cuenta casi con traducciones que hagan salir su obra del mundo germano, para hacer pública su crítica al sistema economico productivo del mundo técnico, que experimentara en su exilio norteamericano,  crítica no homóloga a la que hiciera también otrora la teoría crítica de Frankfurt, con Adorno, Horkheimer o Marcuse, posteriormente. La figura de Anders es famosa por su oposición política a la era atómica, por su conciencia del genocidio de ambos lados de la cortina, en una época que parece poner entre páréntesis las discrepancias presentes entre las facultades humanas que la nueva era parece acuñar sobre el anthropos tardo-moderno; discrepancias entre el conocer y el hacer humano, el sentir y el actuar humano, pero tambien del saber y el responder a conciencia por aquello podemos y necesitamos efectivamente hacer o dejar de hacer, si en ello se juega también nuestra situación final de especie. Todo ello marcó la reflexión critica de su filosofía el siglo pasado y parece seguir haciéndolo igualmente hoy.

Creatividad, erudición y pedantería en Filosofía: de buscar la sabiduría a buscar empleo
M. E. Orellana Benado
Universidad de Chile

Para justipreciar sus respectivas contribuciones, propongo clasificar los filósofos – esto es, quienes se dedican a las prácticas filosóficas, las actividades humanas que conservan, transmiten y aumentan, por decir así, el conocimiento filosófico) y de las cuales surge lo filosófico o la filosofía – en creativos, eruditos y  pedantes.

La posición de mayoría en metafilosofía identifica lo filosófico o la filosofía con sus productos en la dimensión conceptual, ideal o lingüística: vocabulario, preguntas, respuestas, teorías, ambiciones y cómo concibe su relación con otros dominios de prácticas humanas (como el arte, las ciencias modernas, el comercio, lo divino, la guerra o la literatura). El pluralismo metafilosófico multidimensional, una versión de la posición de minoría, sostiene por el contrario que, además de la dimensión conceptual, hay que reconocer, distinguir y relacionar sendas dimensiones  institucionales y políticas en las prácticas filosóficas. La dimensión institucional contempla los centros de formación e irradiación de prácticas filosóficas y sus productos en la dimensión conceptual, sus fuentes de financiación, sus instancias de reunión y de difusión de propuestas, sus prestigios relativos, el corpus que cada uno de ellos considera canónico. La dimensión política de las prácticas filosóficas comprende las alianzas y rivalidades que se forman, en torno a las distintas concepciones de la filosofía, tanto al interior de lo filosófico como con otros dominios de prácticas humanas.

El pluralismo metafilosófico multidimensional permite situar en la historia lo filosófico y las prácticas filosóficas. Así se puede entender, entre otros fenómenos, el impacto de la profesionalización de las prácticas filosóficas a partir de la segunda mitad del siglo XVIII; el auge de la filosofía analítica en la segunda mitad del siglo XX; y, por último, el bajo impacto del Kant de Torretti en la discusión internacional comparado con los libros publicados el mismo año sobre dicho filósofo por Bennett y Strawson, a pesar de ser comparable en términos conceptuales. Concluyo con un análisis de la creatividad literaria filosófica en términos de una imaginación que es, al menos en parte, documentada y rigurosa; de la erudición filosófica en términos de una documentación que tan exhaustiva como rigurosa; y de la pedantería filosófica como una consecuencia de la profesionalización de las prácticas filosóficas, de la cual también hay algo que aprender.

¿Pueden rentar los seres humanos? Trabajo inmaterial y apropiación capitalista
Víctor Sebastián Orellana C.
Universidad de Chile

En los últimos años, el mundo ha experimentado profundas transformaciones. La llamada globalización ha traído consigo una serie de cambios políticos y tecnológicos que le cambiaron definitivamente la cara al mundo.

En este sentido, tienen una gran importancia las transformaciones al interior del espacio, el tiempo y los tipos de cooperación en las relaciones laborales. Las plazas laborales que más crecen a nivel global son las que implican un grado de calificación y operan mediante el análisis y producción de información y conocimiento, siendo en este contexto el capital financiero el protagonista de estas dinámicas.

Para retratar estos fenómenos ciertos analistas han hablado de trabajo inmaterial, trabajo biopolítico o trabajo cognitivo, conceptos que ponen el énfasis en la capacidad del trabajo de incrustarse de forma profunda en las subjetividades de los trabajadores, en formas que el trabajo industrial tradicional no permite. En esta ponencia intentaremos relacionar estos conceptos con la constitución del espacio social del trabajo, y las relaciones de propiedad y control que imponen una separación entre el trabajo vivo y el trabajo muerto. Así mismo, la apropiación por parte del capital de productos simbólicos, como por ejemplo una canción y sobre todo la producción de conocimiento y símbolos en el espacio virtual (Internet), susceptibles de valorizarse y ser usadas en términos rentistas, nos plantea los límites a los que el desarrollo capitalista puede alcanzar en tanto usa la producción de bienes que históricamente fueron sociales como bienes privados, replicando en términos cada vez más abstractos los procesos de acumulación primitiva.

Se propondrá que las relaciones sociales que emergen a partir de las nuevas formas de trabajo, son problematizables basándonos en las relaciones sociales y productivas  del
mundo agrario, de tal manera que el patrón de acumulación rentista es susceptible de actualizarse en la nueva realidad, construyendo una nueva forma de ver el tiempo, el espacio y lo social que no ha sido comprendida acabadamente por la filosofía y las ciencias sociales.

Objetividad moral y política
Juan Antonio Ormeño K.
Universidad Diego Portales

Un rasgo característico de las sociedades modernas es la pluralidad de valores, fines, metas y planes de vida, que cada individuo o grupo puede sostener en contra de otras opciones tomadas por otros. Si esta sociedad moderna, además, está democráticamente organizada, entonces esa pluralidad debe ser aceptada, al menos hasta el punto en que ello sea compatible con el orden democrático y con el Estado de Derecho. En el contexto de esta presuposición, se plantea la pregunta por el status de esta limitación a la pluralidad: ¿se trata de una limitación puramente procedimental, y por tanto valorativamente neutra, o de una limitación substantiva –es decir, comprometida con la verdad y objetividad de los valores de la tolerancia, la democracia y el derecho? Si la organización política debe ser moralmente neutra, entonces ella debería ser compatible no solo con esa pluralidad, sino también con un extendido escepticismo moral –del que, por lo demás, muchos liberales hacen gala, como un último baluarte de la libertad individual contra las pretensiones homogeneizadoras del Estado. El problema de esta postura es que convierte los principios morales en los que se asienta el Estado democrático de Derecho en una cáscara vacía, en la que efectivamente las convicciones morales particulares tanto de los funcionarios del Estado como de los ciudadanos se presentan como ‘objetivas’ sin justificación alguna o con justificaciones espurias. Frente a esto, debería ser tentador tratar de reivindicar para la base moral de la democracia y del Estado de Derecho el status de ‘objetiva’ o ‘verdadera’. Pero el problema de semejante posición es que, aparentemente, hace imposible la controversia y, por tanto, el pluralismo que se quería preservar.

En el presente trabajo me propongo ofrecer un sentido plausible para la expresión “objetividad moral”, que sea capaz de salvar los escollos tanto del realismo epistémico como del moral, con los que la voz ‘objetividad’ normalmente se asocia. Creo que tanto el realismo epistémico como el moral, que pretenden levantarse como baluartes frente al escepticismo, tienden más bien a suscitarlo. Contra esta comprensión de lo que sea la “objetividad moral” quisiera defender otra, de menores pretensiones, pero potencialmente más robusta, que se haga cargo del carácter de negociación permanente que tiene la vida moral en sociedades complejas. Luego de haber hecho esto, exploraré brevemente si la objetividad moral, así entendida, debe tener relevancia para la discusión pública.

Aceptación del «otro» y fundamentaciones del pluralismo: a propósito de Tavetan Todorov y Bartolomé de las Casas
Santiago Orrego S.
Pontificia Universidad Católica de Chile

Es muy habitual, tanto en los medios académicos como en los de difusión pública de ideas, contraponer la defensa o fundamentación del pluralismo como valor humano y social, por un lado, a la creencia en “verdades absolutas” o visiones del mundo que pretenden tener validez supra o trans-cultural, por el otro lado. De este modo, el pluralismo y la tolerancia suelen presentarse como un logro que sólo se hizo posible cuando se renunció a las pretensiones de universalidad de la razón o, al menos, cuando la universalidad se comprendió como una dimensión meramente formal del pensamiento. La ponencia que propongo discutiría críticamente este planteamiento desde una perspectiva muy acotada: la interpretación que hace el lingüista y pensador ruso-francés contemporáneo Tzvetan Todorov de la figura de fray Bartolomé de las Casas y de su defensa de los indios americanos frente al Imperio Español.

Los textos fundamentales, mas no los únicos, que se tendrán en cuenta, serán: de Todorov, “La conquista de América: el problema del «otro»” (1987) , “Nosotros y los otros: reflexión sobre la diversidad humana” (1991), “El espíritu de la Ilustración” (2008); de Las Casas, “La controversia sugli indios”, (Bartolomé de Las Casas, Juan Ginés de Sepúlveda, texto latino con introducción y traducción de Saverio Di Liso, Bari, 2007); de Francisco de Vitoria, Relecciones teológicas (Ed. crítica y traducción castellana, Teófilo Urdanoz, 1980).

Desde esta perspectiva acotada, se propondrá una breve defensa de las siguientes tesis: a) Es errada la hipótesis de Todorov (1987), según la cual debe postularse una suerte de “segunda  conversión” secreta de Las Casas de corte relativista para explicar su postura “pluralista” frente a la “cuestión indiana”. b) Los argumentos de Las Casas a favor de los derechos –individuales y políticos- de los indios americanos se encuentran explícitamente en los pensadores escolásticos que lo antecedieron, especialmente en la Escuela de Salamanca del s. XVI. c) De esos argumentos se puede extraer una fundamentación no relativista del pluralismo, que hunde históricamente sus raíces en la idea del hombre como “imagen de Dios” y de Dios como un ser cuya riqueza, infinita, siempre puede expresarse de diversos modos sin quedar agotada por ninguno de ellos. No obstante, los mencionados argumentos pueden independizarse de su origen histórico y en ello radica su posible interés filosófico. d) Esta fundamentación presenta menos inconvenientes que los intentos de fundamentación relativista, aunque no está exenta de otros.

La posibilidad del valor cognitivo de las emociones
Mauricio Alejandro Otaíza M.
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

Las emociones son sentidas corporalmente y, aunque generalmente están asociadas a cogniciones (ideas, fantasías, teorías o creencias), constituyen, por sí mismas, modos de interpretación inmediata de la realidad.  Ellas son, en términos de Eugene Gendlin, Instances of Itself.  Sin embargo, cierta tradición filosófica ha creído ver en las emociones el mero efecto de tales cogniciones, de cuya validez son subsidiarias y, en consecuencia, cuyo estudio gnoseológico es irrelevante.  Para Gotlob Frege, por ejemplo, todo lo que hay de significado en los signos queda remitido al sentido (Sinn) objetivo de ellos; las emociones, en cambio, son meras representaciones (Vorstellungen) psicológicas subjetivas.  Aunque se conceda que Frege sólo está interesado en la lógica y en la verdad de las ciencias, y no pretende realizar ningún análisis psicológico de los actos cognitivos es, con todo, probable que haya empleado en favor de su metodología algunos supuestos gnoseológicamente discutibles.  En efecto, supone el autor, mientras las ideas son “captadas”; las representaciones, en cambio, son “puestas” por el sujeto, razón por la cual el vínculo entre éstas y los signos parece demasiado inseguro (unsicher).  Creemos que detrás de la prudencia metodológica del autor se encuentra, sin embargo, el supuesto de que las representaciones son productos arbitrarios; un supuesto discutible, pues las representaciones no parecen poder ser administrables a voluntad, ni parecen seguir a las creencias sino cuando uno previamente ya está emotivamente dispuesto de tal o cual forma.  Considerando, además, que las emociones no parecen surgir aleatoriamente cabe explorar cuál podría ser su valor cognitivo y cuál podría ser su lugar en la gnoseología humana.

Democracia, entre medio y fin
Mario Páez L.
Universidad de Chile

El propósito de este trabajo es abordar las diferentes concepciones de la democracia desarrollada en la filosofía política contemporánea, teniendo como base el impacto que el marco de referencia liberal ha tenido al momento de su concepción, sea como el eje en referencia al cual se articula o entorno al cual se enfrenta. En este sentido, se asume que implícita en cada una de estas diferentes concepciones acerca de la democracia, se encuentra una forma determinada de concebir la política y el papel que ésta representaría en la configuración del todo social. Acorde a esto se quiere argumentar que la concepción de la política en la filosofía política contemporánea ha oscilado entre posturas que ven en ella un fin propio de la sociedad y otras que la ven como un medio para la realización de intereses individuales y, así, la democracia ha tenido un papel más o menos relevante en cada una de estas posturas; lo que permite comprender las tensiones y paradojas derivadas de la relación entre liberalismo (en sus diferentes variantes) y democracia, donde la política se debate entre ser una esfera de acción separada de la esfera económica y ética de la sociedad o ser un punto estructural y transformador de la misma. Basado en esta aproximación se buscará desarrollar algunos elementos de análisis que permitirán comprender cómo el modelo de democracia constitucional, propuesto por Ronald Dworkin y de Rawls, es criticado por representantes de nuevas versiones del republicanismo como Sandel; siendo estos últimos junto con el de la democracia deliberativa de Habermas, modelos a los que sin duda se opone la concepción radical de la democracia, representada por la propuesta de Chantal Mouffe. A manera de conclusión para este trabajo se intentará argumentar a favor de una alternativa que supere la dualidad medio/fin en la forma de concebir la política y con ello poner en relación una comprensión de la democracia como medio a la democracia como fin.

La libertad como ACEPTACIÓN
Jorge Francisco Javier Peña V.
Universidad de los Andes

Conviene tener una imagen realista de lo que es la libertad para saber discriminar cuánto es lo que pone nuestra libre elección y cuánto está ya dado y escapa del todo a nuestro arbitrio. Dicho de otro modo: cuánto de nuestras decisiones y acciones es libre y voluntario y qué proporción es no libre e involuntario. Y más importante, qué relación cabe entre lo uno y lo otro, es decir entre lo voluntario con lo involuntario, lo libre con lo no-libre. Dicha relación no es dialéctica, confrontacional, sino por el contrario, trabajan unidos, apoyándose el uno en el otro de modo que la acción libre siempre se sostiene sobre un sustrato no libre, dado, supuesto, necesario. Las definiciones de la libertad por la no-dependencia o por el no constreñimiento son utópicas o vacías. Sin embargo, aunque sean múltiples los constreñimientos, el más mínimo resquicio de libertad ya hace digna y relevante dicha acción. En este trabajo quisiera exponer, guiado por la Filosofía de la voluntad que Paul Ricoeur desarrolló en su primer tomo titulado “Lo voluntario y lo involuntario” , aquellos elementos no voluntarios, no-libres, ante los cuales cabe aceptación y consentimiento, para comprender y hacer posible el acto libre. Tomar conciencia de ello implica entender que no disponemos de una libertad absoluta, divina o angélica, sin solamente humana, finita, limitada, creada.

La tesis de Ricoeur es que el acto voluntario está indisolublemente unido al acto involuntario, el acto libre al no-libre. Entre los dos polos del obrar humano, el voluntario y el involuntario, no hay disociación ni yuxtaposición, sino alianza y reciprocidad.

Hume y la racionalidad de nuestras inferencias inductivas
Francisco Pereira G.
Universidad Alberto Hurtado

En el Tratado de la Naturaleza Humana, Hume afirma que «no hay razón alguna” (THN 92) que sea capaz de justificar las inferencias de tipo inductivo. ¿Significa esto que nuestras prácticas inductivas no son racionales? En esta ponencia analizaré brevemente dos intentos de dar una respuesta negativa a esta pregunta: (i) El requerimiento de auto‐reflexividad epistémica propuesto por Stroud (1995) y (ii) Una estrategia naturalista donde la razón debe ser considerada como “como una especie de causa, cuyo efecto natural es la verdad” (THN 180).

Argumentaré que la segunda es más fiel a la propuesta humeana, ya que  permite referirnos a la razón sin apelar a ningún tipo de consideración normativa o auto-reflexiva en el ámbito de nuestros procesos inferenciales. La diferenciación entre aquellos contextos en que Hume habla de una razón normativa y aquellos en los que se refiere a la razón en cuanto proceso natural asociado a los principios de asociación de la imaginación nos permitirá respaldar cuatro conclusiones importantes: (a) Nuestras inferencias causales hacia el futuro y lo inobservado carecen de justificación normativa, (b) Pese a lo anterior nuestras inferencias son racionales desde una perspectiva natural, (c) El pasado es una buena guía para el futuro y (d) Hay una estrecha vinculación entre las prácticas inductivas de los animales y las prácticas inductivas de los seres humanos niños y adultos.

Critica de la violencia en la huelga
Carlos Pérez L.
Universidad de Paris 8

El encuentro entre huelga y filosofía es teóricamente improbable y es que la huelga sería a primera vista un objeto propio de las ciencias sociales. Sin embargo la filosofía política y la filosofía de la historia podrían contrarrestar esta tendencia.

En 1921, en Para una crítica de la violencia, Walter Benjamin retoma la oposición de dos tipos de huelga general que Georges Sorel expone en sus Reflexiones sobre la violencia de 1906.

¿Bajo qué circunstancias era necesaria esta distinción para Sorel ? A comienzos del siglo XX la huelga tenía un rol protagónico en el movimiento sindicalista y en la teoría marxista, que se perfilaban como la vía revolucionaria del socialismo. Tal era su importancia que en la Francia de la primera década de 1900 se podía reconstituir el mapa de las tensiones políticas a partir de las diferentes posiciones sobre la huelga general. Sin embargo, y de manera paralela, la social-democracia ajustaba la teoría marxista hacia un socialismo de reformas, renegando la validez del movimiento sindicalista, cuyo centro se ubicaba fuera de los márgenes de la representación política e institucional. Sorel advierte el peligro de este tipo de socialismo, en el que las formas políticas y el intelectualismo desarticulaban el potencial revolucionario de la huelga general, razón por la cual adhería a la teoría sindicalista que separaba la huelga revolucionaria de la huelga política.

¿En qué condiciones Benjamin retoma más tarde esta reflexión ? En 1918 diferentes países europeos estallaban en revueltas reactivando los ideales de la lucha de clase y relanzando la Revolución antes que acabara la Primera Guerra mundial. La forma directa de manifestación fue la huelga general. En Alemania, este proceso revolucionario fue saldado en 1919 por una represión violenta que reinstaló el orden burgués y promovió el ascenso de la extrema derecha nacionalista. Benjamin comprendía que la manera de anular la violencia del derecho no era el pacifismo pueril, sino la violencia revolucionaria. La reflexión de Sorel se revelaba entonces acertada: cuando la huelga no es portadora de la violencia revolucionaria, no es más que una forma política de extorsión que no contradice necesariamente los intereses del Estado. Por eso la huelga revolucionaria se identifica con la crítica de la violencia.

En esta ponencia intentaremos exponer el carácter filosófico de esta crítica de la violencia en la huelga, teniendo en cuenta la exigencia de pensar las coyunturas históricas en las cuales ésta toma sentido.

Filosofía de la Naturaleza y Física Moderna
Carlos Perez S.
Universidad ARCIS

Cada época de la historia de la ciencia contiene como supuesto un determinado modo de pensar una Filosofía de la Naturaleza. La Física Cuántica y la Física Relativista han alterado tan profundamente las nociones fundamentales de espacio, tiempo, materia e interacción que han trascendido la Filosofía de la Naturaleza propia de la modernidad ilustrada. Una nueva Filosofía de la Naturaleza, construida a partir de la manera hegeliana de pensar nociones como ser, esencia, negatividad, tensión, podría ser más adecuada para las nuevas y novísimas teorías de la Física, como las teorías de cuerdas, la noción de interacción a través de partículas virtuales, o los modelos cosmológicos formulados en más de cuatro dimensiones. En esta ponencia se enuncia un proyecto de este tipo, su necesidad y sus rendimientos posibles.

Entre la Hybris y el desarraigo: ¿un pensar latino-americano?
Lenin Rubén Pizarro N.
Universidad de Valparaíso

La presentación intentará centrarse en el problema de la posibilidad o imposibilidad de una «Filosofía latinoamericana», esto es, en tratar de discernir o dilucidar —a modo de introducción a tan complejo asunto—, si corresponde o no, y hasta qué punto es válido, hablar de un pensamiento «propio», «distintivo» de América Latina, es decir, si cabe o no hablar de un tipo de filosofía que se arraigaría en nuestros peculiares usos de la lengua española, y que, por lo mismo, se daría en el contexto de un particular modo de ser, valorar y entender el mundo y la naturaleza. Para llevar a cabo lo anterior, se revisitará la «polémica» que a mediados de los años 70 se dio en Chile entre los filósofos Joaquín Barceló y Humberto Giannini, quienes expondrían ejemplarmente los argumentos que a favor y en contra de dicha idea se han esgrimido. Cabe señalar, por último, que si limitamos nuestro campo de investigación (la validez o invalidez de una «Filosofía latinoamericana») a autores chilenos contemporáneos, esto obedece básicamente a una opción que es a la vez metodológica y política: estudiar el problema de un (posible) «pensar latinoamericano», implicaría a lo menos revisar y ponderar críticamente el estatuto y situación actuales de la Filosofía no sólo en Latinoamérica sino y sobre todo en el Chile de las tres últimas décadas.

El epistolario paulino en la filosofía del nihilismo europeo: el contexto exegético
Gonzalo Portales G.
Universidad Austral de Chile

La crítica filosófica y política al cristianismo, desarrollada por el Nietzsche tardío tanto en parte de su obra publicada o destinada a la publicación como así también en los escritos del así llamado Nachlass, crítica centrada principalmente en la figura, la obra y las posteriores influencias del apóstol Pablo, vuelve a ser en la última década objeto de investigación privilegiada para la literatura especializada. Tal hecho se explica no sólo por la “vigencia” de sus tesis para la filosofía conremporánea, sino además porque hoy se puede apreciar con muchísimo detalle aquello que la hermenéutica clásica llama Entstehungsgeschichte y que se identifica con la caracterización epocal y la determinación significativa de los contextos en que se origina un pensamiento en tanto corpus filosófico.

Desde esta perspectiva de trabajo interpetativo, nuestra ponencia intenta establecer ciertos nexos implícitos entre el pensamiento nietzscheano de la década de los ochenta del siglo XIX con las principales corrientes exegéticas de las escuelas universitarias que cultivaron en Alemania el así llamado “método histórico-crítico” para el análisis de las esctiruras canónicas en general y para el epistolario paulino (genuino y pseudoepigráfico) en particular.

Aun cuando es fácil advertir el hecho de que Nietzsche no trabaja directamente las principales fuentes que componen este corpus hermenéutico decimonónico, especialmente desarrollado en la tradición evangélica, sí es posible establecer nexos a través de algunas obras de síntesis (H. Lüdemann, por ejemplo) y sobre todo por la gran influencia de Franz Overbeck en el proceso que culmina en la crítica al epistolario paulino y sus enormes consecuencias para la última filosofía de Nietzsche.

El sentido del relato sobre Dios en la ética
Rodrigo Alejandro Pulgar C.
Universidad de Concepción

Este trabajo se propone discutir la relación entre  ética y religión, pero y de modo principal, el sentido de la experiencia humana sobre Dios y cómo esa experiencia está presente en el desarrollo de la cultura y cómo algunos hitos narrativos dan cuenta de tal experiencia que para el sujeto creyente resulta fundacional. De esta forma, nuestro objetivo principal es mostrar como los relatos expresan tanto la cercanía como la lejanía y cercanía del hombre a Dios.  Para responder satisfactoriamente  a lo que se propone, esta ponencia se divide en  tres secciones: 1ª.- Visión histórica, sección  que tiene como eje central de su elaboración la síntesis de Conill sobre el tema presentada en “Ética y Religión” (Religión y Persona, Ediciones Diálogo Filosófico, 2006, Madrid), 2ª) Sentido de la experiencia de Dios y su efecto cultural,  sección que, por su peculiaridad, se sostiene principalmente en  Zambrano y su tesis que la calidad de una cultura depende de la profundidad de sus dioses (“El Hombre y lo Divino”, FCE, México, 1993) y 3) La experiencia de dios y sus traducción en ética específicas y el modo cómo la literatura se obliga a ello. Esta última sección se preocupa de mostrar, de forma descriptiva, las dos líneas éticas cristianas principales: catolicismo y protestantismo y que José Luis Aranguren presenta críticamente en su texto  “Catolicismo y protestantismo como formas de existencia” (Obras Completas, Trotta, 1994, Madrid). El sentido del texto de Aranguren está en su recurrencia -como forma de defensa de la descripción de las dos éticas cristianas- al examen de varios autores que escriben desde condiciones de fe distintas, por tanto, con postulados éticos que difieren entre sí, como son los casos de  la novela de Unamuno, la poesía de Stefan George, la poesía de Vivanco, la novela de Green y los escritos de Simona Weil.